INTRODUCCIÓN
En el año 2016, en varios países de Latinoamérica, se estrenó una película de animación llamada “Cigüeñas, la historia que no te contaron”. Es una película que tiene como público objetivo los niños.
En su trama aparentemente infantil, cuenta la historia de una cigüeña, una jovencita y un bebé que fue “producido” por error y que debe ser entregado a su familia. Hasta ahí, aparentemente, no pasa de ser una historia fantasiosa y risueña que busca entretener a niños y padres juntos.
Sin embargo, es importante destacar que detrás de esta historia para niños se esconde una ideología peligrosa. Y no estoy hablando necesariamente de las historias fantasiosas de la llegada de los niños a este mundo y las cigüeñas.
El claro y peligroso mensaje de esta película es un incisivo ataque a la familia según el modelo de Dios. ¿Por qué? Simple. En un momento dado y en el contexto de las “entregas” de bebés por parte de las lindas cigüeñas que aparecen en la historia, se realiza la “entrega” a familias de todo tipo, entre ellas familias constituidas por personas del mismo sexo que reciben sus niños. Claro, lo sé, puede ser un detalle que podría pasar desapercibido para el ojo distraído pero que tiene una clara intencionalidad. Antes de seguir, me gustaría recordar que el público objetivo de esta historia son niños.
Alguno me puede decir: ¿Pastor, no estamos yendo muy lejos y buscando teorías “conspiratorias” con relación a este asunto?
"Al ser cuestionado sobre su decisión de incluir estas imágenes, Nicholas Stoller, director de Cigüeñas, admitió que su intención fue ‘mostrar una reflexión de lo que son las familias hoy en día’ y ‘tratamos de poner a todas, sin importar el color de piel y, mucho menos, la orientación sexual’ ”.
Es claro que hoy en día vivimos en un mundo donde el mercado audiovisual, ya sea a través de la TV, los libros de novelas, las redes sociales o cualquier otro contenido audio-visual está atacando ferozmente los conceptos básicos de la sociedad.
No estoy hablando solo de la institución de la familia. Estoy hablando de moralidad, sexualidad saludable; relaciones humanas.
La perversión está llegando a límites casi desconocidos. La maldad se está multiplicando.
I. CUANDO DECIDIMOS ESTAR EN EL MUNDO
Analizaremos ahora la historia de Lot y su familia. Cuando vamos a la Biblia, encontramos algunos detalles interesantes.
Lot era sobrino de Abraham, y vivía con su tío. Pero llegó un momento en que las riquezas acumuladas y la cantidad de familia, siervos y ganado era tanta, que hacía que la convivencia sea insoportable.
En ese contexto, Abraham le pidió a Lot que llegaran a un acuerdo y se separaran para evitar problemas mayores. En el y capítulo 13 del libro de Génesis, de los versículos 10 hasta el 12, se registra la elección de Lot. Él tenía que darle un lugar a de refugio a su familia y dice el texto bíblico que escogió para morar la llanura del Jordán y el verso 12 agrega:
“Lot habitó en las ciudades de la llanura y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma." Génesis 13:12
Pero el versículo 13 nos agrega un detalle aterrador: “Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera” Génesis 13:13.
Elena de White hablando de la elección de Lot dice lo siguiente:
“El Señor no quiere que ninguno de nosotros haga como Lot, que eligió un hogar en un sitio donde tanto él como su familia estuvieron en constante contacto con el mal” (CSI, 267)
Lot y su familia se fueron relacionando con el pecado de estas ciudades de tal manera que la ciudad “entró” dentro de la familia. Sus hijas conocieron jóvenes de la ciudad y se casaron.
Los espectáculos, los juegos, las conversaciones y las relaciones, todo llevaba a la mente y a la familia de Lot a apartarse poco a poco de los designios de Dios. Recuerde: "La oposición a los designios de Dios no aplaza su ejecución" 4TI, 179.
Él había aprendido de su tío Abraham cómo adorar al Dios verdadero. Pero, poco a poco, la maldad y el pecado de la ciudad fueron influyendo en el pensamiento de la familia a tal punto que la conciencia se iba encalleciendo y estaban contagiados con el pecado de las ciudades de la llanura.
Un llamado de atención.
En el capítulo 14 aparece un segundo punto importante en la vida de Lot. A causa de una guerra, los reyes de Sodoma y Gomorra son vencidos. Lot y su familia son llevados cautivos y son despojados de sus pertenencias (Génesis 14:12). Abraham entra en escena y con un ejército improvisado hace frente a los ejércitos de la coalición enemiga y los vence liberando a su sobrino con todas sus pertenencias. (v. 14-16)
¿Interesante, no? ¿Acaso no fue este un llamado de atención para Lot? Sigamos leyendo porque la historia no termina ahí.
II. CUANDO NO QUEREMOS SACAR EL MUNDO DE CASA
Llegamos ahora al capítulo 19 de Génesis.
Dos mensajeros del Señor llegan a Sodoma. El propósito era destruirla a causa de su maldad (Génesis 18:20-21). Aunque Abraham había intercedido por la ciudad pecadora, no se hallaban justos en la ciudad y por amor a Abraham, Dios sólo cuidaría de la vida de Lot y su familia.
Conocemos el resto de la historia. Los ángeles llegan a la ciudad y son recibidos por Lot en su casa. Al anochecer, el pueblo se juntó a la puerta de la casa de Lot para abusar de los extranjeros. La maldad no tenía límites. Lot, en un intento por apaciguar a la muchedumbre, ofrece a sus hijas vírgenes. De manera sobrenatural los ángeles dejan ciegos a los hombres que estaban a la puerta, meten a Lot y sus hijas en casa y les dicen:
“Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar; porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo” Génesis 19:12-13.
En su desesperación, Lot sigue las palabras de los ángeles. Intenta salvar a sus yernos pero ellos se burlan de él. Lo único que le queda por hacer es tomar a sus hijas y a su esposa. Sólo que según la Biblia, los ángeles tienen que “apurar” a Lot. (v15) y en el versículo 16 agrega:
"Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas” Génesis 19:16-17.
Ese es el peligro que corremos como familias cristianas. Poco a poco nos vamos acostumbrando con el entrenamiento que tenemos. Con las comodidades que este mundo nos ofrece, nos cuesta abandonar lo que “amamos” al costo de perder lo que realmente deberíamos valorar: la familia y la eternidad.
Creo que no hay mejor resumen para lo que estoy diciendo que lo que sucede con la esposa de Lot.
Los ángeles les habían dicho: “Escapen por sus vidas; no miren para atrás” (v. 17).
No piensen en lo que están dejando. ¡Avancen a la salvación! ¡Dejen atrás la ciudad, la vida, de pecado! Pero cuán difícil puede ser dejar atrás un pecado, un gusto, un deseo del corazón...
Lo que me más me llama la atención es que Lot comienza a negociar con el ángel para que en vez de ir a los montes como Dios le decía, quería ir a otra ciudad... Lot y su familia... no querían dejar el pecado.
Dice la Biblia que la mujer de Lot se dio vuelta para ver la ciudad que estaba en llamas y se convirtió al instante en una estatua de sal (v. 26).
En referencia a este momento Elena de White dice:
“¡Cuán rebelde fue Lot para obedecer al ángel e ir tan lejos como fuera posible de la corrupta Sodoma que estaba sentenciada a ser destruida! Desconfió de Dios y suplicó poder permanecer en ella. La vida en esa ciudad malvada había debilitado su fe y su confianza en la justicia del Señor Pidió que se le permitiera obrar según sus deseos, y no como se le pedía para que no lo venciera el mal y debiera morir. Los ángeles llegaron en una misión especial para salvar las vidas de Lot y su familia; pero Lot había vivido tanto tiempo rodeado de influencias corruptoras que su sensibilidad estaba embotada y no podía discernir las obras de Dios y sus propósitos; no podía abandonarse a sus manos para que él hiciera su oferta. Continuamente suplicaba por él mismo y esa falta de fe costó la vida de su esposa. Miró atrás, hacia Sodoma y, murmurando contra Dios, fue transformada en una estatua de sal para que permaneciera como una advertencia a todos aquellos que desprecian las gracias especiales y las providencias del cielo. Después de esta terrible retribución, Lot ya no se atrevió a reducir el paso, sino que huyó a las montañas, siguiendo las instrucciones de los ángeles” (4TI, 114).
Ese es el gran problema que hoy como familia cristiana tenemos. No es que vivimos en el mundo, el problema es que el mundo vive dentro de nosotros.
Estamos tan acostumbrados al pecado que el pecado nos gusta. Nuestros hijos, e incluso nosotros mismos, estamos presos de lecturas, programas, series, juegos, redes sociales, etc... que coqueteamos con el pecado.
Hay una cita que puede abrir nuestro entendimiento en relación a nuestra gran lucha:
“La obra de Satanás consiste en inducir a los hombres a no tener en cuenta a Dios, absorber de tal manera la atención que tenemos tiempo para pensar en nuestro Hacedor” (HC, 365).
Entonces, ¿Qué es lo que Dios quiere de ti?
LLAMADO
El gran llamado que Dios te hace es: “corre por tu vida”. Saca a tu familia de la Sodoma espiritual. Lucha contra el pecado. Busca maneras de concentrar a tu familia en las cosas de Dios. No permitas que Sodoma se meta en tu casa. No permitas que el pecado ensucie tu cabeza y la de tu familia.
Creo que más que nunca la invitación que el apóstol Pedro nos hace es más que válida:
“Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:11-13).
- Este mundo será destruido muy pronto
- Debemos tener un reavivamiento en nuestras vidas y familias
- Dios nos llama a alejarnos del pecado y volvernos hacia la santidad
- Sigamos esperando su promesa porque pronto será una realidad y pronto podremos ir a casa a vivir con nuestro Padre celestial por la eternidad.
¿Cuántos quisieran hoy aceptar el llamado de Dios a un reavivamiento y una reforma familiar, abandonando lo que haya que dejar y consagrando nuevamente nuestras vidas a la santidad? ¡Los invito a ponerse de pie para que oremos juntos!
ORACIÓN
Padre nuestro, quita el pecado de nuestras vidas. Limpia nuestras mentes. Limpia nuestras familias. Quita todo lo que está en nuestros corazones y nos ata a este mundo. Queremos dejar todo esto que será consumido para ir a vivir a casa. Limpia a nuestros hijos. Los consagramos a ti. Nos consagramos a ti y lo hacemos en el nombre de Jesús, amén.
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