INTRODUCCIÓN
Vivimos en un mundo que ha colapsado. El declive moral, el vacío existencial, la falta de sentido y propósito en la vida han llevado a la sociedad moderna a una crisis existencial nunca antes vista. El Ser humano moderno ha logrado alcanzar las alturas en cuanto a la ciencia y tecnología se refiere, pero en el plano afectivo, ético y moral está por los suelos.
En cuanto a las relaciones interpersonales, el ser humano moderno es solitario, pasa mucho tiempo en las redes sociales por internet, pero poco tiempo teniendo contacto real con las personas, vive aislado en la tecnología, le falta contacto real con la gente.
La iglesia de hoy tiene más que nunca su oportunidad de mostrarse como el lugar donde las personas pueden encontrar el contacto que tanto necesitan, una iglesia que los abrace y los haga sentir especiales y amados, haciéndoles formar parte de una comunidad de fe, devolviéndoles el sentido de pertenencia y propósito en la vida llamándolos a compartir y vivir también el amor de Dios para con otros.
PROPÓSITO DEL MENSAJE:
El propósito del mensaje de hoy es mostrar que la Iglesia de Dios es el lugar donde todos los que acuden a ella deberían sentir el abrazo amoroso de Jesús.
I. UN MANDAMIENTO NUEVO OS DOY.
¿Por qué Jesús dijo: Un mandamiento nuevo os doy? No es acaso este el mismo mandamiento que Dios había dado a su pueblo a través del Profeta Moisés hace siglos atrás?: “No te vengarás, ni guardaras rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo? (Levítico 19:18). De hecho, el mismo Señor Jesús lo había dicho muchas otras ocasiones en sus predicaciones y enseñanzas (Mateo 22:39; Marcos 12:31). ¿Por qué entonces se refirió a amarnos los unos a los otros como un “mandamiento nuevo”?
La respuesta es simple, lo que pasa es que tristemente el pueblo de Dios, los discípulo de Cristo, tenemos la tendencia de olvidar, que la característica fundamental del discipulado es el amor los unos por los otros. Predicamos acerca del amor, enseñamos que debemos amar aun a nuestro enemigos, pero cuando nos llega el momento de vivir el amor en nuestras vidas, de manera genuina, sin egoísmo, sin reservas, estando dispuestos a entregarlo todo en favor de los demás ahí viene el problema, nuestro amor propio y egoísta muchas veces es mayor que el amor por las demás personas.
Aplicación
Ese es el motivo por el cual puedes ver a muchos “cristianos” que se pelean entre sí, que andan chismeando entre ellos, que tiene celos y envidias por los triunfos de otro, que hablan mal de los demás, etc. El amor debe dejar de ser una teoría en la vida de los cristianos y pasar una realidad viviente en cada creyente, esto solo es posible teniendo comunión real con Jesús cada día.
II. QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO.
Jesús, es el ejemplo supremo del amor por los demás. Con su muerte en la cruz, el redefiniría el verdadero significado del amor los unos por los otros. Él dijo: “amaos los unos a los otros, como YO los he amado”, él se pone de ejemplo del tipo de amor que debemos tener por las personas, un amor dispuesto a entregarlo y sacrificarlo todo si es posible aún la misma vida por amor a nuestros semejantes, como entrego su misma vida. (Juan 15:13).
Aplicación
¿Cuándo fue la última vez que fruto del amor de Cristo en tu corazón hiciste algo completamente desinteresado por otra persona? ¿Cómo te sientes después de hacer algo por alguien que necesita genuinamente de ti? Verdad que la respuesta a estas preguntas es la más hermosa de todas: Te sientes bien, en paz con Dios y feliz por haber brindado lo más hermoso de Dios en ti, el amor de Cristo a alguien, sin esperar nada a cambio.
III. RECORDANDO EL AMOR DE LA IGLESIA PRIMITIVA APOSTÓLICA.
¿Recuerdas a la iglesia de los apóstoles en el primer siglo de la era Cristiana?, vamos a recordar algunas de las características extraordinarias de amor fraternal que vivían los primeros cristianos (Hechos 2:41-47; 4:32-35), ellos tomaron en serio las palabras del “nuevo mandamiento” de Jesús.
Estos textos dicen que los primeros cristianos “perseveraban unánimes en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros y en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2: 42), es decir que tenía una unidad muy estrecha en la comunión unos con otros, vivían preocupados por la unidad doctrinal, fraternal, por las necesidades físicas del pan material y por las necesidades del pan espiritual y unidos en oración.
Además dice que: “todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas la cosas en común, vendían sus propiedades y sus bienes y los repartían a todos según la necesidad de cada uno” (Hechos 2:44-45), es decir que no había egoísmo en cuanto a escatimar las posesiones personales por encima de las necesidades de los demás, los primeros cristianos se despojaban de sus posesiones y bienes
por satisfacer las necesidades de los que no tienen, de tal manera que no había un solo necesitado entre ellos, porque los que tenían suplían las necesidades de los que no tenían nada.
Continúa diciendo: “perseveraban unánimes cada día en el Templo y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo, Y el Señor añadía cada día, a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:46-47), significa que el Templo y las casas de ellos estaban siempre abiertos, siempre con los brazos extendidos para recibir a sus hermanos, nunca faltaba un pan en la mesa de ellos pues compartían el pan entre todos con sencillez y se gozaban de alabar juntos a Dios. Como consecuencia natural cada día se añadían a la iglesia de Dios en esta tierra muchas más personas para el Reino de Cristo.
Aplicación
Es inevitable que una iglesia que rebosa en el amor de Cristo no crezca. La primera iglesia apostólica aun cuando era perseguida hasta la muerte era una iglesia, poderosa, llena de amor por sus semejantes, fieles a la palabra y doctrina, donde ni aún la persecución en su contra podía impedir que se amen y compartan el amor de Dios para con los otros. ¿Podemos hacer tú y yo lo mismo en nuestro tiempo y no solo añorar esos buenos tiempos? Esto puede ser una realidad en la iglesia de Dios hoy mismo si tú y yo así lo deseamos con la ayuda de Jesús.
CONCLUSIÓN
La iglesia de Dios en este tiempo es la llamada a inundar al mundo con el amor de Dios, es la llamada a ser relevante en su sociedad, un refugio de amor para las personas donde ellos puedan encontrar el abrazo de Jesús y el amor de Dios, es la llamada a vivir el “nuevo mandamiento” dado por Cristo.
LLAMADO
Esta es la única manera en que el mundo sabrá que somos la iglesia de Dios en esta tierra. “En esto conocerán TODOS que son mis discípulos, si tuvieseis amor, los unos por los otros” (Juan 13:35). De ninguna otra manera el mundo sabrá que somos el pueblo de Dios, porque aunque tengamos la verdad doctrinal y profética para este tiempo final de la historia, si no nos amamos los unos a los otros el mundo nunca sabrá que somos la iglesia de Cristo. ¿Deseas tú hacer la diferencia y vivir el amor de Cristo compartiéndolo cada día y siendo tú mismo la iglesia viva y receptiva que Dios necesita? Amén! Oremos.
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