Introducción
En la época de Maria, las jóvenes se casaban bien temprano (Champlin, p. 666), Y el compromiso de noviazgo equivalia, de hecho, a una promesa matrimonial.
Las jóvenes novias se consideraban, en términos de compromiso, virtualmente casadas. Romper el noviazgo no era tan simple,como ocurre hoy.
En caso de fornicación (la joven envuelta sexualmente con un hombre a quien no fue prometida), o adulterio (si ese hombre fuese casado), la pena era lapidadación (apedreamiento – Lev. 8:10; Deut. 22:22-24).
Por tanto, aunque la incumbencia de embarazar haya sido por elección y gracia del Espíritu Santo, el miedo de las consecuencias podría haber llevado, con buena justificación, el rechazo de la tarea. Sin embargo, Maria aceptó.
Ella creyó en la voz celestial, sin importar las difíciles circunstancias que experimentaría, debido a su embarazo peculiar.
Lecciones de la Experiencia de María
Hay varias lecciones que se puede extraer de ese episodio, como está narrado por Lucas:
1. Maria era tan bien conceptuada en las cortes celestiais que recibió la visita del ángel Gabriel (1:26).
2. Para aquel propósito específico del cielo, era preciso ser virgen, y Lucas realza ese hecho en relación a María (1:27).
3. Al respecto de la seriedad, solemnidad e implicaciones de esa responsabilidad, Gabriel mandó que Maria se alegrase y la llamó de: “Favorecida” (kecaritw- menh kekaristōméne – investida con honra especial, palabra de la misma raiz de cariv – karis - graça) (1:28).
Maria quedó atónita delante el saludo del ángel (1:19).
“La reacción de Maria revela su humildad (...) Si fuese, de hecho, diferente delas otras jóvenes judías, como algunos teólogos afirman, es posible que hubiese dicho: ‘ya era tiempo ¡Te estaba esperando!’ Mas todo fue una sorpresa para ella” (Wiersbe, p. 221).
4. Gabriel ordenó que ella no temiese, pues, “halló gracia delante de Dios” (una vez más, cariv – karis - gracia) (1:30).
El teólogo Champlin comenta el vocablo así: “El texto sagrado simplemente indica el favor especial que Dios está proporcionando a Maria. De acuerdo con la raiz del original griego, ‘gracia’ es término que indica algo que da alegría o placer, algo bello, que deleita los sentidos” (Champlin, p. 22).
Para ser madre del Encarnado hijo del altísimo (1:32), que reinará para siempre (1:33), solamente una gran mujer, llena de gracia divina!
5. Maria, al aceptar el hecho de ser madre, hizo una brillante y significativa afirmación: “no tengo relación con hombre alguno” (1:34), y de esa manera, afirmó su pureza. Ella obedecía lo que está escrito en la Palabra de Dios: “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra” (Sal. 119:9 – Biblia Viva).
En los tiempos bíblicos, la virginidad era una especie de “ofrenda” para Dios, pues, el “cuerpo es templo del Espíritu Santo” (1Cor. 6:19), es por eso, que debemos glorificar a Dios a través de nuestro cuerpo (1Cor. 6:20), así como hizo María.
6. Gabriel soluciona la cuestión, sacando la duda de María, afirmando que el Espíritu Santo vendría sobre ella (1:35).
Ella sería revestida por el poder del Altísimo para recibir en su vientre al hijo de Dios. Por eso, nadie en este mundo recibió el Espíritu Santo así como María. ¡Su dotación fue totalmente peculiar!
7. Ella demostró gran coraje y fe: “aqui está la sierva del Señor” (1:38).
El vocablo griego traducido por “sierva” es doulh – doule - esclava. Eso quiere decir que la entrega de María fue ¡incondicional!
a. "Aquí está la sierva del Señor", dijo María al ángel Gabriel (Lc 1.38).
El ángel la llamó "favorecida". Ella prefirió un término mucho mas humilde, sierva. No sierva de Gabriel, de José o de hombre alguno, sino del propio Señor. (Mauro Clark. Redescobrindo Maria, p. 26)
Esa actitud de María resume toda su filosofía de vida. María se coloca en las manos de Dios para la realización de los propósitos divinos. Ella es sierva. Ella está lista. Ella se entrega por completo, sin reservas al Señor.
b. Ella está lista para obedecer y ofrecer su vida, su vientre, su alma, sus sueños al Señor. Ella es de Dios.
Ella está lista para correr riesgos, mudar su agenda, alinear sus sueños y desistir de sus ansias rindiéndose a favor de los propósitos de Dios.
c. Ella está lista para ser no una socia de Dios, no una igual con Dios, sino una sierva. Eso era todo.
Ella dijo: "que se cumpla en mi conforme a tu palabra" (Lc 1.38). Es rendirse totalmente, sin condiciones, sin preguntas, sin pedidos de pruebas. (Mauro Clark. Redescobrindo Maria, p. 27)
Ella estaba lista para un cambio radical de vida.
De todos las jóvenes de la tierra, ella fue escogida para ser el nido que tiernamente abrigaría al hijo de Dios hecho hombre.
La sierva se presenta, se reserva al Señor de los ejércitos y se coloca a sus órdenes.
d. El estudioso Douglas Connelly dice que la aceptación de la voluntad de Dios comenzó para María con un cántico en su corazón; sin embargo, terminó con una espada en su alma.
La alegria de llevar en sus brazos un lindo bebé acabó llevándola a los pies de una cruz. (Douglas Connelly. Maria, um modelo bíblico de espiritualidade, p. 23)] H. D. Lopes
8. Maria es una mujer que está siempre lista a andar con Dios cuando las cosas parecen complicadas.
a. La crisis de la mudanza. Viajar 130 kilómetros a pie o montada en un burro en los últimos días de su embarazo, siendo que el niño que tenía en la barriga era el hijo de Dios, podría decir: ¡ni pensar! –Podría procurar las autoridades religiosas y buscar mil maneras de huir de aquella peligrosa y difícil travesía. Mas, ella es sierva de Dios. Tiene temple de acero y enfrenta el viaje.
b. La crisis de la humillación. ¿Dar a luz a mi hijo, que heredará el trono de David, y reinará para siempre, en un pesebre?Podría decir: ¡De ninguna manera! – Ella no duda de Dios, no lamenta, no murmura, ni se exalta. No reivindica sus derechos. Ella da a luz a su hijo sin un lugar propício, sin un médico o partera. Está sola con su esposo, sin luces, sin cuidados, sin protección.
c. La crisis del desabrigo. Ir con su hijo a Egipto, atravesar el desierto del Sinaí. Podría decir: ¡Ah, eso no! Ahora es la crisis de sentirse sin techo, sin bandera, sin un lugar fijo para morar. Y sentirse desterrada, perseguida, amenazada.
Van a un lugar donde no serán nadie, donde todos los vínculos importantes estarán ausentes. Ella es lo bastante humilde para ir. Valiente lo suficiente para enfrentar los peligros del desierto. Ella camina sintonizada por las manos de la providencia. Ser madre del Mesías en vez de traerle status, gloria, honra, le trajo soledad, persecución, destierro.
José y Maria no son dueños de su agenda.
“...permanece allá hasta que yo te avise...” (Mt 2:13).
d. La crisis de la discriminación social. Educar a mi hijo en Nazaret, ¡Ah eso es incomprensible! – Nazaret era considerada como un suburbio del fin del mundo. Era un de los mayores antros de ladrones y prostitutas de la época.
El comentario general era que de Nazaret no salía nada bueno. Era una región sin oportunidades, sin voz, sin representatividad. Era un lugarde pésima reputación.
Pero es en ese hervidero de terribles iniquidades, en esa región de sombra de muerte que el hijo de Dios va a crecer para ser el Salvador del Mundo. Es como si Dios estuviese armando su estrategia en las más locas y más peligrosas circunstancias de la vida.
El hijo de Dios, el Rey de reyes sería llamado no de ciudadano de la gloriosa Jerusalén, sino de Nazareno, un término peyorativo, sin prestígio.] H. D. Lopes.
9. Cuando afirmó: “que se cumpla en mí conforme a tu palabra” (1:38), María se ofreció en plena confianza a la Palabra de Dios.
Por eso, a los cuidados del Señor, ella entregó:
a. Su confort
b. Su paz
c. Su reputación
d. Su nombre
e. Su matrimonio
f. Su cuerpo
g. Su virginidad
Conclusión
1. En la época de Maria las jóvenesse casaban temprano, y la traición, incluso durante el noviado, podría resultar en pena de muerte;
2. Teniendo en vista que Maria todavía no era casada, un embarazo, ciertamente, seria mal interpretado;
3. Mas, siendo así, ella no fue reacia delante del propósito celestial;
4. Maria fue favorecida por el cielo;
5. Fue obediente a la Palabra de Dios;
6. Fue dotada por el Espíriuo Santo de manera especial;
7. ¡Por eso, se tornó la madre del Salvador encarnado!
Por esas razones, de una manera muy peculiar, la virgen Maria puede exclamar con supremo gozo y loor: “¡la ofrenda soy yo!”
Apelo
Después de oír esa impresionante lección bíblica ¿Le gustaría juntar su voz a la de Maria? Entonces, repita conmigo diciendo: “¡La ofrenda, soy yo!” Amén..
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