Esta noche iremos a nuestros hogares con la certidumbre que Dios está constantemente al pendiente de nosotros para cuidarnos, librarnos de la muerte, alimentarnos y conducirnos seguros hasta la casa del Padre. Veremos a Dios tomando el humilde papel de pastor y por medio de esa figura de lenguaje confiar que Él nos guiará.
Lectura Bíblica:
“El Señor es mi Pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. (Salmo 23:1)
5a Faceta del carácter de Dios y la develación de un nombre:
EL SEÑOR ES MI PASTOR: YAHVE ROI
Leamos el salmo 23:
“El Señor es mi Pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor de su nombre. Aún si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tu estás a mi lado, tu vara de pastor me reconforta. Dispones ante mi un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre”.
Pastorear fue una de las primeras formas de subsistencia y sostén económico familiar para los hebreos. Era una ocupación importante en la antigua Palestina.
El papel del pastor era proveer tres cosas para el rebaño a su cuidado:
Alimento, protección y guía.
La riqueza de una familia se calculaba a partir de cuantas ovejas, cabras, vacas, caballos, camellos y/o asnos poseía.
Abel, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés y David fueron todos pastores. Antes de que David luchara con Goliat, le dijo a Saúl: “A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una oveja del rebaño, yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la presa. Y si el animal me ataca, lo sigo golpeando hasta matarlo” 1Samuel 17:34-35.
Para mantener sus medios de vida, era vital que los pastores evitaran que sus animales se extraviaran, que los protegieran contra los ladrones y contra animales salvajes, y les proporcionaran pastos abundantes.
Era responsabilidad del pastor contar cada animal para asegurarse no se había extraviado ninguno.
Por la noche, se guardaban las ovejas en cercados sencillos, en cuevas o entre paredes hechas de matorrales.
A veces, el pastor dormía con el cuerpo atravesado en la puerta del cercado y así lograba mantener a salvo a sus ovejas.
Las Escrituras hebreas dicen que Dios asumió el papel de Pastor de su pueblo y aplican esta imagen también a líderes religiosos.
Desde entonces, Yahve Roi es el único pastor verdadero de su pueblo.
En el salmo 23, David captura bien la idea que Dios quiso hacernos saber. El Creador asumía una imagen del papel más sencillo y humilde, Yahve Roi. Jehová es el Pastor.
En este salmo, Dios asume ciertas tareas para alimentar, proteger y guiar:
• Él protege y conduce.
• Dios propicia los mejores tiempos para proveernos confort y descanso. Él nos hace descansar cuando nosotros andamos inquietos y vacilantes.
• Él nos conduce a tomar energía vigorizante y renueva nuestras fuerzas físicas como las emocionales.
• Él escoge los mejores planes para nuestro futuro.
• Aunque atravieses por situaciones peligrosas, Él sigue llevándote de la mano.
• Aun cuando los enemigos te hayan despojado, Dios proveerá abundantemente para tus necesidades.
• Puede ser que los golpes de la vida y las caídas, te hayan causado lesiones. Los zarzales del pecado pudieron haberte herido y ahora recorras tu camino en soledad, él te buscará para acariciar tu cabeza con el aceite sanador. Te dará cariño, te tomará en su regazo, te llenará de abrazos y te conducirá seguro a la casa del Padre.
El Nuevo Testamento usa el término Poimen Kalos para referirse a Jesús como el Buen Pastor, quien protege la vida de sus ovejas olvidándose de la suya. Y resulta ser una de las imágenes más tiernas de Jesús al referirse a sí mismo como el Buen Pastor.
Este nombre nos recuerda tanto nuestra propia vulnerabilidad como el cuidado vigilante y protector de Jesús.
Evoca un sentido de pertenencia, intimidad y confianza, revelando al Buen Pastor como quien da su vida por sus ovejas.
"Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca, abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa. Y ese hombre huye porque, siendo asalariado, no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor." Juan 10:1-18
Dios compara a su pueblo infiel como un rebaño extraviado, por amor a su pueblo descarriado, Dios promete convertirse en su Pastor.
El libro de Isaías describe una de las imágenes más conmovedoras de Dios en las Escrituras hebreas:
“Como pastor que cuida su rebaño,
Recoge los corderos en sus brazos;
Los lleva junto a su pecho,
Y guía con cuidado a las recién paridas” Isaías 40:11
Tanto el Padre como Jesús nos muestran hasta dónde llegarán para proteger a sus ovejas. A diferencia de quienes trabajan por su salario, Jesús nunca abandonará a sus ovejas. Antes bien, las defenderá con su propia vida.
Conclusión:
Esta noche quiero invitarles a agradecer a Dios por que por amor asumió la función de nuestro pastor.
Durante este año el Buen Pastor te ha estado guardando, alimentado y guiando:
• En tus momentos más angustiosos Él te proveyó tranquilidad.
• Cuando tu corazón sufría por el dolor de la pérdida, el buen Pastor te llevó y proveyó de descanso.
• Cuando atravesabas el valle de sombra de la muerte, Él caminó contigo. No te ha dejado solo.
• Cuando los golpes de la vida y las caídas, te causaron lesiones, cuando los zarzales del pecado te hirieron, Él corrió a buscarte para sanar tus heridas, tanto las físicas como las emocionales.
• Y mientras recorres tu camino en soledad, Él te buscará para acariciar tu cabeza con el aceite sanador. Te dará cariño, te tomará en su regazo, te llenará de abrazos y te conducirá seguro a la casa del Padre.
• Sí, no importa los caminos extraviados por donde anduviste, te tomará en sus brazos para regresarte a la casa del Padre.
• Esta noche quiero darte la oportunidad que agradezcas por lo que Jesús está dispuesto hacer por ti. ¿Quieres expresarlo públicamente?
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