"Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —respondió Jesús—. Ahora bien, el esclavo no se queda para siempre en la familia; pero el hijo sí se queda en ella para siempre. Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres." Juan 8:34-36.
VERDAD CENTRAL
El hombre fue hecho para ser libre, pues este fue el propósito de Dios
en la creación:
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo
árbol del huerto podrás comer” (Gén. 2:16). Con la caída, el hombre se
volvió cautivo del pecado y solo en Cristo el ser humano alcanzaría la
verdadera libertad.
INTRODUCCIÓN
En la primavera de 1940, en medio de la noche, oficiales alemanes y
húngaros invadían la casa de la familia Pearl. Todos fueron llevados
hasta la estación de tren y eran presionados para entrar lo más rápido
posible. Aquellos con dificultades locomotoras eran golpeados o
apuntados. El viaje hacia su nuevo destino duró dos días. “Cuando las
puertas finalmente se abrieron, muertos y vivos cayeron fuera del tren.
Los que sobrevivieron fueron llevados hacia una carpa, pero los que
murieron eran pisoteados”, relató Pearl.
Él y su familia fueron llevados a Auschwitz, una red de campos de
concentración localizados en el sur de Polonia operados por el Tercer
Reich en las zonas polacas anexadas por la Alemania Nazi, el mayor
símbolo del Holocausto perpetrado por el nazismo durante la Segunda
Guerra Mundial.
Aproximadamente 1,5 millones de prisioneros (hombres, mujeres,
niños y ancianos) fueron ejecutados a lo largo de los cinco años de
funcionamiento de Auschwitz-Birkenau. Aquellos que no eran ejecutados en las cámaras de gas morían de hambre, enfermedades infecciosas,
trabajos forzados, ejecuciones individuales o experimentos
médicos.
El terror de Auschwitz llegó a su fin con la liberación de los últimos
prisioneros del lugar, el día 27 de enero de 1945, cuando la llegada
de las tropas soviéticas, que lograron rescatar a siete mil de ellos con
vida. Para los que sobrevivieron, aquel fue un día de gran liberación
de su terrible cautiverio.
Cautiverio es un lugar donde se mantiene a alguien privado de su
libertad. La Biblia cuenta la historia de algunos cautiverios que marcaron
la historia del pueblo de Dios:
I. CAUTIVERIOS DEL PUEBLO DE DIOS
a. Los Israelitas conocieron a Egipto como una “casa de servidumbre”
(Éxo. 20:2). El periodo de los jueces se caracterizó por repetidas
opresiones extranjeras. Más tarde, hubo una humillación
nacional bajo las manos de los asirios y los babilonios.
b. Para los israelitas, el cautiverio era sinónimo de esclavitud, sufrimiento,
opresión, hambre, miseria, pobreza, falta de esperanza,
muerte de sus sueños… Las experiencias dramáticas del pueblo
de Dios en diferentes cautiverios muestran el resultado de apartarse
de Dios y de la desobediencia de sus Mandamientos.
c. Lo que ellos más deseaban era la liberación. El salmista expresó
lo que significaba la liberación del cautiverio cuando
en el Salmo 126:1,2 escribió:
“Cuando el Señor hizo volver a Sion
a los cautivos, nos parecía estar soñando. Nuestra boca se llenó
de risas; nuestra lengua, de canciones jubilosas…”
Entre ellos había “gratitud y gozo por el retorno
desde la cautividad babilónica. Parecía imposible, pero Dios
ha hecho grandes cosas. La tristeza y el llanto se transformaron
en gozo […].”
Posiblemente, el mensaje de hoy encuentre a muchas personas
que se sienten presas de algún tipo de cautiverio y como
el pueblo de Israel, desea entonar un canto de alegría y liberación.
Felizmente, Dios tiene poder para poner en su corazón
un salmo de libertad y él actuará si usted abre su corazón.
II. TIPOS DE CAUTIVERIO
Los cautiverios literales el pueblo de Dios, también apuntan a otros
tipos de cautiverio al que el ser humano está sujeto.
En Lucas 4: 16-
19, al levantarse para predicar en la sinagoga, Jesús leyó un texto de
Isaías e identificó algunos cautiverios que subyugan a la raza humana.
Algunos de ellos son:
a. Cautiverio social (evangelizar a los pobres). En los días de
Cristo, se creía que el sufrimiento de los pobres era debido a
la maldición de Dios, que su estado infeliz era culpa de ellos
mismos. Había muchos en una situación social de verdadera
impotencia y miseria. Hoy hay cerca de 1.500 millones de
personas viviendo en la pobreza, según informe para el Desarrollo
Humano de la ONU (Organización de las Naciones
Unidas).
Para muchos, su condición social les impide crecer,
realizarse personalmente y se sienten cautivos.
b. Cautiverio físico (restaurar la vista a los ciegos). El texto está
hablando de ciegos espirituales y también de los ciegos literales.
Es una referencia al cautiverio de las enfermedades,
las epidemias, los vicios, la intemperancia. Esas cosas pueden
hacer cautiva a una persona, interfiriendo en su paz y calidad
de vida.
c. Cautiverio emocional (poner en libertad a los oprimidos).
“oprimido en griego es ‘thrauo’, de donde proviene la palabra
trauma, que quiere decir: quebrar, partir en pedazos, despedazar,
[…] destrucción de la unidad o totalidad de algo; romper,
fragmentar y dispersar de forma minúscula algo”.
Hablando sobre el cautiverio de la opresión, el salmista declaró:
“Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre;
Me rodearán los justos, Porque tú me serás propicio” (Salmo
142:7).
Toda persona oprimida está fragmentada, no tiene alegría, no
tiene paz interior, no tiene un semblante de felicidad y contentamiento.
Ese también es un tipo de cautiverio, del cual
muchos necesitan de liberación.
d. Cautiverio espiritual (predicar libertad a los cautivos). Ese tipo
de cautiverio existe cuando la persona no percibe la necesidad de Dios en su vida. El individuo se siente autosuficiente,
sigue sus propios caminos, confía en sus convicciones y
pasiones, pero no es más que un juguete en las manos del
adversario, Satanás. Saúl fue un ejemplo de alguien que estaba
encarcelado en ese cautiverio. Él perdió la postura de
aprendizaje, dejó de oír y de crecer, declinó en carácter, dejó
de caminar con una clara conciencia de su influencia y perdió
su vibrante relación con Dios, caminando en terreno prohibido
al consultar a una hechicera (1 Sam. 28:7). Ese es el peor
cautiverio, porque priva a la persona de las bendiciones y de
la felicidad eterna.
III. EL LIBERTADOR DEL CAUTIVERIO
a. En Juan 8:36 está escrito: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis
verdaderamente libres”.
Solo alguien que venció al peor de
todos los cautiverios tiene poder para liberar a otros cautivos.
¿Qué cautiverio venció Cristo?
b. El apóstol Pablo nos ayuda a comprender el cautiverio que
Jesús venció. En Efesios 4:8 él declaró: “Por lo cual dice: Subiendo
a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los
hombres”. Cristo llevó cautivo al cautiverio. Aquí se puede referir
a los prisioneros de la muerte que fueron resucitados
cuando Cristo resucitó (Mat. 27:51-53; cf. PE, p. 183, 184, 188,
189; DTG, p. 729).
La cadena de la muerte había sido rota y los
cautivos de Satanás fueron liberados por el poder de Cristo.
“Pero los que salieron de la tumba en ocasión de la resurrección
de Cristo fueron resucitados para vida eterna. Ascendieron
con él como trofeos de su victoria sobre la muerte y el
sepulcro. Estos, dijo Cristo, no son ya cautivos de Satanás; los
he redimido”.
c. Jesús tuvo poder para liberarse del peor cautiverio del pecado
que es la muerte. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos;
primicias de los que durmieron es hecho” (1 Cor. 15:20).
Eso quiere decir que, cualquiera que sea su cautiverio, ¡Cristo
tiene el poder para liberarlo! Él puede ayudarle a vencer su
cautiverio personal. El Señor Jesús es el Libertador por excelencia
de aquellos que necesitan de su auxilio.
CONCLUSIÓN
La supuesta libertad fuera de los límites divinos siempre conducirá
al hombre al cautiverio espiritual. Con todo, hoy, en Jesucristo, usted
tiene el poder de liberarse de su cautiverio. Él vendrá en su auxilio en
el momento oportuno. Dios siempre actúa en favor de sus hijos y así
como él liberó a los hebreos de sus diferentes cautiverios, él libertará
a todo su pueblo fiel en los tiempos finales.
Cuando Jesús vuelva en las nubes del cielo, el cautiverio del pecado
será destruido (no existirá más), el secuestrador, Satanás será preso y
los liberados en Cristo reinarán con él por toda la eternidad.
¿Quiere que Jesús lo libre de toda cautividad?
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