Introducción:
El astigmatismo es una perturbación visual causada por un defecto en la curvatura del cristalino; Esta imperfección del ojo, percibe la imagen de un punto luminoso como una mancha linear o irregular.
En otras palabras el astigmatismo es la falta de la nitidez en la visión tanto para cerca como para lejos. Las personas que sufren de esta enfermedad no ven con nitidez líneas, letras o paisajes. (Puede entrevistar a alguna persona que tenga esta enfermedad y pueda explicar mejor)
Astigmatismo espiritual
Cuando analizamos el estado actual de los seres humanos podemos percibir que muchos sufren de una enfermedad que podríamos llamar: “astigmatismo espiritual” haciendo un paralelismo con el astigmatismo visual. Veamos en que consiste. Las personas que poseen esta enfermedad son aquellas que conocen muy bien la vida cristiana, pero les falta nitidez para discernir entre lo que, es correcto y lo que está errado.
Las víctimas de esta enfermedad son personas que participan activamente en la iglesia, pero por algún motivo específico, perciben de forma opaca, las verdades espirituales.
¿Cómo curar el astigmatismo espiritual?
Apenas existe una forma de curar del astigmatismo espiritual. Es necesario conservar los ojos jos en Jesús, pues Él es el autor de la fe verdadera. Leer Hebreos 12:2 “Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de Él procede nuestra fe y Él es quien la perfecciona...” DHH.
¿Existen algunos ejercicios espirituales para mejorar la visión?
Los astigmáticos espirituales deben practicar tres ejercicios que les ayudarán a curarse de esta incómoda enfermedad. En realidad, estos tres ejercicios ayudarán a mantener nuestros ojos fijos nítidamente en Jesús. Estos ejercicios se encuentran relatados en Hebreos 12:1. Veamos cuáles son.
I. Ejercicio espiritual - “despojémonos de todo peso”
Dejar de lado lo que nos estorba. Significa abandonar prácticas que no son pecados en sí mismos, pero que pueden llevarnos a pecar. A veces gastamos nuestro tiempo y nuestra energía en cosas vanas que no nos llevarán a ningún lugar. Cosas que aparentemente no pueden ser definidas como pecado, pero sutilmente, hacen que nuestros ojos perciban a Cristo borrosamente, sin claridad.
Vea algunos ejemplos: Actividades que roban nuestro tiempo: mirar demasiada televisión, navegar sin rumbo en Internet, asistir programas inconvenientes, trabajar en exceso, etc.
Esas cosas que perjudican nuestra vida espiritual, generalmente son prácticas divertidas pero no recreativas; ni percibimos a veces, pero acaban destruyendo nuestra relación con Dios.
Ilustración
Cuenta la historia que siete nietos fueron a pasar sus vacaciones con su abuelita. Un domingo, ella decidió hacer un delicioso pollo al horno para el almuerzo. Muy temprano, llamó a sus nietos y les dijo: ¡mis queridos, hoy comeremos un pollo al horno! Por esta razón les pido que ustedes agarren una gallina, allí en el patio. ¿Pueden hacerlo? Y ellos respondieron: ¡claro que sí abuela, será muy fácil!
Los niños salieron corriendo hacia el fondo de la casa intentando agarrar una gallina. Después de una hora, corriendo y saltando se sentaron desanimados. ¡Los pollos eran más inteligentes que ellos! Observando por la ventana estaba la experimentada anciana que lentamente fue caminando hacia los niños y preguntó:
- ¿No consiguieron agarrar ni una sola gallina?
Los niños desanimados respondieron:
- ¡Ni una, abuela!
Alegremente la abuela les dijo:
- Entonces observen cómo su abuela hace, mis queridos nietos.
Ella agarró una lata de maíz y comenzó a esparcirlos en el patio. Primero lanzó los maíces bien lejos y todas las gallinas comenzaron a comer. La abuela fue tirando los maíces cada vez más cerca de ella y las gallinas se fueron aproximando más y más, felices de la vida comiendo el sabroso grano. (Mostrar granos de maíz)
Llegó el momento en que la abuela lanzó los maíces cerca de sus pies y todos los pollos vinieron sin miedo para comer. La abuela entonces escogió la gallina más gordita y la agarró con una increíble facilidad.
Aquel domingo todos saborearon un delicioso almuerzo.
Muchas personas actúan como las gallinas engañadas por la abuelita. Se acercan mucho a los placeres, a cosas peligrosas y vanas, que aparentemente no son de nidas como pecado, pero en poco tiempo nos enredan en peligros.
Ejemplo de Abraham
Abraham cometió un error muy triste cuando él no confió en Dios. La historia de este patriarca es bastante conocida. Él se mudó para Egipto y llegando allá tuvo miedo de ser muerto por el rey, por causa de la belleza de su mujer. Lleno de temor y con poca fe él mintió al rey diciendo que Sara (su esposa) era su hermana (esta historia está relatada en Génesis 12).
El miedo y la falta de confianza no son pecados en sí mismos. Si Abraham hubiese confiado en Dios, el miedo no lo habría llevado a mentir; mentir es un serio pecado. El problema es que el miedo y la falta de confianza son cosas que nos estorban y nos tornan astigmáticos espirituales. El miedo y la incredulidad nos llevarán ver a Cristo de forma distorsionada y a pecar.
Ilustración
La falta de fe me hace recordar la trágica historia de Charles Templetom.
Después de abandonar el periodismo para abrazar su ministerio, Templetom conoció a Billy Graham (famoso evangelista del siglo XX) en 1945, en una campaña para la juventud de Cristo. Fueron colegas de cuarto y compañeros durante un interesante viaje por Europa, se alternaban para predicar en las campañas. Templetom fundó una iglesia que luego se tornó muy grande, un templo para 1200 lugares. Su amistad con Billy Graham creció. Sin embargo, Templetom comenzó a tener dudas. Su fe cristiana comenzó a debilitarse. Y por causa de su incredulidad ese famoso predicador se convirtió en uno de los principales opositores del cristianismo y de la fe.
El miedo y la falta de fe no son pecados en sí mismos, pero quitan la nitidez de nuestra visión espiritual, llevándonos a pecar. Debemos dejar a un lado las cosas que nos estorban (miedo e incredulidad) para no tornarnos en astigmáticos espirituales.
Ejemplo de David
David fue un gran hombre. Sin embargo, cometió terribles errores y pecados. En realidad David sufrió de astigmatismo espiritual.
¿Qué llevó a ese consagrado rey a transformarse en un astigmático espiritual?
¿Fue la contemplación de cosas erradas?
La historia es bastante conocida, está relatada en 2 Samuel 11. David salió de su cama en una bella mañana de sol y vio por el balcón una bella mujer que se estaba bañando. A David le gustó lo que percibió y se quedó contemplando a Betsabé por mucho tiempo. La contemplación de cosas vanas y erradas, quitan la nitidez de nuestra visión y nos llevan a pecar.
Las personas que viven en el siglo XXI son constantemente llevadas a contemplar cosas vanas. Cosas que en sí mismas no son pecaminosas, pero nos conducen a equivocarnos y a la enfermedad crónica del astigmatismo espiritual. David vio a la mujer bañándose y decidió continuar observando.
Hoy muchas cosas pasan delante de nuestros ojos, sean buenas o malas. La decisión de continuar contemplando será nuestra.
Debemos tener cuidado con lo que contemplamos. Algunas veces creemos que no existe nada malo en ver esto o aquello. No olvide la táctica de la abuelita. El Diablo lanza maíces lejos hasta que poco a poco hace que nos acerquemos a él y entonces será muy tarde. Debemos contemplar solamente aquello que es bueno y correcto, así estaremos previniéndonos del astigmatismo espiritual. Leamos juntos Filipenses 4:8.
II. Segundo ejercicio espiritual – “abandonando el pecado que nos asedia”
Abandonar el pecado. Pecar es la práctica avanzada de la dolencia llamada astigmatismo espiritual. Esto ocurre cuando cometemos actos equivocados frecuentemente y de forma voluntaria, y aún así creemos que está todo bien. Sin embargo, aún estando en este estado, es posible obtener la cura del astigmatismo espiritual. ¿Cómo? Necesitamos abandonar el pecado que perjudica nuestra vida. Es verdad que cuanto más pecamos, más enfermos quedamos. Es muy importante tener conciencia que el pecado destruye nuestra vida y acaba con nuestros sueños.
Ilustración
Conozcamos la historia de María (nombre ficticio). María era una jovencita linda, inteligente y cristiana. Un día conoció un joven que aparentemente parecía ser su príncipe encantado. Después de algunos encuentros y conversaciones ellos se enamoran y se tornaron novios. Los amigos y familiares de María percibieron que aquel noviazgo era peligroso y empezaron a aconsejarla para terminar esa relación. Hasta ahí María no había pecado, aunque esa relación no la acercaba a Dios.
Después de algunos meses de noviazgo, María quedó embarazada; ¡qué tristeza! Tuvo que casarse rápidamente. En esa fase de la vida María ya estaba completamente contagiada con el “astigmatismo espiritual”. Después de estar casada por un año, María se separó del joven, la verdad es que la abandonaron. Por causa de su pecado, María se transformó en una madre solitaria.
El pecado es destructor y maligno, oscurece nuestra visión e impide que vea- mos a Cristo nítidamente. ¡Necesitamos abandonar de nitivamente el pecado! Volviendo al ejemplo de Abraham, como ya fue dicho, el patriarca no con ó en Dios. Por dos veces la incredulidad llevó a Abraham a mentir y a pecar.
La mentira es abominable y desoladora. A veces somos llevados a engañar y a mentir. Y de esta forma caemos en un mundo de pecados e ilusiones. Todas las personas que practican la mentira y el pecado se vuelven astigmáticos espirituales. Así es que encontramos personas que sufren de este mal. Personas que como Abraham aman a Dios, pero por causa de su incredulidad acaban pecando. Son personas que se tornan deshonestas en el trabajo; que mienten para sus padres; que hacen trampa en los exámenes para pasar de año, etc.
Volviendo al ejemplo de David podemos ver las consecuencias terribles que el astigmatismo espiritual produce. Por causa de su contemplación errada David acabó matando y adulterando. (Esta historia se encuentra en II Samuel 11: 1-27) Vea hasta que punto el astigmatismo espiritual puede llegar. Lleva a las personas adulterar, matar, etc. Así como el cáncer produce dolor y sufrimiento físico, también el astigmatismo espiritual produce sufrimiento, dolor espiritual y mental.
La contemplación de cosas malas, tarde o temprano, llevarán al pecado. Si alimentamos nuestra mente con cosas buenas, nuestros actos también serán buenos, pero si alimentamos la mente con cosas impuras, los actos también serán impuros. David alimentó su alma con cosas prohibidas (como codiciar una mujer ajena) y acabo pecando y sufriendo por causa de sus actos. Esto es lo que el astigmatismo espiritual hace con las personas.
Ilustración
Algunos años atrás, un joven entró al cine y armado con una ametralladora mató decenas de personas inclusive a sí mismo. Descubrieron que había visto una película violenta de Hollywood, por más de 20 veces seguidas. Aquello que el joven vio in uenció tanto su mente que acabó siendo el protagonista de una terrible tragedia. Contemplar cosas equivocadas nos hace pecar. Por eso, para librarnos del astigmatismo espiritual, necesitamos dejar de lado las cosas que nos estorban y también el pecado que arrasa con nuestra vida. Decidamos contemplar a Jesús de forma permanente.
Tal vez pienses: “¡El astigmatismo espiritual ya terminó con mi vida! No existe más solución, estoy hundido en el pecado y no consigo más ver nítidamente a Jesús”.
Quiero decirte que si te sientes de esta forma, aún existe una salida. Cualquier persona puede obtener la cura de esta terrible enfermedad, sin embargo precisas querer y es justamente en esta hora que entra en acción una virtud indispensable, la perseverancia.
Perseverancia es el último ejercicio espiritual mencionado en Hebreos 12:1. Dice allí: “Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante”. Perseverancia es levantarse después de haber caído, es continuar corriendo cuando no se tiene más aire, es continuar intentado aún cuando el desánimo se apodera de nosotros. Jesús estará siempre dispuesto a animarte y ayudarte en esta carrera.
Ilustración
Cierta vez, un instructor bíblico estaba en la casa de un hombre enseñándole acerca de la salvación. Después del estudio, el hombre le dijo al instructor bíblico: Profesor, ya entendí todo y por fe acepto todo lo que usted me enseñó, pero aún así no consigo parar de fumar. El instructor observó al hombre y abrió la Biblia en Filipenses 4:13 que dice “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Una vez leído el texto el instructor pidió un bolígrafo a aquel hombre y dijo: “ahora cambiaré la Biblia” y comenzó a leer – todo lo puedo en Cristo que me fortalece, coma, excepto dejar de fumar. El hombre reaccionó y exclamo: “No cambie la Biblia profesor, es la Palabra de Dios”. Entonces el instructor, mirando a los ojos del hombre, le dijo: “Usted puede dejar de fumar, porque Jesús le dará fuerzas y le ayudará a vencer”
Si percibes que estás sufriendo de astigmatismo espiritual, quédate tranquilo, porque si tú quieres, puedes ser curado. Nunca olvides que, todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. (Fil. 4: 13).
Dios quiere curarte hoy, pero talvez Él te pida algo que tiene mucho valor en tu vida. Él puede pedir tu empleo, tu enamorada, tus mentiras, etc. Lo bueno y lo malo. Entrégale todo a Él, porque sólo así conseguirás levantarte y mirar a Jesús, quién está esperándote lleno de amor.
Llamado
Dios quiere utilizarte para ser “lentes espirituales” de muchas personas que no están viendo con claridad su divina voluntad. Tal vez conozcas a alguien que está sufriendo de astigmatismo espiritual. Dios quiere usarte así como usó a Natán para curar a David. Él siempre quiere darte una visión clara de lo que hará de ti, un cristiano victorioso.
¿Te gustaría aceptar este ofrecimiento que te hace Jesús? ¿Puedo ver las manos? (Levantar la mano indicando).
Oremos.
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