Lectura Bíblica:
"¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él." 1 Juan 3:1 NVI
6a Faceta del carácter de Dios y la develación de un nombre:
PADRE: PATER, AB, ABBÁ.
Leamos: Lucas 2:49, Marcos 14:36, Gálatas 4:6 y Romanos 8:15:
“¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre” Lucas 2:49.
“Y (Jesús) decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.» Marcos, 14:36.
Gálatas 4:6 “La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!”
Romanos 8:15 “Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre!”
"Como si Israel hubiera sido un niño a quien nadie quería, y hubiera sido abandonado para morir, y en esas circunstancias Jehová lo hubiese encontrado (Jeremías 2:2; Ezequiel 16:5, 6; Oseas 9:11)" 1CBA, 1081.
El Antiguo Testamento menciona muchos nombres y títulos para Dios, ricos en significados, mientras el Nuevo Testamento los revela con una mayor plenitud.
Jesús, verdaderamente impresionó a los líderes religiosos de su tiempo al alegar que tenía una relación Padre/Hijo con el Dios cuyo Nombre temían pronunciar. Además, al invitar a sus seguidores que llamaran a Dios “Padre”, convirtió esta apelación en el nombre primordial por el cual Dios debe darse a conocer a sus seguidores.
Debido a Jesús, podemos recitar sin temor la oración que enseñó a sus discípulos: “Padre nuestro que estás en los cielos”.
“Pater” es el termino más frecuente que se traduce como “Padre” en el nuevo testamento. Las primeras palabras de Jesús, de las que hay constancia, dirigidas a sus padres terrenales, fueron éstas:
“¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre”? Lucas 2:49.
En el evangelio de Juan, Jesús llama a Dios su Padre 156 veces.
La expresión Abba por parte de Jesús para referirse al Todopoderoso, cuyo nombre es Jehová, es inusual en los maestros de la Ley de Israel. Es la forma que Jesús empleó al clamar angustiosamente en el Getsemaní.
La expresión Abba en los textos del Nuevo Testamento lleva en sí la confianza, intimidad y sumisión propias de un niño, junto a un aprecio maduro de la relación filial y sus responsabilidades. También era el nombre cariñoso que usaban los niños arameos al referirse a sus padres, y combina la intimidad del vocablo castellano “papito o querido papito” con la dignidad de “padre”, siendo una expresión informal y a la vez respetuosa.
Por lo tanto, más que un título, era una forma cariñosa de expresarse y una de las primeras palabras que un hijo aprendía a pronunciar.
La palabra “Abba” aparece tres veces en el Nuevo Testamento:
1. “Y (Jesús) decía: «¡Abba, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.» Marcos, 14:36.
2. Gálatas 4:6 “La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abba, Padre!”
3. Romanos 8:15 “Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre!”
Los hebreos solían describir a Dios, no como el padre de las personas sino como el padre de su pueblo, Israel.
Los judíos piadosos, consientes del abismo existente entre un Dios Santo y seres humanos pecadores, nunca se hubieran atrevido a dirigirse a Dios como Ab (Hebreo) o Abba, “amado Padre o querido Papito”.
Jesús sorprendió a muchos de sus contemporáneos al referirse a Dios como su padre y al invitar a sus seguidores a llamar a Dios “Padre”.
Una concepción muy diferente a la tradicional; lo describió primordialmente como un padre tierno y compasivo que ofrece su gracia tanto al pecador como al justo.
Y es, gracias a Jesús, quien vino a implementar entre los hombres una nueva forma de ver y relacionarse con Dios, que hoy podemos acercarnos con adamente y llamarlo Abba Padre o Papito, incluso, podemos tener la confianza de exclamar; ¡querido Papito!.
Tenemos el derecho de llamarlo así porque el Padre en su grande amor por nosotros, ha decidido llamarnos hijos. ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! 1Juan 3:1 NVI.
Los padres que gozan de salud mental procuran las mejores cosas para sus hijos. Con mayor razón, Dios está dispuesto a proveernos siempre lo mejor, Jesús lo garantizó diciendo:
“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?” Mateo 7:11.
Las cosas buenas, no siempre son buenas para nosotros. Sin embargo, debemos reconocer que muchas veces le pedimos al Padre y pareciera ser que Él se tarda, o nos da lo que no pedimos, o peor aún, pareciera que no responde.
El texto es una garantía que como hijos recibiremos cosas buenas del Padre que está en los cielos. No se nos garantiza el tiempo, ni que sean buenas a nuestro parecer, pero siempre serán mejores que las que cualquier padre terrenal pudiera proveer, y buenas sobre todo a los ojos de Dios.
Imaginemos leer una carta como si proviniera de Dios:
Nota: si fuera posible, dé lectura a la carta o entregue una copia a cada persona.
Carta de Amor del Padre
Mi Hijo:
Puede que tú no me conozcas, pero Yo conozco todo sobre ti. Salmos 139:1
Yo sé cuándo te sientas y cuándo te levantas. Salmos 139:2
Todos tus caminos me son conocidos. Salmos 139:3
Aun todos los pelos de tu cabeza están contados. Mateo 10:29-31
Porque tú has sido hecho a mi imagen. Génesis 1:27
En mí tú vives, te mueves y eres. Hechos 17:28
Porque tú eres mi descendencia. Hechos 17:28
Te conocí aun antes de que fueras concebido. Jeremías 1:4-5
Yo te escogí cuando planeé la creación. Efesios 1:6
Todos tus días están escritos en mi libro. Salmos 139:15-16
Tú has sido creado de forma maravillosa. Salmos 139:14
Yo te formé en el vientre de tu madre. Salmos 139:13
Yo te saqué del vientre de tu madre el día en que naciste. Salmos 71:6
Yo he sido mal representado por aquellos que no me conocen. Juan 8:41-44
Y es mi deseo gastar mi amor en tí simplemente, porque tú eres mi hijo y Yo tu padre. 1Juan 3:1
Te ofrezco mucho más que lo que tu padre terrenal podría darte. Mateo 7:11
Porque Yo soy el Padre Perfecto. Mateo 5:48
Cada dádiva que tú recibes viene de mis manos. Santiago 1:17
Porque Yo soy tu proveedor quien suple tus necesidades. Mateo 6:31-33
El plan que tengo para tu futuro está siempre lleno de esperanza. Jeremías 29:11
Porque Yo te amo con amor eterno. Jeremías 31:3
Mis pensamientos sobre ti son incontables como la arena en la orilla del mar. Salmos 139:17-18
Me regocijo sobre tí con cánticos. Sofonías 3:17
Yo nunca pararé de hacerte bien. Jeremías 32:40
Porque tú eres mi tesoro más precioso. Éxodo 19:5
Yo deseo a rmarte dándote todo mi corazón y toda mi alma Jeremías. 32:41
Y Yo quiero mostrarte cosas grandes y maravillosas. Jeremías 33:3
Si me buscas con todo tu corazón, me encontrarás. Deuteronomio 4:29
Deléitate en Mí y te concederé las peticiones de tu corazón. Salmos 37:4
Porque Yo soy el que produce tus deseos. Filipenses 2:13
Yo puedo hacer por ti mucho más de lo que tú podrías imaginar. Efesios 3:20
Porque Yo soy tu mayor alentador. 2Tesalonicenses 2:16-17
Yo también soy el Padre que te consuela durante todos tus problemas. 2Corintios 1:3-4
Cuando tu corazón está quebrantado, Yo estoy cerca de ti. Salmos 34:18
Así como el pastor carga a un cordero, Yo te cargo a ti cerca de mi corazón. Isaías 40:11
Un día Yo te enjugaré cada lágrima de tus ojos y quitaré todo el dolor que hayas sufrido en esta tierra. Apocalipsis 21:3-4
Yo soy tu Padre, y te he amado como a mi hijo, Jesús. Juan 17:23
Porque en Jesús, mi amor hacía tí ha sido revelado. Juan 17:26
Él es la representación exacta de lo que Yo soy. Hebreos 1:3
Él ha venido a demostrar que Yo estoy contigo, no contra ti. Romanos 8:31
Y también a decirte que Yo no estaré contando tus pecados. 2Corintios 5:18-19
Su muerte ha sido la última expresión de mi amor hacía ti. 1Juan 4:10
Por mi amor hacia ti haré cualquier cosa que gane tu amor. Romanos 8:31-32
Si tú recibes el regalo de mi Hijo Jesús, tú me recibes a Mí. 1Juan 2:23
Y ninguna cosa te podrá a ti separar otra vez de mi amor. Romanos 8:38-39
Vuelve a casa y participa de la mayor esta celestial que nunca has visto. Lucas 15:7
Yo siempre he sido Padre, y por siempre seré Padre. Efesios 3:14-15
La pregunta es... ¿quieres tú ser mi hijo? Juan 1:12-13
Yo estoy esperando por ti. Lucas 15:11-32
Conclusión
Esta noche, quiero invitarlos a que desde sus sillas puedan acercarse confiadamente al Creador para agradecer por permitirnos llamarlo “querido Papito”.
Agradezcamos esta noche por que Dios como un Padre amante, está comprometido a proveernos todo lo que Él considera bueno para nosotros.
Al llegar a los últimos días de este año, hagamos un recuento de todo lo que nuestro Padre nos ha dado y agradezcamos una vez más por su provisión.
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