Se estaba quemando una casa. Todos se habían salvado, excepto un niño,
en el segundo piso. La escalera estaba llena de llamas y humo, y no había salida
sino por la ventana.
–¡Papá, papá! ¿Cómo escaparé? –gritaba el niño.
–Aquí estoy –gritaba el padre –déjate caer, te recibiré en mis brazos; tírate,
Carlitos, yo te recibiré.
Carlos salió por la ventana, pero allí se quedó, porque tenía miedo, sabiendo
que era muy largo el trecho hasta la calle.
–Suéltate, déjate caer –gritaba el padre.
–No puedo verte, papá.
–Pero yo sí te veo: aquí estoy; ten confianza, suéltate, que yo te salvaré.
–Tengo miedo de caer.
–Suéltate, tírate - gritaban otras voces–, tu padre te recibirá con toda seguridad; no tengas miedo.
Acordándose de la fuerza y del amor de su padre, el niño recobró la confianza
y se dejó caer. A los pocos instantes se halló salvo en los brazos de su padre.
En Hebreos 11:1 encontramos la definición más exacta de fe: “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. La fe puede producir
grandes resultados en tu vida como en tu familia en las diversas situaciones que
les toque enfrentar. Hoy estudiaremos sobre eso.
3
SEMANA DE LA FAMILIA | 13
EL PODER DE LA FE
Confiar en Dios te hará permanecer en sus caminos aunque miles y miles de
problemas te rodeen. Confiar en Dios te hará invencible en él para siempre.
1. Jesús y la fe. En Mateo 17:20 Jesús dijo “si tuviereis fe como un grano
de mostaza, diréis a este monte: pásate de aquí allá, y se pasará; y nada
os será imposible”. Tener fe es imprescindible en la vida. Pero ¿cómo
tener fe? El apóstol Pablo afirmó: “La fe viene por el oír la Palabra de
Dios” (Romanos 10:17). Es decir mientras más contacto tengamos con
la Palabra de Dios, más fe vamos a tener.
2. Job: Fe en medio de las tragedias. La historia de Job es, sin lugar a
dudas, una historia de fe. Fe en Dios tanto en la prosperidad como en
la pobreza o la desgracia. Satanás quería mostrarle a Dios que no había ser humano capaz de serle fiel en las desgracias. Mató a sus hijos,
destruyó sus bienes y provocó una enfermedad terrible, con la finalidad
de que Job negase a su Dios. Incluso su esposa y sus amigos se volvieron contra él. Sin embargo, Job permaneció firme en su fe en Dios y
llegó a decir: “Aunque él me matare, en él esperare. Él mismo será mi
salvación” (Job 13:15,16). Qué impresionante declaración de Job. Es
una afirmación de fe absoluta en su Creador. Estaba confiando su vida
totalmente a Dios.
¿Estás dispuesto a confiar así en Dios? Si en este momento tú y tu familia están pasando por una desgracia o tragedia que les está causando
mucho dolor, confíen en Dios. Porque la fe los hará invencibles en Dios.
3. Abraham: Fe al llamado de Dios. En Hebreos 11:8 se registra: “Por la
fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de
recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba”.
Abraham vivía en Ur, una de las ciudades más prosperas y llenas de vida
de su época. Las excavaciones arqueológicas han revelado que los habitantes vivían en cómodas casas con sirvientes. Varias casas contaban con
12 habitaciones y patios, con agua corriente, cuartos de baño y sistema
de alcantarilla. Debió haber sido difícil la decisión de obedecer al llamado de Dios. No solo por las comodidades sino porque ya Abraham tenía
aproximadamente 70 años y su esposa Sara 60. Sin embargo, aceptaron
salir de Ur. Y esta fue la mejor decisión porque Dios lo prosperó aún más
e hizo de su generación una gran nación. Además, de su generación
llegó el Mesías.
De esta historia podemos aprender que los cambios de horizonte pueden ser positivos cuando estos concuerdan con la voluntad de Dios. No
tengas miedo a los cambios. Quizá es necesario tomar decisiones como
familia o como pareja. Adelante, coloquen sus planes en las manos de
Dios y avancen con fe. Por otro lado, en el aspecto espiritual, siempre
14 | INVENCIBLES CON DIOS
es imprescindible obedecer el llamado de Dios. Si a ti o a tu familia les
falta compromiso con Dios, entonces acepta el llamado de Dios a salir
del conformismo espiritual.
4. Fe frente a lo que parece irracional. Alguna vez quizás pensaste por qué
Dios en la Biblia pide algo que parece ilógico como, por ejemplo “¿Por
qué le debo hacer el bien a mi enemigo?” O “¿Por qué no debo ponerme
de novio con tal joven o señorita solo porque no es de mi religión? Bueno
eso no es nada comparado con lo que Dios le pidió a Abraham.
En Hebreos 11:17 dice: “Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a
Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su primogénito”. El pedido de Dios a Abraham que ofreciera a su único hijo en sacrificio era absurdo.
Para cualquiera de nosotros sería un pedido insólito, extraño e irracional.
¿Cómo habrías reaccionado tú? Abraham obedeció porque creyó al igual
que Job en un Dios que todo provee. Y caminaron junto a su hijo hasta
un monte en la tierra de Moria. En el trascurso del camino, el hijo preguntó sobre el cordero para el holocausto. Y Abraham respondió: “Dios
proveerá”. Y así fue, porque cuando Abraham iba a degollar a su hijo,
Dios lo detuvo y proveyó de un carnero. Quizá a veces la voluntad de
Dios te va a parecer exagerada o irracional. Pero Dios sabe muy bien lo
que hace. Atrévete a obedecer a Dios y verás cómo el provee mucha
bendición para ti y tu familia.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
Un padre de familia había estado ausente de la casa por algunos días y se
preguntaba, al acercarse a su pequeña hija Margarita, quien apenas podía sentarse sola, si ella lo recordaría. Para probar su memoria, se colocó en un lugar
desde donde podía verla, pero ella no podía ver, y la llamó: “¡Magui!”. Ella dejó
caer sus juguetes. Otra vez repitió su nombre “¡Magui!”. Y luego de inspeccionar
una vez más el cuarto con su mirada, sin ver el rostro de su padre, se puso muy
triste y volvió a tomar sus juguetes. Por tercera vez, él la llamó “¡Magui!”, y ella,
dejó caer sus juguetes y se puso a llorar, extendiendo sus brazos en la dirección
de dónde provenía el sonido, porque sabía que aunque no podía ver a su padre,
él debía estar allí, porque ella conocía su voz.
Probablemente no podamos ver a Dios, pero él está con nosotros. La fe en
Dios es imprescindible para vivir. La fe edifica la vida y el carácter. La fe nos convierte en invencibles porque tenemos la certeza de que en cada paso de nuestra
vida, él estará presente. Quizá hoy, por los problemas de la vida, las luchas, los
conflictos, las frustraciones, has llegado a pensar que estas solo o sola. Quizá
sientas que tu matrimonio no tiene solución, que de estas situaciones tu familia
no saldrá victoriosa. Recuerda que la fe en medio de las desgracias será recompensada, así como le sucedió a Job. Hoy te invito a que comiences una vida de
fe. Levántate y oremos juntos.
Los nueve discípulos estaban todavía pensando en su amargo fracaso; y cuando Jesús estuvo otra vez solo con ellos, le preguntaron: “¿Por qué nosotros no lo pudimos echar fuera?” Jesús les contestó: “Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá: y se pasará: y nada os será imposible. Mas este linaje no sale sino por oración y ayuno.” Su incredulidad, que los privaba de sentir una simpatía más profunda hacia Cristo, y la negligencia con que habían considerado la obra sagrada a ellos confiada les habían hecho fracasar en el conflicto con las potestades de las tinieblas. DTG 397.1
Las palabras con que Cristo señalara su muerte les habían infundido tristeza y duda. Y la elección de los tres discípulos para que acompañasen a Jesús a la montaña había excitado los celos de los otros nueve. En vez de fortalecer su fe por la oración y la meditación en las palabras de Cristo, se habían estado espaciando en sus desalientos y agravios personales. En este estado de tinieblas, habían emprendido el conflicto con Satanás. Las palabras con que Cristo señalara su muerte les habían iundido tristeza y duda. Y la elección de los tres discípulos para que acompañasen a Jesús a la montaña había excitado los celos de los otros nueve. En vez de fortalecer su fe por la oración y la meditación en las palabras de Cristo, se habían estado espaciando en sus desalientos y agravios personales. En este estado de tinieblas, habían emprendido el conflicto con Satanás.
A fin de tener éxito en un conflicto tal, debían encarar la obra con un espíritu diferente. Su fe debía ser fortalecida por la oración ferviente, el ayuno y la humillación del corazón. Debían despojarse del yo y ser henchidos del espíritu y del poder de Dios. La súplica ferviente y perseverante dirigida a Dios con una fe que induce a confiar completamente en él y a consagrarse sin reservas a su obra, es la única que puede prevalecer para traer a los hombres la ayuda del Espíritu Santo en la batalla contra los principados y potestades, los gobernadores de las tinieblas de este mundo y las huestes espirituales de iniquidad en las regiones celestiales. DTG 397.3
“Si tuviereis fe como un grano de mostaza—dijo Jesús,—diréis a este monte: Pásate de aquí allá: y se pasará.” Aunque muy pequeña, la semilla de mostaza contiene el mismo principio vital misterioso que produce el crecimiento del árbol más imponente. Cuando la semilla de mostaza es echada en la tierra, el germen diminuto se apropia de cada elemento que Dios ha provisto para su nutrición y emprende prestamente su lozano desarrollo. Si tenemos una fe tal, nos posesionaremos de la Palabra de Dios y de todos los agentes útiles que él ha provisto. Así nuestra fe se fortalecerá, y traerá en nuestra ayuda el poder del Cielo. Los obstáculos que Satanás acumula sobre nuestra senda, aunque aparentemente tan insuperables como altísimas montañas, desaparecerán ante el mandato de la fe. “Nada os será imposible.”
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