“Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero,
y a Jesucristo, a quien tú has enviado” (Juan 17:3).
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, la sociedad avanza de prisa, muy rápido siempre
en dirección al trabajo, las actividades del hogar, la planificación de la
familia. Vivimos en la época de la inmediatez. Se quiere conseguir resultados
rápidos. Algunos piensan que la educación de los hijos se logra
rápidamente y suponen que los padres tienen poca responsabilidad en
la formación de los hijos.
Algunos padres suponen que la educación de los hijos es responsabilidad
de las escuelas. ¿Quién es responsable de la educación de
los niños/niñas? ¿Qué papel tienen los padres en la educación de sus
hijos? ¿Cuál es la función de la iglesia y de la escuela en la educación
de los hijos?
PROPOSICIÓN: Mostrar las instituciones co-responsables de la educación
de los hijos.
I. EL HOGAR.
A. Deuteronomio 6:6-7: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre
tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu
casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”.
B. Objetivo de la enseñanza en el hogar:
1. Que cada hijo acepte a Cristo como su Salvador personal.
Para ello es de primordial valor el ejemplo de los padres.
2. Compartir tareas domésticas con los padres, comprometiéndose
en actividades de servicio a la comunidad o a los vecinos.
C. La educación se inicia en el hogar; con los padres, aún antes que
los hijos nazcan. Es decir, los padres deben buscar el conocimiento sobre
la educación de sus futuros hijos.
D. Aún entre los padres cristianos, esa idea parece tomar forma. Elena
de White, en sus días ya lo captaba: “Los padres envían a sus hijos a la
escuela; y cuando han hecho esto, piensan que ya los han educado” (CN, 26).
E. Elena de White, enfatiza:
1. “En el hogar es donde ha de empezar la educación del
niño. Allí está su primera escuela. Allí, con sus padres como
maestros, debe aprender las lecciones que han de guiarlo
a través de la vida: lecciones de respeto, obediencia, reverencia
(amor a Dios), dominio propio” (CN, 17).
2. Lo que se enseña en el hogar tiene un poder muy grande:
“Las influencias educativas del hogar son un poder decisivo
para el bien o para el mal” (HC, 161).
3. Se enseñan con el ejemplo, con la vivencia, día a día: “Son,
silenciosas y graduales, pero si se ejercen de la debida
manera, llegan a ser un poder abarcante para la verdad y la
justicia” (CN, 17).
F. Riesgo del descuido de la educación en el hogar.
1. “Se corre un gran riesgo, Satanás lo educará por instrumentos
elegidos por él. ¡Cuán importante es, pues, la escuela del
hogar!” (CN, 161).
G. Compromiso: comprometer a los padres a realizar el culto familiar
cada día; que cada miembro de la familia tenga su material de estudio
(folletos de Escuela Sabática, etc.)
H. Recordemos: en esta tierra estamos de paso a nuestra verdadera
patria, la celestial. Dediquemos tiempo y recursos para que nuestros hijos
sean ciudadanos de esa Patria. Eduquémoslos para vivir allá.
I. ¿Qué semilla estamos sembrando en el corazón de nuestros hijos?
II. LA IGLESIA
"Y Elcana se volvió a su casa en Ramá; y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí. Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová." 1 Samuel 2:11-12.
A. Vers.11 “Y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí”.
B. 2:12: “Los hijos de Elí eran hombres impíos, y desecharon el conocimiento
de Jehová”.
C. La iglesia debería reforzar la obra de educación iniciada en el
hogar. Esta función se realiza través de la clase de escuela sabática,
del Club de conquistadores, de los diversos servicios religiosos, de las
actividades de servicio a la comunidad; ninguna de estas actividades reemplaza
la labor y responsabilidad de los padres en el hogar.
D. Nuestro Señor Jesús, dijo: “...enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado;...” (Mateo 28:20).
E. La iglesia tiene la responsabilidad de enseñar a los que asisten a
ella los principios dados por el Señor a su pueblo. Jesús afirmó, refiriéndose
a los niños: “de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 19:14).
F. “Dios ha designado a la iglesia como atalaya, para que ejerza un
cuidado celoso sobre los jóvenes y niños, y que como centinela vea
cómo se acerca el enemigo y advierta del peligro” (CN, 292).
1. ¿La iglesia está proveyendo de ambientes físicos apropiados
para la educación apropiada de los niños y jóvenes?
2. ¿La iglesia provee de los recursos humanos capacitados para
coadyuvar la formación del carácter para el cielo?
G. En ese sentido, la iglesia tiene una obra especial, al educar y disciplinar
a sus nuevas generaciones.
H. Que nuestra iglesia sea un lugar atrayente para los niños, adolescentes,
jóvenes y personas en general. La iglesia tiene una obra importante en la educación de los hijos. Complementa la educación iniciada en el hogar.
III. LA ESCUELA.
"Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres." Lucas 2:52
A. La educación en la escuela es la continuación a la que inició en el
hogar y continuó en la iglesia.
B. La educación en la escuela comienza cuando ya el alumno tiene
los valores morales fundados en su corazón, y se encarga de desarrollar
la educación cristiana formal.
C. En la escuela se debe enseñar a crecer en sabiduría delante de
Dios que es aprender a llevar una vida íntegra, tomando las decisiones
adecuadas.
D. Los padres deben hacer todo lo posible para que sus hijos estudien
en una escuela que presente los principios que enseñan el hogar
y la iglesia.
E. La escuela complementa la labor iniciada en el hogar, fortalecida
en la iglesia.
F. La educación en la escuela debe considerar que cada hijo sea
enseñado siguiendo el método de Cristo.
1. Cada cosa que enseñó lo hizo con su ejemplo.
2. Cristo respetó las diferencias individuales. Trató a cada uno
según su forma de ser y de pensar.
3. Cristo ejerció el método del discipulado. Él atrajo a sus seguidores
mediante una personalidad carismática, cautivante,
atractiva, más que por un montón de enseñanzas ortodoxas
y convincentes.
CONCLUSIÓN
Compromiso para que nuestros hijos reciban la educación apropiada:
“el verdadero objeto de la educación es formar hombres y mujeres
idóneos para servir, desarrollar y poner en ejercicio activo todas sus
facultades” (CM, 479).
La tarea de educar es una acción mancomunada entre el hogar, la
iglesia y la escuela.
El hogar: Compromiso para que como padres impartamos la educación
con el ejemplo.
La iglesia: Compromiso para que la iglesia refuerce la enseñanza de
los padres, con personas idóneas y ambientes físicos apropiados.
La escuela: Compromiso para que los educadores complementen
dicha educación.
Es importante que estas tres instituciones unan sus metas comunes
para fortalecer la tarea de la educación cristiana.
Llamado:
¿Cuántos queremos de aquí en adelante, con la ayuda de Dios, comprometernos a fortalecer la educación de nuestros hijos?
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