"Después del milagro de la purificación de las aguas en Jericó, Eliseo fue a Betel. Y cuando iba por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad, y se burlaron de él diciendo: “¡Calvo, sube! ¡Calvo, sube! Mirando hacia atrás, los vio, y los maldijo en el nombre de Jehová. Entonces salieron dos osos del monte y despedazaron a cuarenta y dos de ellos” 2 Reyes 2:23,24.
De acuerdo al relato bíblico, cuarenta y dos muchachos se burlaron de Eliseo, se mofaron de él.
¿Por qué molestó a Eliseo esa burla, hasta el punto de maldecirlos?
¿Eran cuarenta y dos muchachos o niños?
Dos versiones traducen niños pequeños, en lugar de muchachos o jóvenes. Basado en las versiones que traducen Jóvenes o muchachos, más el apoyo del Espíritu de Profecía, omitimos niños, para usar el término, jóvenes.
La versión de Jerusalén traduce “Cuando unos niños pequeños”.
La versión católica traduce “Cuando unos niños pequeños”.
Antigua versión (1569) traduce “Cuando unos muchachos”.
“Eliseo era hombre de espíritu benigno y bondadoso; pero también podía ser severo, como lo demostró su conducta cuando, en camino a Betel, se burlaron de él los jóvenes impíos que habían salido de la ciudad”. PR, 177.
I. UNA BURLA INDIGNANTE
"¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!" 2 Reyes 2:23.
La Nueva Versión Internacional traduce: “¡Anda viejo calvo!
Es probable que lo de calvo se refiera a la calvicie del profeta.
“Ellos habían oído hablar de la ascensión de Elías, e hicieron de este acontecimiento solemne un motivo de burlas. Diciendo: “¡Calvo, sube! ¡calvo, sube!” PR, 177.
De acuerdo a esta información, la indignante burla hecha al profeta, se debió a dos cosas:
- Primero, se referían a la calvicie del profeta, o a un defecto físico, por tener poco cabello.
- Segundo, se burlaban de un acontecimiento solemne, no creían en la ascensión del profeta Elías.
La burla era doble, se mofaban de lo físico del profeta y de un acontecimiento espiritual y sagrado, la traslación de Elías al cielo y eso era imperdonable.
Ahora comprendemos el coraje de Eliseo, no soportó que estos jóvenes impíos se burlaran de algo tan grandioso, majestuoso e imponente, como era el milagro de la ascensión de Elías al cielo, un acto y obra de Dios.
En pocas palabras, Eliseo sintió coraje, porque la causa de Dios estaba siendo ultrajada y humillada y eso era imperdonable. Dios no soportó las burlas.
“Al oír sus palabras de burla el profeta se dio vuelta, y bajo la inspiración del Todopoderoso pronunció una maldición sobre ellos. El espantoso castigo que siguió provino de Dios. “Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos cuarenta y dos muchachos”. PR, 177.
Bien podríamos llamar a este castigo, “Masacre divina”. (matanza en masa).
Por lo menos, cuarenta y dos hogares de luto. ¡Fue un acto doloroso! Cuarenta y dos madres destrozadas por el dolor de haber perdido a sus hijos.
Sin embargo, nos preguntamos:
¿Qué tipo de padres tenían estos jóvenes?
¿Qué educación habían recibido en sus hogares?
El comentario Bíblico Adventista, tomo 2, página 854, señala dos características negativas de estos jóvenes:
“Una turba de jóvenes rudos y disolutos, que estaban inspirados por Satanás”.
Al parecer, no hubo educación religiosa profunda por sus padres, ni en sus respectivos hogares. Había un vacío en sus almas y este fue utilizado por Satanás.
¡Cuidado, padres, nos puede pasar lo mismo! Reforcemos la vida espiritual de nuestros hijos. Vigilemos nuestros hogares, cultos y ceremonias.
En la Biblia, todos los cultos y ceremonias son solemnes y sagrados. No debemos permitir que se rebajen a un nivel común y ordinario. Nos referimos a dos ceremonias específicas: el bautismo y la cena del Señor.
Son dos ocasiones majestuosas e imponentes, porque en ambas, está la presencia de Dios.
No permitamos que esto solemne, se transforme en algo trivial, carente de reverencia y significado.
II. LECCIONES ESPIRITUALES DE ESTE TERRIBLE INCIDENTE
“Si Eliseo hubiese pasado por alto las burlas, la turba habría continuado ridiculizándole, y en un tiempo de grave peligro nacional podría haber contrarrestado su misión destinada a instruir y salvar. Este único caso de terrible severidad bastó para imponer respeto durante toda su vida. Durante cincuenta años entró y salió por las puertas de Betel, para recorrer la tierra de ciudad en ciudad y pasar por entre muchedumbres de jóvenes ociosos, rudo y disolutos; pero nadie se burló de él ni de sus cualidades como profeta del Altísimo.” PP, 577, 578.
4 Lecciones:
1. No permitir el ridículo en ninguna forma.
2. No permitir que nuestra misión salvífica sea contrarrestada.
3. No permitir la falta de respeto a Dios, a su causa y a sus representantes.
4. No permitir la irreverencia en nuestros hijos, en los asuntos sagrados e espirituales.
“La reverencia, de la cual carecían los jóvenes que se burlaron de Eliseo, es una gracia que debe cultivarse con cuidado. A todo niño se le debe enseñar a manifestar verdadera reverencia hacia Dios. Nunca debe pronunciarse su nombre con liviandad o irreflexivamente. Los ángeles se velan el rostro cuando lo pronuncian. ¡Con qué reverencia debiéramos emitirlo con nuestros labios, nosotros que somos seres caídos y pecaminosos!
Debe manifestarse reverencia hacia los representantes de Dios: los ministros, maestros y padres que son llamados a hablar y actuar en su lugar. El respeto que se les demuestre honra a Dios”. PR, 178.
Gracias a Dios porque hay tres instituciones y tres representantes capaces de instruir a la niñez adventista, para que respeten, honren y reverencien a Dios en todo.
Me refiero, a la iglesia, a los colegios y a los hogares adventistas.
Gracias a Dios por sus representantes: Ministros, maestros y padres.
La tarea no es fácil, pero la instrucción está impresa dentro de las páginas de la Palabra de Dios. Gracias a Dios por la luz del espíritu de profecía y por los consejos inspirados que sirven de guía para estos tres representantes de Dios en la tierra.
Nuestra gratitud como miembros de iglesia, por tener tanto conocimiento y tanta luz, que otros no tienen.
Nuestra gratitud a Dios, porque hay ministros muy celosos y responsables, que no sólo instruyen a la hermandad con un así dice Jehová, sino también con su ejemplo.
Nuestra gratitud a Dios, por cada institución educativa adventista, y por sus maestros que con dedicación enseñan no sólo el conocimiento humano sino también el conocimiento de Dios.
Nuestra gratitud a Dios por cada líder y maestro o maestra de las divisiones infantiles de la Escuela Sabática, que cada sábado instruyen a niños y menores en las enseñanzas de la Palabra de Dios.
Nuestra gratitud a Dios, por cada padre y madre que cada día dedica tiempo para inculcar en sus hijos los principios de la Palabra de Dios, enseñándoles lecciones de respeto, cortesía, obediencia y dominio propio.
Expresemos nuestra gratitud en forma tangible, mediante nuestra ofrenda de gratitud.
CONCLUSIÓN
Cuarenta y dos muchachos impíos, se burlaron de Dios y de su profeta.
Eso provocó la maldición del profeta hacia ellos y el castigo divino inmediato, despedazando a la turba por medio de dos osos que salieron del monte.
Dios no soporta la falta de respeto hacia Él y hacia sus representantes.
Tampoco soporta la irreverencia en asuntos que requieren de solemnidad.
Seamos cuidadosos y responsables en tres áreas: Iglesias, escuelas y hogares.
Ministros, maestros y padres, sembremos con paciencia y fidelidad, para cosechar eternidad.
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