INTRODUCCIÓN:
Hoy estudiaremos acerca del segundo fruto del Espíritu Santo. [El primero lo veremos al final de nuestra semana y ustedes descubrirán el por qué].
Leamos Gálatas 5:22 y 23.
“Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio,...”
Hablaremos del gozo:
¿Tiene algo que ver el gozo con la experiencia cristiana? ¿Está relacionado con la santidad? ¿Por qué se destaca la importancia de que un cristiano esté gozoso?
Algunas personas han pensado que el gozo no es parte de la vida cristiana, y hasta hay quienes piensan que el gozo es parte de la mundanalidad.
Cristianos gozosos:
Leamos de nuevo Gálatas 5:22 “Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad”
La palabra griega para gozo es JARA.
Este pasaje nos indica que el gozo es parte de la experiencia cristiana. Por lo tanto, debe ser parte de la dinámica de un hogar cristiano.
Vamos a hacer una diferencia entre alegría y gozo. La alegría depende más de las circunstancias externas y el gozo es una experiencia interna. El gozo viene de una relación de confianza en el amor y el cuidado de Dios, y como esto no cambia, mi gozo va a ser más una experiencia permanente y no un sentimiento cambiante.
El consejo que se nos da es: “estad SIEMPRE gozosos”. Hay personas que sólo están gozosas o alegres si:
• ...les fue bien durante el día.
• ... recibieron buenas noticias.
• ... todo les salió bien.
• ... las trataron bien.
• ... les dieron algún regalo esperado.
El versículo citado no nos dice que estemos gozosos cuando se dan estas circunstancias. Dice que estemos SIEMPRE, gozosos. ¿Será posible esto?
Leamos Filipenses 4:4 “¡Regocijaos en el Señor siempre! Repito: ¡Regocijaos!
No siempre podremos regocijarnos de nuestras circunstancias, pero muy frecuentemente permitimos que las circunstancias afecten nuestro gozo y nuestro matrimonio, familia y hasta nuestra situación espiritual.
¿Cómo podemos atraer el gozo?
Desde un punto de vista cristiano, el gozo no viene por tener cosas materiales o por visitar lugares maravillosos.
Viene como resultado de conocer a Dios y vivir en armonía con sus preceptos.
Es el resultado de conocer y confiar en Dios. Leamos algunos de los siguiente versos: Salmo 40:8, Deuteronomio 4:40, Salmo 19:8, Salmo 122:1, Jeremías 15:16, Romanos 15:3, Juan 15:11, Salmo 16:11.
Algunos pretenden decirnos que el gozo depende de tener pensamientos positivos o de aspectos genéticos.
El gozo proviene de nuestra obediencia a Dios. A pesar de las adversidades Moisés vivió con gozo (Hebreos 11:24, 25).
Pablo nos anima a tener gozo aun ante tribulaciones (1 Tesalonicenses 1:6, Romanos 15:13).
Salmo 4:7 Nos dice que, nuestro gozo va ser constante mientras confiemos en el amor de Dios.
La felicidad es una reacción a una circunstancia externa (si me aumentaron el sueldo, si pasé bien el examen me pongo muy feliz).
Más el gozo es una serenidad confiada en la bondad de Dios.
Cuando el gozo desaparece, comienzan los reclamos, la desdicha, frustración, porque comenzamos a depender de circunstancias externas. Nos centramos en nosotros mismos.
Y ¿cuál debería ser la actitud ante las pruebas?... ¿desaparece el gozo?...
Juan 16:33, 2 Corintios 12:10
CONCLUSIÓN
Cuando nos centramos en nosotros mismos desaparece el gozo, porque:
- Vamos a pensar, creer o sentir que nuestros derechos han sido pisoteados.
- Que no toman en cuenta mis necesidades.
- Que no les preocupa mi bienestar.
- Vamos a ponernos tristes.
- Vamos a comenzar a reclamar.
- Vamos a sentirnos heridos.
El gozo depende de nuestra confianza en Dios, la alegría es transitoria.
El gozo supera el desaliento, la alegría lo disimula.
Conocer a Dios que no cambia y que nos ama, nos ayudará a sobreponernos a nuestras circunstancias adversas.
Entonces: Gócese en El Señor!
Comentarios
Publicar un comentario