Propósito
Mostrar los recursos espirituales que promueven la salud mental y espiritual
TEXTO PRINCIPAL:
“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” Jeremías 17:7
INTRODUCCIÓN
A. El ser humano vive en medio de una “sequía” espantosa de desconfianza, que lo enferma. Por contraste algunos cristianos viven como árboles plantados junto a corrientes de agua viva. Observemos lo que dice Elena G. de White en su libro Mente, Carácter y Personalidad:
1. “Nueve de cada diez enfermedades se originan en la mente” (MCP, 59)
2. “El egocentrismo produce enfermedades” (MCP, 62)
3. “Las emociones depresivas perjudican la salud” (MCP, 63)
4. Vivimos en un mundo lleno de “sequía” afectiva, de “sequía”de la desconfianza. Muchos están muriendo, “secándose” de confianza en el poder divino.
B. Confianza en el poder divino (CSRA, 355)
1. Este es el último de los ocho hábitos claves o remedios naturales: La confianza en Dios, como el recurso que trae la presencia amorosa y pacificadora del Creador y Redentor, para darnos paz, y poder espiritual. ¿Cómo viene esta confianza?: Sabemos que la confianza es un donde Dios, y que ésta es una realidad cuando el alma se entrega a Dios. Esta clase de confianza traerá paz mental a la mente atribulada, comprometerá positivamente la salud de nuestro cuerpo y nuestro ser entero, e incrementará la paz espiritual. Preguntémonos: ¿ Cómo puede Dios darnos paz mental, cuando nuestra alma está atribulada?. Estudiemos con ustedes algunas de las causas que quitan la confianza
I. LA CURACIÓN DE LA MENTE (Salmos 32:3,4)
En el libro “El Ministerio de la Curación” hay todo un capítulo extraordinario sobre salud mental titulado: “La Curación de la Mente” (páginas 185-200). De ello extraeremos siete causas que quitan la paz, crean desconfianza en las personas, y enferman la mente.
"Muchas enfermedades son el resultado de la depresión mental. Las penas, la ansiedad, el descontento, el remordimiento, el sentimiento de culpabilidad y la DESCONFIANZA, menoscaban las fuerzas vitales, y llevan al decaimiento y a la muerte.” (MC, 185)
1. Este fue el caso de David, ocultando su pecado, enfrentándose cada día con su conciencia culpable. Notemos el texto que dice: “mientras callé –es decir, mientras no reconocí y no confesé—se envejecieron mis huesos --es decir, mi cuerpo y mi salud en general sufrieron estragos”. (Salmos 32:3) ¡Cuántas veces atrás de una úlcera gástrica, un problema de vesícula, o un cuadro de gastritis está presente un cuadro, invisible para el médico, pero muy familiar para el paciente, como es: De un enredo sexual grave, de una infidelidad conyugal, de un robo, de un asesinato o algo parecido!
2. Ahora veamos al mismo David, después de su confesión. “Mi pecado te declaré , y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado.” (Salmos 32:5)
Le sobrevino el valor, la esperanza, la fe, la simpatía y el amor. Esto que le ocurrió a David, puede pasarle a usted, la confesión a Dios y al prójimo, fomentan la salud. Un espíritu satisfecho y alegre es como salud para el cuerpo y fuerza para el alma. Cuando una persona perdona algo a alguien, ese “alguien” no es el único beneficiado. El beneficio mayor es para la persona que otorga el perdón. Esa persona llega a conocer íntimamente a Dios porque prueba algo del carácter de amor y perdón de Dios. Y los sentimientos y emociones que resultan del acto espiritual y racional de perdonar otorgan salud total a la persona.
¿Qué debe de hacer usted, cuando está lleno de sentimientos negativos?
Tenga la seguridad de que Jesucristo y el Espíritu Santo lo asisten, y confiando en él, aunque esté lleno desesperación, formule esta plegaria tres veces por día, como lo hacía el profeta Daniel. Hágalo con voz suficientemente fuerte como para escucharse a UD. mismo, y pensando cuidadosamente en lo que dice:
"Querido Padre: En el nombre de Jesús, y con tu poderosa asistencia Santo Espíritu, destierro en este momento la pena, la tristeza, la ansiedad y el rencor; y te abro mi alma, me elevo a tu trono de gracia para encontrar socorro. Lléname de tu alegría; de tu santa presencia; de gratitud; de confianza, y de un espíritu de humildad a quien yo herí, para pedir perdón; y para perdonar a quién me ofendió.”
Instrúyase a UD. mismo, es decir dígase a sí mismo, al despertar en su cama, cada mañana: “Este es el día que hizo Dios; Nos gozaremos y alegraremos en él” (Salmos 118:24). Y al terminar el día, mientras concilia el sueño, vuelva sencillamente a repetir el verso inspirado.
Ahora conozcamos más algo más acerca de un recurso que incrementa nuestra confianza en Dios...
II. LA ORACIÓN COMO RECURSO DEL TRATAMIENTO CIENTÍFICO DE LA ENFERMEDAD (Santiago 5:15)
A. Se hizo un experimento científico, sin que los actores conozcan el asunto.
Hace poco tiempo, en un hospital muy grande de los EEUU, se hizo el siguiente experimento científico usando un “diseño doble ciego”. Es decir, que ni los sujetos de experimentación ni los que administraban los tratamientos, sabían que se trataba de un estudio.
Los pacientes postoperatorios del hospital fueron asignados al azar a uno de los dos siguientes grupos. El primer grupo, estaba compuesto por pacientes a quiénes se les brindó todos los cuidados postoperatorios (el personal de salud no sabía en absoluto que estaba participando de un estudio); el segundo grupo estaba conformado por pacientes a quienes se les brindó los mismos cuidados postoperatorios (el personal también era inconsciente del estudio); pero, además, una iglesia distante del hospital oró por ellos en sus reuniones regulares de culto (los que oraban, no sabían en absoluto que estaban participando del estudio, no conocían a ninguno de los pacientes, ni los pacientes sabían que se oraba por ellos).
Los resultados fueron los siguientes:
Los pacientes asignados al primer grupo (los que recibieron sólo cuidado médico) presentaron mayor número de complicaciones posoperatorias y días de estadía en promedio en la unidad de cuidados postoperatorios que lo observado en los pacientes del segundo grupo.
Por el contrario, los pacientes del segundo grupo (aquéllos por quienes la iglesia oró, además de recibir el tratamiento médico) presentaron menos complicaciones y permanecieron en esa unidad un promedio de días inferior al primer grupo.
La investigación concluyó reconociendo que existieron elementos trascendentes sobrenaturales que intervinieron bajo ciertas condiciones, como la oración y la fe, en la recuperación de los pacientes. Esta es una demostración objetiva, medible, científica de que el poder de la oración y la confianza en Dios son reales.
B. Lo que es la oración, y el poder de la oración
La oración es el acto de abrirle el corazón a Dios como a un amigo. El enfermo o nuestros seres queridos enfermos pueden dejar su caso en las manos de aquél que dijo “yo soy Jehová tu sanador”.
La oración no baja a Dios hasta nosotros, al contrario, nos eleva a él. Y al entrar en contacto con la Fuente de poder infinito, los enfermos, si es para Su gloria y para beneficio de ellos, sanarán con toda seguridad. Si la voluntad de Dios fuese diferente, el concederá el poder y/o los medios necesarios para sobrellevar, aliviar, o paliar la enfermedad.
Ahora vamos a conocer un tema que contribuye a explicar en parte los efectos en el organismo humano de la confianza en Dios
II. EL IMPACTO DE LOS PENSAMIENTOS, DE LOS SENTIMIENTOS, DE LAS EMOCIONES EN EL SISTEMA INMUNOLÓGICO.
La psiconeuroinmunología. Es la ciencia médica que estudia el impacto de los pensamientos, sentimientos y las emociones en el sistema inmunológico de las personas. Estudia el efecto del estado mental en la condición física.
A. El estado mental está condicionado por varios elementos:
Con frecuencia, el estado mental de una persona está condicionado por su cultura (creencias, normas, prácticas) aprendida en el hogar, la escuela y la comunidad. La cultura moldea o programa la condición mental de la persona, y la mente a su vez moldea la reacción del sistema inmunológico.
El siguiente ejemplo es una ilustración en términos sencillos de cómo opera este importante sistema y cómo es influenciado por la mente de la persona.
Caso: La abuelita y la mamá de Andrés lo educaron en una cultura en la cual no se puede cambiar bruscamente de temperatura sin sufrir daño para la salud. “Nunca, cuando estés sudando, te vayas a bañar con agua fría –le dijeron a Andrés– tienes que enfriarte primero; sino te puedes enfermar gravemente. Fíjate lo que pasa con un pedazo de hierro al rojo vivo cuando lo meten en el agua, ¡se tuerce! Así, ¡es muy peligroso bañarte con el cuerpo sudando!”.
Esta información repetitiva llegó a formar parte de la cultura de Andrés, moldeó y programó la condición mental de Andrés, y su mente condicionó su sistema inmune.
Un día cualquiera, cuando Andrés ya fue adulto, tiene su hogar y es un mediano empresario, vuelve de sudar profusamente luego de gran actividad física. Todavía con el cuerpo caliente, se da cuenta bajo la ducha que no hay agua caliente y lo único disponible es agua fría. Como está muy apurado, enseguida abre el pilón de agua fría, se mete bajo el chorro frío, y un pensamiento débil, que luego se hace un poco más fuerte, viene a su mente: “¡OH, agua fría... cuerpo caliente... peligroso!”
Andrés termina de bañarse, se va a trabajar, y se olvida de lo que le pasó. Pero al final del día no se siente bien. Pasa una noche terrible y al día siguiente amanece con una congestión en el pecho, la nariz congestionada y fiebre. ¿Qué pasó?
Aunque pudiera haber más de una explicación médica, lo que pudo haber pasado también, de acuerdo con los descubrimientos de la psiconeuroinmunología, es que cuando el cuerpo caliente “sintió” el chorro frío, el inconsciente de Andrés relacionó esta información con una consecuencia grave, ¡una enfermedad! Entonces su organismo reaccionó y su sistema inmune reaccionó contra la enfermedad produciendo y activando una serie de mecanismos de defensa de protección: fiebre, congestión, etc.
Así, la mente tiene mucho poder sobre el cuerpo, y la mente es condicionada por el ambiente cultural donde la persona crece y se educa. Esto trae dos importantes lecciones para nosotros:
1. Primero, cuando la mente reposa y confía en Dios, y se nutre de un ambiente espiritual de confianza, gratitud y alabanza al Creador, corrientes eléctricas fluyen del cerebro a los órganos del cuerpo llevando salud y fortaleza.
2. Segundo, todo cambio de hábitos y prácticas de salud requiere de un proceso progresivo y paciente de educación como ya fue estudiado en los temas 4 y 5. Reprogramar la mente y el sistema inmunológico toma su tiempo y tiene su proceso.
He aquí el último recurso para desarrollar y fortalecer la confianza en Nuestro Padre:
IV. LAS PRECIOSAS Y GRANDÍSIMAS PROMESAS DE DIOS
Ese Dios común a todos nos ha enviado una carta de amor: Las Sagradas Escrituras están llenas de PODEROSAS PROMESAS para toda persona que desea reclamar su cumplimiento para disfrutar de paz mental, sentido de vida, y energía para vivir.
A. Hay 3.565 promesas en la Biblia. ¿De cuántas de ellas ha echado mano UD.?¿Cuántas las ha hecho suyas y las ha reclamado al Señor para que las cumpla con UD?
1. He aquí una muestra de esas promesas: “Todo lo que pidan orando, crean que lo recibieron ya, y les vendrá” (Marcos 11:24 RSV). “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4). “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará” (Salmos 37:5).
2. Cómo puede usted reclamar el cumplimiento de las promesas para su propia vida y la de su familia.
Primero, lea la promesa que escogió en voz alta dos o tres veces tratando de entender lo que Dios le promete.
Segundo, identifique la condición que Dios pide de UD. para el cumplimiento de su promesa, y dispóngase para cumplir esa condición.
Tercero, pídale en oración que cumpla esa promesa específica con UD, y dígale que UD. acepta la condición.
Cuarto, agradézcale por anticipado, porque ya le escuchó, porque Dios ya cumplió su promesa con UD., y dígale que UD. también ya decidió cumplir, o mejor dicho que ya está cumpliendo la condición.
Los resultados serán maravillosos. Un estado de salud mental caracterizado por paz, alegría y energía, traerá salud corporal, y por ende salud total.
"Para los creyentes, Dios está en el principio de las cosas. Para los científicos, Dios está al final de toda reflexión" - Max Planck
V. DIOS NOS DA PODER PARA CAMBIAR NUESTROS HABITOS NEGATIVOS
A. Un relato ilustrativo presentado por el Dr. César Gálvez en su libro “Poder para Cambiar los Hábitos de Salud”. Cuenta un relato que ilustra todo lo que esta semana he querido compartir con Uds.
“Vivo solitario por mucho tiempo, tomo mis alimentos en una pensión o donde me llegue la hora de comer, y estoy presionado por el trabajo y los estudios –me dijo muy preocupado un profesor que vino a verme para ayudarlo–. Mi médico me ha dicho que tengo presión alta, colesterol elevado, y mucho estrés, y que debo disminuir el número de mis ocupaciones sino quiero tener problemas con mi corazón. Por favor ayúdeme porque no sé por dónde comenzar”.
Después de conversar un momento, supe que era profesor de biología de un colegio particular muy conocido, y que estaba a punto de obtener su grado de magíster en educación. Se lo miraba muy subido de peso, con el rostro de preocupación y una sonrisa de cortesía que contrastaba con su verdadera condición interior.
“Estoy dispuesto a hacer lo que me diga pero enséñeme cómo comenzar”. Mi amigo al que acababa de conocer era una persona culta, inteligente y sincera; pero necesitaba consejo. A pesar de ser una persona de profundos principios morales y religiosos (era adventista), su problema estaba en su estilo diario de vida. Su problema era físico y mental.
Para comenzar sólo le sugerí dos modificaciones en su régimen alimentario, aunque me hubiera animado a sugerirle sólo una modificación si no hubiera estado con signos de una probable enfermedad cardiaca: Tomar un buen desayuno y una cena muy liviana, y comer un plato de verduras antes del almuerzo. Además programamos juntos su plan de ejercicios para comenzar a caminar a paso vivo cada día durante 35 minutos hasta cansarse y sudar (muy similar al que se indicó en el tema número 6 sobre el ejercicio y su impacto en la actitud humana). El profesor se fue.
“He hecho las tres modificaciones que usted me sugirió y me siento mucho mejor y con muchas ganas de vivir; aunque no he disminuido mis ocupaciones tengo más energía y entusiasmo para cumplir con mis responsabilidades” –me dijo cuando volvió a los 10 días para la segunda sesión. Todo en él había cambiado: Se le veía que había perdido peso, ya no tenía más un rostro de ansiedad y preocupación, y la sonrisa en su rostro era amplia y constante. Irradiaba tranquilidad, entusiasmo y decisión.
B. El siguiente paso fue desarrollar con él una estrategia para controlar lo que él más quería cambiar en su vida y que le provocaba mucha tensión: La ira. A la semana siguiente me mostró un cuaderno en el que había desarrollado una estrategia (similar a la que se sugirió en el tema número 5 de esta serie).
Mi amigo que vino a verme, colega en la ciencia y en el arte de enseñar, vive ahora un nuevo estilo de vida que le permite tener energía mental y, unida a su confianza en el poder divino, le permite vivir una vida con calidad. Aquí termina el relato.
CONCLUSION
A. El Mensaje de Salud nos fue dado para que en cada uno de nosotros ocurra algo similar: Que haya un cambio sencillo, progresivo y agradable para tener mejor salud.
B. El MS es un mensaje positivo –nunca negativo
Quiero terminar diciéndoles, que más energía para el trabajo y para el cumplimiento de la predicación del Evangelio a los que no lo conocen, son los resultados de confiar en Dios.
Hoy más nunca el MS tiene el respaldo de la ciencia--, eficaz –trae salud, calidad y longitud de vida al que lo practica--, y atractivo --¿quién no quisiera ser como Daniel y sus tres compañeros: sanos, inteligentes y espirituales?
C. El Mensaje de Salud es vida en abundancia para usted y para mí.
¿Quisiera usted agradecerle al Señor por este gran don? ¿Quisiera usted de aquí en adelante tener y mostrar una nueva actitud hacia el MS? Que Dios lo bendiga. Oremos.
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