Hola. ¿Todo bien?
Hoy estudiaremos algo maravilloso. El tema de hoy es “LA ESENCIA DE LA VERDAD”.
En el evangelio de Juan, 16:13, leemos: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”.
En ese versículo el apóstol habla sobre la venida del Espíritu Santo y lo llama “Espíritu de verdad”, y dice que él nos guiaría a toda verdad. Quiero destacar la palabra “toda”. La verdad no es solo un aspecto, no es solo un ítem, sino un conjunto de aspectos que se complementan. Así como la mano humana está compuesta por la palma y cinco dedos, la base de la verdad de Dios se nos presenta como cinco columnas, en donde cada una representa un aspecto de la verdad. Analizaremos estas columnas en la Biblia (las llamaremos esencias) y entenderemos qué significa esto en el contexto del gran conflicto entre el bien y el mal.
¿Qué dice la Palabra de Dios sobre qué es la verdad? Jeremías 10:10 dice lo siguiente: “Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno”. Dios, el Creador de los cielos y de la tierra, es la verdad. ¿Qué más presenta la Biblia como verdad?
En el evangelio de Juan, 14:6, está escrito: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. ¡Qué texto maravilloso! Aquí Jesús afirma ser la verdad. En Jeremías, Dios es verdad, y aquí en Juan, Jesús es la verdad.
¿Qué más es verdad de acuerdo con la Biblia?
Veamos lo que está escrito en 1 Juan 5:6: “Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad”. El Espíritu Santo es la verdad. Aquí está claro. Entonces, ¿recuerdan lo que dice en el evangelio de Juan 16:13?
“Cuando venga el Espíritu de verdad”. Por lo tanto, el Espíritu Santo también es la verdad.
¿Qué más presenta la Biblia como verdad?
¿Qué más presenta la Biblia como verdad?
Volvamos al evangelio de San Juan, 17:17. Y aquí encontramos otra mención de algo que también es verdad. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. ¿Notaron lo que significa? La Palabra de Dios, la Biblia es la verdad. El salmista dice lo siguiente:
“Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”. Aquí podemos ver que la Palabra de Dios, toda la Biblia, no solo el Nuevo Testamento como algunos dicen, sino también el Antiguo Testamento es verdad. ¡Toda la Biblia es la verdad!
Hasta ahora vimos cuatro columnas de la verdad, ¿y la quinta? La última, ¿cuál es?
Abran su Biblia en el Salmo 119:142 y 151, y sabremos cuál es la quinta columna de verdad. “Cercano estás tú, oh Jehová, y todos tus mandamientos son verdad”. Alabado sea Dios por esto. Todos tus mandamientos son verdad. Si usted verifica aquí el versículo 142 del mismo capítulo, dice así: “Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad”.
Bueno, ahora está claro. Vimos las cinco columnas/esencias de la verdad. Repitan conmigo:
1. Dios. Él es amor, justicia y el único digno de adoración.
2. Jesús. Es nuestro Salvador, el único Mediador entre Dios y los hombres.
3. Espíritu Santo. Convence a los hombres de pecado, nos lleva a estudiar y entender la Biblia, y nos lleva a Jesús.
4. La Biblia. Ilumina nuestra vida, nos muestra la verdad, y el camino a la vida eterna.
5. Los Diez Mandamientos. Nos muestran el amor a Dios y el amor al prójimo. Es también la norma del juicio final.
Estas son las columnas/esencias de la verdad. Ahora, usted puede entender perfectamente lo que presenta Juan 16:13: “Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad”. Esa verdad se presenta como las cinco columnas/esencias fundamentales.
Ahora usted sabe lo que es toda la verdad. Y entonces, ¿qué tiene que ver eso conmigo y con usted? ¿Toda la verdad? Vamos a conversar un poco sobre ese importantísimo asunto. Toda la verdad, toda. Esa es la idea que usted debe guardar en el corazón.
Aquí en la Palabra de Dios, en la Biblia, encontramos una cita increíble. Está en Juan 8:32: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
Vamos a analizar punto por punto.
1. ¿Quién es Dios? Dios es amor, solo Dios merece adoración, y Dios es el único que puede darnos perdón.
2. Con respecto a Él, Jesús es nuestro único Mediador, es nuestro Abogado, y es nuestro suficiente Salvador.
3. El Espíritu Santo, así como Dios el Padre y Jesús, es omnipotente, omnipresente, omnisciente, y vino para convencernos de pecado.
4. La Biblia es la carta de Dios para nosotros, en ella se describe nuestro origen, la caída, toda la historia del conflicto entre el bien y el mal, y la victoria que Dios nos promete. También nos aclara cómo debemos actuar y cuál es nuestro papel en este mundo.
5. Los Diez Mandamientos resumen cómo debe ser nuestra relación de amor con Dios y con nuestro prójimo. Vean como Jesús resumió los Diez Mandamientos en Mateo 22:34 al 40.
Pues bien, estas son las cinco columnas/esencias de la verdad. Pero, ¿qué tiene que ver eso conmigo y con usted? Recuerda el versículo en Juan 8:32: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
¿Qué significa eso realmente? ¿Será que alguien puede conocer toda la verdad? ¿Será que la verdad tiene poder para librar a una persona? ¿Librarla de qué? ¿Qué piensa usted sobre eso?
¿Qué significa eso realmente? ¿Será que alguien puede conocer toda la verdad? ¿Será que la verdad tiene poder para librar a una persona? ¿Librarla de qué? ¿Qué piensa usted sobre eso?
La libertad que se nos ofrece tiene que ver con conocer a Dios, comprender cuán lejos estamos de él, aceptar la salvación del pecado que él nos ofrece, permitir la restauración del carácter a su semejanza, y al mismo tiempo, ayudar a quien esté a nuestro alrededor a tener la oportunidad de pasar por la misma experiencia de conocimiento y liberación que estamos viviendo. Dios desea que cada uno tenga una experiencia personal y completa con la verdad, y su promesa es que la persona viva libre y restaurada. Los que por alguna razón no se interesan por conocer la verdad, ni se esfuerzan para comprenderla y ponerla en práctica, rechazan el extraordinario regalo que Dios ofreció gratuitamente, y no pueden acusar a Dios por no liberarlos. Si él dejó toda la verdad disponible y accesible a quien la desea, ¿por qué no aceptar ese regalo?
¿Podemos conocer toda la verdad y no ser libres? ¿O todos los que conocen la verdad serán librados? Vamos a analizar la historia de una persona que conoció toda la verdad, pero que no fue librado. Esa persona es Satanás. ¿Será que él conoce a Dios, a Jesús y al Espíritu Santo? Sí, pues él era el ángel principal en el Cielo, antes de rebelarse contra Dios y oponerse a su gobierno. Pero, ¿será que Satanás conoce la Palabra de Dios? ¿Qué creen ustedes? ¿La conoce o no? Sí, con seguridad la conoce.
¿Y Satanás conoce los 10 Mandamientos? Si él conoce la Biblia, con seguridad conoce los Diez Mandamientos.
Si Satanás conoce toda la verdad, pregunto: ¿Por qué él no fue librado? ¿Cuál es su problema? Él vivió en el Cielo, conoció todo de cerca, visiblemente, literalmente, perfectamente, ¿por qué se hizo enemigo? La respuesta está aquí, en Juan 8:44, donde Jesús afirma a un grupo de personas que se oponían a él: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él.
Cuando habla mentira, de lo suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”.
El problema de Satanás fue justamente el que aparece aquí en el versículo 44 de Juan capítulo 8. Él jamás se afirmó en la verdad; la conoció, la rechazó como algo sin valor, contrario a su propia voluntad, y además la distorsionó para alcanzar sus objetivos personales. Una cosa es conocer la verdad, otra cosa es afirmarse en ella.
Lo mismo sucede con muchas personas a nuestro alrededor. Entran en contacto con la verdad, de manera superficial o profunda, pero por algún motivo, no se afirman en ella y terminan distorsionándola para alcanzar sus objetivos personales.
Con eso no son librados y no ayudan a otros a encontrar la libertad y la restauración que Dios ofrece.
Piense un poco en la realidad actual. Algunas personas afirman que la verdad no es absoluta, sino relativa, o sea, lo que es la verdad para usted, puede no serlo para mí. ¿Sabe dónde nos lleva ese pensamiento? Al caos. Si dejamos de creer que existe una verdad absoluta y que ella rige todo lo que conocemos, cualquiera puede hacer lo que desea, pues depende de mí decidir qué quiero hacer y no existe algo correcto o equivocado, sino lo que yo quiero que sea correcto o equivocado.
También podemos ver a personas que creen que la “esclavitud” a la que estamos sujetos son solo los problemas que nos afectan en esta vida, o alguna manifestación sobrenatural maligna que nos hace sufrir. Esos dos aspectos son parte de nuestra carga como esclavos del pecado, pero no son lo más importante en esta historia. Lo que realmente es esencial es aceptar el perdón de Dios y ser transformados día a día, hasta que él venga y nos rescate de este mundo; y no obtener posesiones terrenales o ser curado de alguna enfermedad, por medio de bagatelas de dinero o por favores en nombre de Dios, o indicándole a Dios cómo debe actuar, como si Dios, nuestro Creador y Sustentador no supiera qué es mejor para cada uno de nosotros.
Además, quiero mencionar algo que puede impedirnos ser libres. En el libro de Oseas, 4:1-3, 6 leemos lo siguiente: “[…] Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.
Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden. Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con
las bestias del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar morirán. […] Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”.
Esa es una verdad terrible. Las personas están siendo destruidas, no porque no tienen un cheque especial, o una casa en la playa, o un auto nuevo. Las personas están siendo destruidas porque falta el conocimiento de la verdad. Yo creo en la liberación ofrecida por Dios. Creo que él me conoce mejor de lo que yo me conozco, y sabe exactamente lo que necesito en todos los aspectos de mi vida. Pero para no estorbar a Dios en su esfuerzo de salvarme y librarme, debo estudiar la Biblia, conocer a Dios, tener comunión con él. Recuerde: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
Dios lo ama, siempre lo amó, aunque usted no se dé cuenta de eso. Hoy cuando usted vino aquí, a participar de este encuentro, no fue por casualidad, créalo. Dios lo invitó, creó las condiciones necesarias para que usted viniera, todo para que usted tuviera la oportunidad de saber que él tiene un propósito para su vida, un plan especial diseñado especialmente para usted. Él quiere hacer de usted una persona
totalmente feliz, transformada, con un propósito eterno guiando cada paso de su camino. Ese tema no termina aquí, usted debe continuar investigando y profundizando cada vez más en ese conocimiento y en ponerlo en práctica. ¿Por qué no aceptar esta oportunidad de conocer más la verdad que Dios quiere mostrarle?
Después de escuchar este importante mensaje, y saber la esencia de la verdad, y que Dios puede cambiar su vida, le pregunto ¿cuál es su decisión?
No salga de aquí de la misma manera en la que entró, no se atreva a irse sin tomar una decisión. A veces dejamos pasar el tiempo sin notarlo, y con eso corremos el riesgo de perder la salvación. Yo tengo la seguridad de que hoy usted puede iniciar un camino nuevo, una fase nueva en su vida. Hoy es el día de tener una linda experiencia con Jesús. Entonces venga, ¡no tenga miedo!
¿Dónde están mis amigos, los invitados especiales, aquellos que no son miembros de la Iglesia Adventista? ¿Puedo ver su mano? Gracias. Por favor, póngase en pie mientras sus amigos y hermanos que están aquí se ponen en pie a su lado y lo abrazan. Nadie debe sentirse solo.
¿Dónde está su tarjeta? ¿Puedo verla? Muy bien, permanezca sosteniéndola. Ahora que estamos debidamente acompañados, quiero invitarlos a venir al frente, junto con la persona que está a su lado. Tenemos una canción especial preparada para usted que será cantada en este momento.
¡Felicitaciones por esa importante actitud de fe! Cada uno de los que estamos aquí
sabemos que Jesús volverá muy pronto, ¿verdad? ¿Cuántos quieren vivir con Jesús para siempre? Levante la mano. ¡Qué maravilla! Usted sabe que es necesario nacer de nuevo, ¿es así? ¿Cuántos desean nacer de nuevo? Levanten su mano. ¡Alabado sea Dios! Por favor, entreguen su tarjeta, pues quiero orar con ellas en mis manos.
Vamos a orar.
Ahora, abrace a su amigo, felicítelo por esta linda decisión, y fije un encuentro con él en el Cielo. Nos veremos mañana aquí para estudiar más, venga y traiga a sus amigos y familiares.
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