INTRODUCCIÓN:
"Y les dijo: El sábado fue hecho por causa del hombre y no el hombre por causa del sábado" Marcos 2:27.
ILUSTRACIÓN:
Cierta vez un candidato al bautismo fue a conversar con su patrón sobre su conversión y la decisión de guardar el sábado.
El jefe que era cristiano de otra denominación, no quería liberar el sábado para el funcionario, argumentando que Jesús trabajaba en sábado. Citó el texto cuando Jesús dijo:
- “¿Quién de vosotros no haría todo esfuerzo para retirar la oveja del pozo en sábado? ”.
Después de citar el texto, fuera de contexto, él argumentó: “Si Jesús dijo que todo esfuerzo podría ser hecho en sábado para sacar una oveja del pozo, entonces, no hay ningún problema en que tú vayas al trabajo este día, para esforzarte y ganar el sustento de tu familia. Dios va entender”.
El hermano respondió:
- “Patrón, una cosa es que una oveja caiga en un pozo un sábado una vez en la vida. Otra muy diferente, es que la oveja caiga todos los sábados en el pozo. Así, o usted tapa el pozo, o vende la oveja”.
Nuestro hermano no obtuvo el permiso de trabajo en relación al sábado. Mas acabó pidiendo su retiro y abrió su propio negocio. Que prosperó y hoy esta mucho mejor que en su antiguo trabajo.
I – El sábado, su origen y significado Marcos 2:27,28
A) La primera parte de la frase de Jesús de que el sábado fue hecho para el hombre es clara. La segunda parte confunde a algunos: “No el hombre por causa del sábado”.
La verdad él estaba rebatiendo la forma legalista y farisaica vivida por los judíos con la observancia del sábado. En ese sentido, el hombre no fue hecho para servir al sábado. Mas el sábado fue hecho para benefício del hombre.
El sábado fue creado por el Señor para el HOMBRE (refiriéndose a la humanidad), como dice el texto, y no apenas para el judío, como muchos evangélicos afirman.
El origen del Sábado se encuentra en la creación, cuando Dios descansó, bendijo y santificó de su obra en el séptimo día (Génesis 1-3).
Él tiene importancia como señal perpetúa de la alianza eterna entre Dios y su pueblo, a fin de que supiesen quien los creó (Éxodo 31:17) y los santifica (Éxodo 31:13; Ezequiel 20:12), y para que lo reconociesen como el Señor su Dios (Ezequiel 20:20).
B) El Carácter singular del sábado. El sábado es una ocasión especial para la adoración a Dios como Creador y Redentor, y como el Señor de la vida, con quien toda la família humana se reunirá por ocasión de la segunda venida. El mandamiento del Sábado forma el centro de la ley moral, como el sello de la autoridad de Dios.
Siendo que, constituye un símbolo de la relación de amor de Dios con sus hijos, los seres humanos son obligados a respetar este don, en el sentido de que harán lo posible para promover y envolverse en actividades duraderas y significativas con Dios. Cuando el sábado es reverenciado y guardado por los fieles, pasa a ser un testimonio con el paso del tiempo, en favor del Creador. Como dice Elena White:
“Es el deseo del Padre celestial preservar entre los hombres, mediante la observancia del Sábado, el conocimiento de Sí mismo. Su deseo es que el Sábado nos apunte hacia Él como el único Dios verdadero, y por su conocimiento podamos tener vida y paz”. 3TS, 16.
Así, su pueblo se envolverá apenas en actividades volcadas a Dios y sus semejantes, y no aquellas que se inclinan a la gratificación del propio yo o de sus propios intereses.
C) El sábado es para todos. La universalidad tiene sus raíces en la creación. De esa manera sus privilegios y obligaciones son vigentes para todas las naciones, clases o sectores. (ver Ex. 20:11; 23:12; Dt. 5:13; Is. 56:1-8).
La bendición de guardar el sábado está sobre todo fiel y no apenas para los israelitas.
"Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal. Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos." Isaías 56:1-7.
Así como su universalidad, la observancia del Sábado habla al respecto también a todos los miembros de la casa, incluindo los niños, y se extiende incluso “al extranjero que está dentro de tus puertas”. (Éxodo 20:10).
II – Directrices para guardar el sábado.
A) Princípios que orientan la observancia del sábado. Aunque la Bíblia no trate directamente de muchas cuestiones específicas que podemos tener actualmente en cuanto a la observancia del Sábado, ella nos presenta princípios generales aplicables hoy. (ver Éxodo 16:29; 20:8-11; 34:21; Isaías 58:13; Nehemías 13:15-22).
“La ley prohíbe el trabajo secular en el dia de reposo del Señor; la labor que constituye ganar el pan, debe cesar; ningún trabajo que vise placer o provecho mundanos, es lícito en ese día; mas como Dios cesó su labor de crear y reposó el Sábado, y lo bendijo, así debe el hombre dejar las ocupaciones de la vida diaria, y devotar esas sagradas horas a un saludable reposo, al culto y las buenas obras”. DTG, 186.
Ese concepto, entretanto, no apoya la inactividad total.
El Antiguo y Nuevo Testamento nos invitan a cuidar de las necesidades y aliviar los sufrimientos de los otros, pues el Sábado es un buen día para todos, particularmente para los humildes y oprimidos (Éxodo 23:12; Mateo 12:10-13; Marcos 2:27; Lucas 13: 11-17; Juan 9:1-21).
Sin embargo, ni siquiera las buenas obras deben oscurecer la principal característica bíblica de la observancia del Sábado, a saber, el reposo (Génesis 2:1-3). Esto incluye tanto el reposo físico (Éxodo 23:12) como el espiritual en Dios (Mateo 11:28).
Este último lleva al observador del Sábado a procurar la Presencia de Dios y la comunión con Él en el culto (Isaías 48:13), tanto en la meditación silenciosa (Mateo 12:1-8), como en la adoración pública (Jeremías 23:32; 2Reyes 4:23; 11:4-12; 1Crónicas 23:30; Isaías 56:1-8). Su objetivo es reconocer a Dios como Creador y Redentor (Génesis 2:1-3; Deuteronomio 5:12-15), y es compartido por la familia personalmente y por la comunidad mayor (Isaías 56:1-8).
B) Preparación para el sábado. Si el Sábado debe ser observado debidamente, la semana entera debe ser para recibir el santo dia de Dios cuando el llegue. Eso significa que los miembros adultos de la familia harán planes para que las tareas domésticas – la compra y la preparación de alimentos, la preparación de las ropas y todas las otras necesidades de la vida diaria – sea completada antes de la puesta de sol y al anochecer del viernes, adultos y niños podrán recibir el Sábado con tranquilidad, Habiendo concluído todos los preparativos y con la casa lista para pasar las próximas 24 horas con Dios y unos con los otros.
Los niños pueden ayudar en ese sentido, asumiendo responsabilidades de preparación para recibir el Sábado de acuerdo con su grado de madurez. La manera como la familia se aproxima al inicio del Sábado, a la puesta de sol del viernes, y la manera como es pasada la noche del Viernes, constituirán el escenario para recibir las bendiciones que el Señor ha reservado para todo el día que sigue.
C) La importancia de la hora del estudio de la Biblia. En los lugares donde los niños no tienen la ventaja de frecuentar escuelas adventistas, la Escuela Sabática se torna el mas importante medio de instrucción religiosa fuera del hogar. No se puede sobre estimar el valor de esta hora de estudio de la Biblia. Los padres, portanto, deben asistir a los cultos del Sábado de mañana y hacer todo lo posible para llevar a sus hijos consigo.
D) Actividades de la familia en sábado. En la mayoría de las culturas, la comida de Sábado al medio-día, cuando la familia se reúne en torno de la mesa para el almuerzo en el hogar, es un punto alto de la semana.
El espíritu de sagrada alegría y compañerismo, iniciado a la hora de levantarse y que continúa durante la programación en la mañana en la iglesia, se intensifica. Sin las distracciones de una atmósfera secular, la familia puede conversar sobre temas de interés mutuo y mantener la disposición espiritual del día.
Cuando es comprendida la naturaleza del Sábado, y existe una relación de amor entre padres e hijos, todos procurarán evitar la intromisión, en las horas sagradas, de música secular, radio, programas de televisión y vídeo, periódicos, libros y revistas.
Las tardes de Sábado, en cuanto sea posible, serán empleadas en actividades de familia – explorar a naturaleza, hacer visitas misioneras a dolientes o a otras que necesiten de ánimo, y asistir a las reuniones de la iglesia.
Debemos tener siempre la pregunta en mente:
¿Esta actividad me lleva a comprender mejor la verdadera y sagrada naturaleza del Sábado?
Así, la debida observancia del Sábado en el hogar ejercerá una influencia duradera para el tiempo y la eternidad.
III – Una promesa para el fiel guardador del sábado.
A) Promesa de éxito y sostén
Existe una promesa clara y directa para los guardadores del sábado. Para ellos el Señor promete prosperidad (prosperidad bíblica real, diferente de la prosperidad falsa predicada por la iglesia neo pentecostal), preeminencia, bendiciones y sostén que jamás faltara para ellos.
Isaías 58:14 dice:
"Si desviares tu pie del sábado, de hacer tu voluntad en mi santo día, y lo llamares delicia, santo día del Señor, digno de honra, y lo honrares no siguiendo tus propios caminos, no pretendiendo hacer tu propia voluntad, ni hablando tus propias palabras. Entonces te deleitarás en el Señor, y te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te sustentaré con la herencia de tu padre Jacob; porque la boca del Señor lo dijo."
Quién fuese fiel en este mandamiento y descansase en Cristo por la fe, confiando que Dios dará el sustento, cabalgará sobre las alturas de la tierra y será sostenido por el propio Señor.
Como dice el Comentario Bíblico Adventista, Tomo 4, 327:
“Se promete prosperidad material y espiritual a quien de corazón toma parte en el espíritu del sábado.”
Querido hermano, existe una bendición material y espiritual sobre el sábado. Así como Dios promete en Malaquías abrir las ventanas de los cielos, para quien es fiel en el diezmo y la ofrenda, Él promete sustentar con la herencia de Jacob a los guardadores de ese día.
¿Y cuál es la herencia de Jacob?
Génesis 27:28 y 29 dice:
"Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto. Sírvante pueblos, y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos, y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren."
La promesa de que el guardador del sábado cabalgaría sobre las alturas de la tierra de Isaías 58, trae la idea de preeminencia, liderazgo y exaltación – el mismo principio visto en Génesis 27.
Es clara la propuesta de bendiciones. Palabras como: “rocío del cielo” , “grosura de la tierra” , “abundancia”, “señor de tus hermanos”, son directas e indirectas para el guardador del sábado – y están ligadas, como resultado de su fiel obediencia – y no como fruto del azar.
La bendición de ser el gerente, el patrón preeminente, estar a la cabeza, liderar, está incluido en las entrelineas del mandamiento del sábado en Éxodo 20.
ILUSTRACIÓN:
Una vez, cierto predicador hablando sobre eso en una determinada iglesia, un hermano lo buscó y le dijo al final del culto:
- “¡Entendí pastor! La idea de liderazgo y preeminencia, unida a la verdadera prosperidad está incluido en el mandamiento del sábado.”
El pastor preguntó:
- ¿Por qué hermano?. El hermano respondió:
- Porque el cuarto mandamiento, pastor, es para el dueño de la hacienda. ahí dice: ni tu, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno... Entonces pastor, el mandamiento es para el patrón. Él dará el sábado a sus empleados.
Tal vez, el hermano de esta historia tenía razón en que el propósito divino, fuese enseñar a sus hijos que deberían ser dueños de su propio negocio. Ser emprendedores o autónomos. Algo que los judíos entendieron y hacen desde siempre, la mayoría de ellos no son empleados, sino patrones. Tal vez, eso evitaría tantos sufrimientos y humillaciones de algunos personas con relación a guardar el día sábado.
Con todo eso en mente no debemos temer el desempleo por causa del sábado, al final:
“Joven fui, y he envejecido; mas nunca vi justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan." Salmos 37:25
En cuanto el pueblo de Israel fue fiel al Señor, ellos vivieron eso en sus vidas. A partir del momento que abandonaron la fidelidad, la bendición sabática dejó de existir.
APELO:
Por la gracia de Dios:
¿Cuántos quieren ser más fieles al Señor en el mandamiento del sábado, mostrando que es un privilegio no sólo presente con bendiciones espirituales y materiales, sino es un privilegio eterno?
El Señor espera una respuesta de nosotros
¿Cuántos queremos ser fieles a Dios y sus mandamientos por encima de todo?
Como pueblo somos los únicos cristianos que guardan el sábado. Eso hace de nosotros no sólo privilegiados, sino encargados de una gran responsabilidad.
¿Cuántos permitiremos que la luz del cielo alumbre a muchas personas semana tras semana?
¡Dios les bendiga!
Pr Frank Oliveira
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