By Samuel Mancilla
I. Propósito del sermón:
Quiero en esta ocasión recordarles que lo que está en juego en la batalla cósmica en la que todos estamos inmersos, tiene que ver con respecto a quién adoramos. Recordarles también un acto de adoración que algunos hemos olvidado y otros hemos descuidado. Por último quiero recordarles que en lo que respecta a adoración, no hay lugar neutral; adoramos a Dios, de no hacerlo se adora a la bestia.
II. Lectura Bíblica: Deuteronomio 26:1-10
"Cuando hayas entrado en la tierra que el Eterno tu Dios te da en herencia, y la poseas y habites en ella; tomarás de las primicias de todos los frutos de la tierra que el Eterno tu Dios te da, las pondrás en un canastillo e irás al lugar que el Eterno tu Dios elija para morada de su Nombre; llegarás al sacerdote que esté en función, y le dirás: 'Reconozco hoy al Eterno tu Dios, que entré en la tierra que él juró a nuestros padres que nos la daría."
El sacerdote tomará el canastillo de tu mano y lo pondrá ante el altar del Eterno tu Dios.
Entonces dirás ante el Eterno tu Dios:
"Un arameo a punto de perecer fue mi padre. Descendió a Egipto con pocos hombres. Habitó allí, y llegó a ser un pueblo grande y numeroso. Los egipcios nos maltrataron, nos afligieron y nos sometieron a dura servidumbre. Clamamos al Eterno Dios de nuestros padres, y él oyó nuestra voz, vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión, y nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, con grandes portentos, señales y milagros, nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra que mana leche y miel. Y ahora he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Eterno'. Y lo dejarás ante el Eterno tu Dios, y te inclinarás a él. Y te alegrarás por todo el bien que el Eterno tu Dios te haya dado a ti y a tu casa. También se alegrarán contigo el levita y el extranjero que están en medio de ti" Deuteronomio 26:1-10.
"Un arameo errante". Se refiere al nómade y humilde comienzo de la nación. Como un animalito extraviado, como una ovejita perdida, que había perdido el rumbo; así, fue el inicio de todo. "Yo anduve errante como una oveja extraviada; ¡busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos!
III. ¿Qué significa el término primicia?
La palabra hebrea para “primicias” es bikkûrîm que quiere decir primer fruto, o el fruto más temprano. Pero también puede significar “una promesa por venir”, y comparte la misma raíz de la palabra, bekhor, el término que significa “primogénito”. "La presentación de las primicias conmemoraban la liberación de los primogénitos de Egipto" 1CBA, 1057.
IV. Dos palabras en la biblia para referirse a primicias
La naturaleza de la ofrenda de las primicias se enfatiza con 2 palabras hebreas:
1. bikkûrîm= Consistía en la parte de la cosecha que maduraba más temprano.
2. rê'hîth= Era la más escogida (rê'hîth). La palabra reshîd, principalmente tiene una fuerte connotación de algo que es seleccionado, por lo que primicias también significa lo “selecto”, o “lo mejor”.
Al referirse a ofrendas de primicias puede bien estarse refiriendo a lo primero en el sentido de orden, y a lo primero en el sentido de superioridad, a “lo más selecto”, a lo que es prominente, destacado, superior, sobresaliente, lo que es señalado por Dios para ofrecérselo.
Pareciera ser que ambos significados son aplicables cuando se refiere, reconocer a Dios como el Gran Sustentador y Proveedor.
V. Las Fiestas de las Primicias en Israel
La festividad judía que celebra la Fiesta de las Primicias, Yom HaBikkurim, es una de las fiestas más mencionadas en la Biblia, después de la Pascua.
La Fiesta de las Primicias celebra y reconoce que es la mano de Dios que bendice y provee a su pueblo.
Se hacían ofrendas especiales de Primicias en cada una de las tres grandes fiestas anuales de Israel: la de los Panes sin Levadura, la de Pentecostés y la de los Tabernáculos.
El 16 de Nisán, el día siguiente del sábado anual de la Pascua, una gavilla de cebada recién madura era mecida ante el altar (Levítico 2:12; 23:10, 11).
El día de Pentecostés se presentaban a Jehová dos panes de cebada, cocidos con levadura y harina de trigo de la nueva cosecha (Levítico 23:17; Éxodo 34:22).
La fiesta de los Tabernáculos, en el mes 7o, era en sí misma un acto de gratitud a Dios por todas las cosechas recogidas, y aparentemente se ofrecían las primeras frutas o las más escogidas en relación con aquellas (Éxodo. 23:16, 19; Levítico. 23:39).
Los antiguos israelitas ofrecían las primicias al Señor en forma nacional (Levítico 23:10, 17). La ofrenda nacional también tenía un significado simbólico (ver com. 1Corintios 15:20). La gavilla mecida de las primicias de la cosecha era un símbolo de Cristo, las "primicias" o promesa de la gran cosecha que seguirá cuando todos los justos muertos sean resucitados en la segunda venida de Cristo (ver 1Corintios 15:23; 1Tesalonicenses 4:14-16). Cristo resucitó de los muertos el mismo día cuando la gavilla mecida era presentada en el templo (Levítico 23:14).
Así como la primera gavilla era una promesa y una seguridad de la recolección de toda la cosecha, así también la resurrección de Cristo es una promesa de que todos los que depositan su confianza en él serán resucitados de los muertos.
Pero también ofrendaban las primicias de manera personal (Deuteronomio 26: 1-11). Dar las primicias era un reconocimiento de la bondad de Dios al proporcionar la cosecha.
VI. Las primicias se entregan después de haber recibido de Dios.
El texto comienza diciendo: “Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites” Deuteronomio 26:1.
La declaración del texto nos hace pensar que Dios no pide nada sin que él primero haya dado. Cuando él reclama las primicias es porque de antemano nos ha provisto para nuestras necesidades y nos ha dado algo que poseer.
VII. Las primicias se condicionan a las bendiciones recibidas.
“ENTONCES tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiera para hacer habitar allí su nombre” Deuteronomio 26:2.
El segundo texto de Deuteronomio 26, merece un análisis detenido y lo dividiremos en tres partes:
1. “Entonces tomarás de las primicias” está indicando que si Dios fallaba en introducirlos a la tierra prometida y no les proveía para su sustento, ellos quedaban libres de entregar las primicias. Pero Dios cumplió sus promesas, por lo que su pueblo quedaba obligado a reconocerlo entregándole lo primero o lo mejor de todos los frutos de su trabajo.
Nosotros de igual manera, no estaríamos obligados si no hubiésemos recibido del Señor las provisiones diarias para nuestra vida.
Las primicias son de todos los frutos del trabajo y de los que Dios nos provee.
2. “Los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da” La tierra era la fuente de trabajo de Israel, el germen de los bienes, el origen de los ingresos del pueblo de Dios. En el contexto de Israel como nación agrícola Dios expresa que lo que le corresponde a él son las primicias de la tierra.
Nuestro contexto ha cambiado, no todos obtenemos nuestros ingresos del trabajo agrícola, pero el principio sigue siendo el mismo. Lo primero o lo mejor, lo más selecto de nuestro trabajo, ingresos y bienes, siguen siendo de Jehová. Nadie que haya recibido del Señor su sustento diario osaría en robarle a Jehová sus primicias.
Las primicias tienen un lugar señalado por Dios para entregarlos.
3. “Las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiera” Dios fue específico con su pueblo al indicarle el trato que se le daría a lo que él había seleccionado como su propiedad.
a. El adorador tendría que colocarlo en un recipiente señalado por Dios; una canasta era el objeto que Dios escogió, ¿por qué escogió Dios una canasta? No lo sabemos, las órdenes de Dios no se discuten, se obedecen.
b. El adorador debería llevarlo a donde Dios indicó, no lo guardaría en su casa, ni lo entregaría a quien este quisiera. Esto nos ayuda a entender que no todos los que solicitan una ofrenda son los receptáculos indicados por Dios. Dios ha definido el lugar y los receptáculos para que el adorador entregue las primicias.
VIII. Las primicias nos recuerdan el pasado y nos aseguran un futuro glorioso.
“Entonces dirás ante el Eterno tu Dios: 'Un arameo a punto de perecer fue mi padre. Descendió a Egipto con pocos hombres. Habitó allí, y llegó a ser un pueblo grande y numeroso. Los egipcios nos maltrataron, nos afligieron y nos sometieron a dura servidumbre. Clamamos al Eterno Dios de nuestros padres, y él oyó nuestra voz, vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión, y nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, con grandes portentos, señales y milagros, nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra que mana leche y miel” Deuteronomio 26:5-9.
1. Las primicias nos mantienen con humildad al recordar nuestra procedencia y la triste forma en que vivíamos.
2. Las primicias nos revelan que la vida lejos de Dios es una vida de sufrimientos, dolores y abusos de los más fuertes.
3. Las primicias nos recuerdan que Dios oye nuestro clamor en el dolor de esta vida y que su poderosa mano nos ha sostenido en todo momento.
4. Las primicias nos recuerdan que la mano de Jehová nos ha conducido en el pasado, y nos revelan que sin su ayuda no habríamos podido llegar hasta este día.
Pero todavía más...
5. Las primicias de las gavillas (Levítico 23:10, 14, 17) era una promesa y una seguridad de que toda la cosecha sería levantada, así también la resurrección de Cristo, que es la primicia de los que durmieron, (1Corintios 15:20) es una promesa de que todos los que depositan su confianza en él serán resucitados de los muertos.
6. Las primicias apuntan al día cuando concluya nuestra esclavitud en este Egipto espiritual, y termine nuestro peregrinar en esta vida.
7. Las primicias nos anuncian que cuando finalmente lleguemos a la Canaán celestial, la tierra prometida, en verdad se cumplirá la expresión bíblica “Tierra que fluye leche y miel”.
8. Las primicias nos recuerdan que llegaremos al cielo no porque lo merezcamos, sino porque Dios quiso incluirnos en el plan de Salvación.
"Dios mismo será tu guía; y te ayudará en todo; él jamás te abandonará. ¡Echa fuera el miedo y la cobardía!" Deuteronomio 31:8
IX. Entregar las primicias es reconocer a Dios como proveedor
“Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios” Deuteronomio 26:10.
Tres puntos resaltan de este texto:
1. De nuevo, las primicias se presentan como frutos de la tierra que Dios ha provisto.
2. Al dejarlo delante de Jehová un sacerdote tomaba las primicias para presentarlo a Jehová, así pues Dios designó a un ser humano vulnerable a cometer errores para ser el recipiente de lo que él se había consagrado para sí.
3. La entrega de las primicias era y continúa siendo un acto de adoración al Gran Proveedor y Sustentador.
4. Ha colocado a las primicias en el mismo nivel de la adoración, de hecho se adora por medio de las primicias.
5. Tanto la observancia del sábado como la entrega de las ofrendas y las primicias manifiestan nuestra adoración.
En términos de adoración no se puede tomar una posición neutral. Se obedece al llamado del primer ángel de Apocalipsis 14:7 que invita: “¡Reverenciad a Dios y dadle honra, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" o se “adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente o en su mano”.
No adorar a Dios ya es adorar a la bestia, porque no hay posición neutral. Adorar a la bestia tiene graves consecuencias:
“Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente o en su mano, este también beberá del vino de la ira de Dios, vaciado puro en la copa de su ira. Y será atormentado con fuego y azufre ante los santos ángeles y ante el Cordero. Y el humo de su tormento sube para siempre jamás. Y los que adoran a la bestia y a su imagen, y los que reciben la marca de su nombre, no tienen reposo ni de día ni de noche” Apocalipsis 14:9-11.
6. Los antónimos o palabras contrarias a “adorar” son: blasfemar, deshonrar, despreciar, detestar, odiar, desamar y profanar. Así que quien no adora a Dios también por medio de las primicias está blasfemando, despreciando, detestando, odiando, desamando, y profanado al Creador de los cielos y la tierra.
7. De manera que retener las primicias es un desafío abierto a Jehová.
Retener las primicias es acto atrevido y arrogante de mostrarnos autosuficientes sin necesidad de los bienes que Dios nos prodiga.
8. Retener las primicias es manifestarle a Dios que nos creemos independientes y que no le necesitamos a él y tampoco necesitamos de lo que él nos da.
9. Retener las primicias es mostrarnos altivos para con Dios, iniciando el mismo camino de aquel que quiso ser igual a él.
X. Adorarás
"Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, Oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios y adorarás delante de Jehová tu Dios" Deuteronomio 26:10
"El reconocimiento de las bondades y misericordias de Dios es parte vital del culto. Jehová es Dios, y guarda su pacto y cumple fielmente sus promesas. Su pueblo no puede menos que expresar el aprecio que siente por la fidelidad que demuestra Dios." 1CBA, 1057
"Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti" Deuteronomio 26:11.
"El ofrecimiento de las primicias debía ir acompañado de fiesta y regocijo. Además de la familia inmediata, se invitaba a los levitas, a los vecinos y aún a los extraños a participar de las bondades del cielo" 1CBA, 1057.
Conclusión
Las primicias no es cuestión de dinero, es cuestión de adoración al Creador.
Acabamos de concluir un año lleno de bendiciones, gracias a Dios.
El Señor promete en Isaías 41:10:
"Por tanto, no tengan miedo, pues yo soy su Dios y estoy con ustedes. Mi mano victoriosa les dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre les dará su apoyo."
Por ello quiero invitar a aquellos que consideran que adoran al Señor, que comencemos adorándolo este nuevo año con nuestras primicias.
¿Quiere usted ser un adorador completo?
¿Quiere usted hacer el compromiso con Dios de adorarlo por medio de las primicias?
Si esa es su resolución le invito a decírselo al Señor por medio de una oración.
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