INTRODUCCIÓN
Daniel 10:1 "En el año tercero de Ciro, rey de Persia, se reveló una palabra a Daniel, cuyo nombre se llama Beltsasar, una palabra verdadera concerniente a un gran conflicto; y él entendió esta palabra, y tuvo entendimiento de la visión."
Daniel recibe esta revelación en el año 536-535 AC., cuando el pueblo ya está de vuelta a la tierra prometida, y comenzó a restaurar el templo en Jerusalén, lo que indica que la oración del capítulo 9 ya había comenzado a ser respondida. D. Ford dijo:
"Así comienza nuestro capítulo en el momento del nuevo inicio de Israel. Los 70 años de castigo se han pasado y un nuevo comienzo está ocurriendo en Jerusalén."
Entonces, vamos a mostrar que este capítulo está íntimamente relacionado con el cumplimiento
de Daniel 8:14, mostrando que el contexto histórico sirve de base al cumplimiento escatológico (futuro), pero con la restauración espiritual de Israel.
Pero la angustia de Daniel implica que los judíos que regresaron a Jerusalén ya estaban viviendo en tiempos turbulentos de oposición a la restauración del templo (Dan. 9:25b).
La mención de Ciro hace alusión a la promesa de restauración que acompaña su nombre (Isaías 44:28-45.1).
Isaías lo llamó de Mesías o Ungido, que es un tipo del Mesías, que restaurará y liberará al pueblo santo definitivamente.
En este capítulo, Daniel tendrá el privilegio de ver el mismo Mesías, el libertador de su pueblo en gloria. La oración de Dan. 9:3-19 trajo la explicación de la primera parte de los 2.300 días (70 semanas, 9:24-27) referente a Ciro el libertador.
La oración del capítulo (10) trae la revelación de la última parte de los 2300 días, cuyo libertador es el propio Miguel (Daniel 11-12). La primera frase se describe con más detalle que la revelación (Daniel 9); pero este último se describe con menos detalles que la revelación (Daniel 10).
I. ANTE LO DESCONOCIDO: SILENCIO Y DEPENDENCIA DE DIOS
"En aquellos días yo, Daniel, estaba llorando por tres semanas enteras. Ninguna cosa deseable comía, ni carne ni vino entraron en mi boca, ni me ungi con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas completas".
Daniel estaba "angustiado" o de "luto" por la situación que existía en Jerusalén, él tenía influencia con el rey persa, y era el judío que tenía la posición más elevada en el imperio, pero Daniel llama directamente a Dios, el Rey de los reyes, él sabe que necesita hacer algo para su pueblo y que si no lo hace, la historia puede ser diferente; de modo que Daniel sabe que la oración puede cambiar el curso de la historia humana y del individuo.
Daniel es el judío más cercano al rey, pero cualquier hijo de Dios está más cerca de Dios que cualquier monarca terrenal.
La penitencia de Daniel duró tres semanas enteras, no consistió en comer comida, carne, vino, ni perfumarse "cuatro cosas relacionadas con la alegría de días festivos", este lenguaje se refiere al Día de la Expiación, un día de duelo y, el ayuno, además de otros detalles del capítulo.
Debe haber sido dulce para Daniel, después de buscar el entendimiento acerca del tiempo de Daniel 8:14, formar parte del movimiento que vio el lanzamiento del remanente de Babilonia para restaurar el templo. Pero ahora es muy amarga la decepción de ver que lo que ellos pensaban realizar fácil y rápidamente fue detenido por los enemigos de su pueblo.
Daniel relaciona esto a su entendimiento, cree que algo no fue comprendido, lo que motiva su oración y ayuno en el capítulo 10. La experiencia de Daniel, como la de Juan que come el pequeño libro dulce que amargó después en su barriga (Apocalipsis 10:8 -10), es una anticipación de lo que va a experimentar el remanente escatológico que procura restablecer el verdadero plan de salvación centrado en Cristo y su obra en el verdadero santuario celestial.
II. UNA VISIÓN INQUIETANTE (MIGUEL) (VERS. 4-8)
"El día veinticuatro del primer mes, estaba yo al borde del gran río, el Tigre levanté mis ojos, y miré, y he aquí un hombre vestido de lino y sus lomos ceñidos con oro fino de Ufaz; su cuerpo era como el berilo, y su rostro como un relámpago; sus ojos eran como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como el brillo de bronce pulido; y la voz de sus palabras como la voz de una multitud. Ahora, sólo yo, Daniel, vi aquella visión; porque los hombres que estaban conmigo no la vieron: no obstante, cayó sobre ellos un gran temor, y huyeron para esconderse. Me quedé, pues, sólo a contemplar la gran visión, y no quedaron fuerzas en mí; se desfiguro la apariencia de mi rostro, y no he retenido fuerza alguna." (Daniel 10:4-8).
La mención del día veinticinco del primer mes (11 de mayo de 535 AC.) Implica que la Pascua del día 14 y la semana de los panes sin levadura del día 15-21 fueron parte del ayuno de Daniel.
Algunos estudiosos creen que la mención del día 24, en respuesta a su oración y ayuno implica que las tres semanas de ayuno comenzaron el cuarto día del mes y compara a los judíos, las semanas completas comenzaban a partir del primer día de la semana y terminaba el sábado, sugiere que Daniel recibió la revelación del "gran conflicto" en un sábado, puede confirmar con el calendario gregoriano moderno ya que el 11 de mayo de 535 fue un sábado.
Las características de este ser celestial están asociadas con la del ser visto por Ezequiel 1:14-28, cuya presencia también se describe como un "relámpago" (1:14), el "berilo" (1:16), el "bronce
(1, 7, 27), el "fuego" (1:13, 27) y la voz "como una multitud" (1:24), que Ezequiel identifica como "visión [mar'eh] de la semejanza de la gloria del Señor "(1:28), ante quien Ezequiel cae sobre su rostro, se fortalece y recibe una" audición." (Ezequiel 2:1-3). Esta manifestación divina anticipa a Daniel, como hizo con Ezequiel, que la explicación que viene (caps.11- 12) de los 2.300 días está relacionado con el día en que la gloria de Dios fue vista sobre el Arca el Día de la Expiación. El lino fino usado por el hombre celestial es el vestido común de los sacerdotes y el sumo sacerdote en el Día de la Expiación (Levítico 16:4) pero el cinturón de oro descarta a los sacerdotes, por lo tanto, el ser visto por Daniel no es otro que el gran Sumo Sacerdote en el Día de la Expiación antitípica de la Expiación o juicio final.
En Apocalipsis, donde el mismo ser divino que aparece en la última revelación a Daniel vuelve a aparecer en la primera revelación a Juan. Todos los teólogos consultados concuerdan que las características del ser de Daniel 10 son las mismas del ser de Apocalipsis 1:13-16, donde vio a un "semejante al Hijo del hombre, vestido de una ropa hasta los pies, y ceñido con un cinturón de oro en el pecho. Su cabeza y el pelo eran blancos como lana blanca, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego. Sus pies eran como un bronce pulido brillante en un horno, y su voz como el sonido de muchas aguas. En la mano derecha sostenía siete estrellas; de su boca salía una espada afilada de dos filos, y su rostro era como el sol brilla con toda su fuerza. La frase traducida como "ropa que llegaba a los pies", es poderes en griego, que se utiliza en la versión griega del Antiguo Testamento (LXX) para el vestido del sumo sacerdote (Éxodo. 25:6, 7, 28:4)
"El varón de la visión de Daniel, el guerrero sobrenatural de Josué y el sumo sacerdote celestial de Daniel 8 son la misma persona", añade a esto también el "Hijo del Hombre" en Daniel 7 y Apocalipsis 1.
III. MIGUEL VENCE EL GRAN CONFLICTO
Si la primera parte de la profecía de los 2300 años, a las 70 semanas, muestra el comienzo de la historia del conflicto en la última parte de la historia de la humanidad. Entonces el capítulo 10 nos habla del último período de la profecía.
De acuerdo a Daniel 10:13, "Pero el príncipe del reino de Persia me resistió durante veintiún días. Entonces, Miguel, uno de los príncipes supremos, vino en mi ayuda, pues yo fui impedido de continuar allí con los reyes de Persia.
El "príncipe del reino de Persia" y "los reyes de Persia" del vers. 13 no son los mismos.
Son reyes humanos que reinan visiblemente sobre el imperio, pero el Príncipe de Persia es el príncipe de las tinieblas, un ser espiritual que enfrenta a Gabriel, otro ser espiritual. Veinte y un días estuvo frente a Gabriel impidiéndole que llegar a Daniel para responder a su oración. Daniel oró para que el rey persa, Ciro, no detuviera la restauración del templo judío, pero detrás de él estaba el príncipe que gobernaba en su trono invisible, por lo que la decisión del rey estaba siendo influenciada por Satanás.
Como hemos dicho la traducción literal de Daniel 10:14 debería ser "Porque la visión todavía [será] por días" o "porque la visión todavía durará por muchos días", lo que sugiere que los 2.300 días, cuya primera parte ya se ha explicado Daniel en las 70 semanas o 490 días alcanzando la primera venida del Mesías y su sacrificio vicario todavía debe continuar por muchos días.
IV. EL PRÍNCIPE DEL EJÉRCITO ES MIGUEL
Miguel sólo es mencionado por el nombre en la última visión de Daniel (10-12) en Apocalipsis 12 Judas 9 y en los tres libros él es descrito como
(a) un ser celestial (no humano),
(b) comandando los ejércitos de ángeles y seres humanos leales a Dios,
(c) luchando contra Satanás,
(d), y siempre saliendo victorioso.
En Daniel se le llama "Príncipe" (en hebreo SAR), además de "Príncipe" (en hebreo Naguid) de Daniel 9:25 y 11:22, a quien se describe padeciendo en contraste con Miguel que siempre está triunfando.
Recuerde también que este SAR celestial fue visto y adorado por Josué (Josué 5:13-15).
El NT llama a Miguel "Arcángel" (Judas 9), eso coincide con Daniel, pues un Arcángel significa jefe o General o Príncipe de los ángeles. Jesús comanda a los ángeles del cielo.
CONCLUSIÓN
La oración simple de un anciano cambió el curso de la historia, movilizó al ejército celestial, y produjo una batalla con repercusiones cósmicas. No es verdad lo que algunos dicen "no importa si oramos o no, después de todo Dios sabe todo y siempre hará su voluntad.
Dios permite que el mal impere, a menos que los hijos de Dios oren.
Miguel que significa: ¿Quién es semejante a Dios? ya ha ganado la batalla contra Satanás y contra el pecado. Muy pronto saldrá del santuario celestial para buscar a sus hijos.
El que lo acepta y se compromete a vivir una vida a su lado también es un ganador. Todo aquel que acepta la justicia de Cristo, se convierte en un soldado de Miguel y heredero del Reino de Dios.
¿Aceptas que él comande tu vida también?
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