Texto bíblico: Juan 15:1-7.
Lectura adicional: : 1MS, Cap. 51.
INTRODUCCIÓN
Al despertarnos cada día, aunque no lo esperemos, nos sorprenden nuestras luchas
internas en busca de sentido y respuesta a nuestros mayores anhelos: sentirnos completamente
realizados, vivir exactamente de la manera como Dios lo planeó. A lo largo de esta
semana, entenderás que nuestra relación con Dios interfiere y modifica todas las demás
relaciones que construimos durante la vida. Por lo tanto, debemos tomarlo en serio para
que todo esté en su debido lugar y la vida tenga sentido.
JESÚS ES LA FUENTE DE PODER
“Yo soy la vid y vosotros los pámpanos”.
Esa declaración de Jesús coloca la relación en
una posición clara entre el “hombre-propósito transformador de Dios” o lo que llamaremos en este
capítulo propósito productivo.
Dios es el agricultor, Jesús es el árbol (tronco) y nosotros
somos las ramas, o sea, no tenemos condiciones de fructificar si no estamos ligados al
tronco. De él recibimos la vida y las condiciones para dar el fruto; Jesús da el fruto por
medio de nosotros.
Aparentemente es sencillo, pero notemos que pasamos buena parte de nuestra vida
con cuestionamientos y actitudes de independencia.
Queremos cuidar de nuestra propia
vida y decidimos el tipo de fruto que daremos, y hasta en que época aparecerá, sin contar
que juzgamos siempre los otros frutos que vemos en las personas a nuestro alrededor,
como si el nuestro fuera más sabroso o más importante.
Todo es porque las ramas no están unidas al Tronco. Cuando actuamos de manera
exactamente al contrario, dejamos nuestras actitudes de independencia, y recibimos de
él todo. Es notable la unión íntima entre la vid y la rama, y esa unión inspiró la ilustración
de Jesús. El Señor es el Tronco y nosotros somos sus ramas y damos buenos frutos cuando
amamos a Jesús y hacemos su voluntad.
"Contemplemos o Filho de Deus curvado em adoração a Seu Pai! Conquanto fosse o Filho de Deus, robustecia Sua fé por meio da prece, e mediante a comunhão com o Céu trazia a Si mesmo força para resistir ao mal e ministrar às necessidades dos homens. Como o Irmão mais velho de nossa raça, conheceu as necessidades dos que, cercados de enfermidades e vivendo num mundo de pecado e tentação, desejam, contudo, servi-Lo. Ele sabe que os mensageiros que acha por bem enviar, são homens fracos e falíveis, mas a todos que se dedicam inteiramente ao Seu serviço, promete auxílio divino. Seu próprio exemplo é uma garantia de que a diligente e perseverante súplica a Deus em fé — fé que leva a uma inteira confiança nEle e consagração sem reserva a Sua obra — será eficaz em trazer aos homens o auxílio do Espírito Santo na batalha contra o pecado." (AA, 30).
(O grande conflito)Será uma encarniçada todos os dias, durante todo o caminho. Cada centímetro de progresso terá de ser ganho pela conquista, porquanto o inimigo jamais de declarará vencido. Nada menos do que o enchimento do Espírito de Cristo será suficiente para enfrentar esse desafio. A menos que vivam na comunhão de Cristo, e avancem na pureza e no poder de Deus, poderão ser facilmente avassalados pelas forças lançadas contra eles, e, dessa maneira, todo o nosso trabalho entre eles ficará anulado. Robert E. Coleman. Plano Mestre de Evangelismo. Mundo Cristão, 2006, p. 102.
DIOS ESPERA QUE LA VIDA DE LOS JÓVENES SEA PRODUCTIVA
Productividad significa mostrar diariamente actitudes prácticas y positivas en nuestras
vidas. Cuando colocamos esas actitudes en ejercicio, generamos resultados positivos, relaciones
positivas, reacciones positivas, y refuerzo positivo.
La condición para que realmente ocurra productividad es la cercanía y el compromiso
con Jesús.
En Juan 15:5 encontramos que Jesús dice: “Porque sin mí nada podéis hacer”.
Estar cerca del Tronco es ser una rama de la vid.
La declaración “vida productiva” llama la atención a los resultados prácticos en la vida
de quien decidió estar cerca y asumir un compromiso con Jesús.
Una existencia toda la vida en la presencia de Dios, una vida de adoración, cultivada
y desarrollada por los encuentros personales del adorador con el Señor de su vida es el
gran secreto de la productividad. Esos encuentros particulares con el Señor son llamados
devocionales.
El término devocional puede entenderse como el momento del día cuando
el adorador se presenta ante Dios de una forma particular, donde realiza un culto personal,
retirado, individual y espontáneo.
En ese culto personal no hay una preocupación con su
organización porque una de sus características más destacadas es la espontaneidad.
Ese momento especial del día pasado al lado del Señor en el culto personal fue llamado
en los comienzos del ministerio joven, en América del Sur, vigilia matinal. Esa expresión
tenía el propósito de destacar el hecho de no tener solo encuentros ocasionales con Dios
sino tiempo diario en conexión con la presencia de Dios.
EL SECRETO ES PERMANECER CONECTADO
En Juan 15, desde el versículo 4 al versículo 10, aparecen diez veces la palabra “permanecer”.
Juan 15:4 dice:
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede
llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis
en mí”.
Bajar videos, imágenes y músicas llegó a ser una actividad común. Es muy práctico, es
como ir al supermercado o pedir una pizza por teléfono. La posibilidad de bajar archivos
dinamizó la relación producto-consumidor de los medios digitales. Un hecho que me llama
la atención al bajar materiales es que necesito estar online para bajar cualquier archivo.
Existen aceleradores de bajado y otros programas que permiten bajar partes del mismo
archivo de varios proveedores diferentes. Pero, para que el archivo pueda bajarse totalmente
es necesario permanecer online, permanecer conectado.
Así funciona también con los frutos de nuestra vida. Para recibir esos frutos diariamente
es necesario permanecer conectado.
Los vendedores de tele marketing también solicitan
que permanezcamos en la línea para recibir la información completa.
Permanece en la
Vid, unido al tronco, y recibirás las buenas cosas de Dios para tu vida y tendrás la posibilidad
de tener una vida productiva y plena.
Conéctate con Dios y todo irá bien.
Eso está claro en Juan 15:7
“Si permanecéis en mí, y
mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”.
En Juan 15:9, Jesús compara la relación que él tiene contigo con la que existe entre él
y el Padre. Joven, él te invita a permanecer en su amor, fortaleciendo todavía más esa idea
de estar íntimamente conectado a él.
FRUCTIFICAR SOLO SERÁ POSIBLE SI TENER MÁS COMUNIÓN ES LA
PRIORIDAD DE LA VIDA
Nuestra vida es un espejo de nuestra relación con Dios. Es condición que nuestra vida
sea realmente un espejo de la relación que tenemos con Dios. No hay como negarlo.
Puedes
entenderlo perfectamente cuando separas las primeras horas de cada mañana para pasar
tiempo con Dios. Tu día es completamente diferente. Es más productivo.
En Juan 15:8 Jesús
dice:
“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”.
A través de los frutos es posible percibir el grado de intimidad o conexión con Dios.
Solo puedes dar fruto para otros cuando estés viviendo una vida fructífera interiormente,
viviendo una relación productiva con el Señor.
Recuerda lo que encontramos en Juan 15:16:
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo
os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto”.
Fuimos elegidos para tener
una vida productiva. Es posible producir cada vez más en todos los aspectos de la vida, del
trabajo, de la familia y de la carrera académica. Es posible ir más lejos en todo lo que hacemos.
Joe Black, un músico brasileño residente en Alemania, tenía un blog, hace algunos
años, donde compartía sus ideas sobre música y teología. En una de sus notas, Joe presentó
la fórmula para la productividad, basada en la parábola de la vid:
Permanecer.
Versículo 4: “Permaneced en mí”.
Recibir.
Versículo 7: “Pedir todo lo que queréis, y os será hecho”.
Reproducir.
Versículo 8: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto”.
Muchos jóvenes desperdician energía en cosas sin sentido. Son mucha creatividad,
vivacidad y bondad desperdiciadas. Cuando decides vivir una vida con más comunión, canalizarás gran parte de esa energía para cosas que generan un bienestar más duradero,
y que llegará a ser eterno.
MÁS COMUNIÓN GENERA MÁS GRATITUD
Es imposible comprender la declaración de Jesús: “Yo soy la vid”, y no tener una vida de
gratitud por los frutos que Dios produce en nosotros. La gratitud es la marca mayor de una
vida productiva.
San Juan de Kronstadt escribió: “Allá miro con los ojos del corazón, en mi
interior o fuera de él, en todo lugar veo fuertes motivos para agradecer y glorificar a Dios”.
Cada instante de nuestra vida es una dádiva de sus bendiciones sin fin; cada respiración
de nuestro pecho es una señal de su afecto paternal; cada latido de nuestro corazón es la
acción de su inmenso amor y misericordia.
Además, la gratitud a Dios disipa el desánimo, aparta la tristeza y nos devuelve el valor y la
alegría de vivir.
La gratitud a Dios puede compararse a un rayo templado de sol, que penetra
en las profundidades del alma. Cuando el sol espiritual toca el alma le transmite calor y la
persona se hace más bondadosa y está lista para amar.
Para C. S. Lewis, un escritor muy conocido en los Estados Unidos, la gratitud: "Desbloquea
la abundancia de la vida. Transforma lo que tenemos en suficiente, y además, cambia
la negación en aceptación, el caos en orden, la confusión en claridad. Puede transformar
una comida en un banquete, una casa en un hogar, un extraño en un amigo. La gratitud da
sentido a nuestro pasado, trae paz al presente, y crea una visión para el mañana”. ¡Qué declaración
fantástica de lo que es gratitud!
No hay crecimiento espiritual sin aprender la importancia de la gratitud.
Necesitamos
mirar a Dios con los ojos llenos de gratitud, así nos haremos fructíferos, productivos y plenamente
felices.
Aquél que es agradecido siempre está alegre.
Como ya dijo Charles Chaplin: “La alegría es
la manera de resolver los problemas de la vida. ¡Sea agradecido a Dios y alégrese día a día!”
CONCLUSIÓN
Querido joven, quiero hablarte de corazón a corazón.
Ser miembro de una iglesia no hace a nadie
cristiano, así como tener un piano no hace a nadie músico.
Ser cristiano es permanecer conectado a Cristo y vivir diariamente bajo su control.
Las
personas a nuestro alrededor identifican y reconocen a quienes valorizan la relación personal
con Dios. Pero, por favor, jamás lo hagas por pensar que estás siendo observado por las
personas o por causa de esa capacidad que tienen los que están a nuestro alrededor. Trata
de tener encuentros diarios con Jesús motivado por tu anhelo, por tu sed, por tu necesidad
y placer de estar con Dios.
El carácter particular de esos encuentros debe cultivarse por lo menos por dos razones:
1. Por buscar la santidad de Dios y
2. El hecho de no ser perturbado.
Te sentirás mucho más
tranquilo para hablar de asuntos personales en tu relación con Dios, y tendrás paz y alegría con tu cónyuge, con
tu jefe, con tus compañeros de trabajo, con tus amigos.
Por todas esas razones, es mejor que elijas un lugar exclusivo para mantener
encuentros personales con Dios.
Las jornadas espirituales y el estudio diario de la lección de la Escuela Sabática son herramientas
poderosas para fortalecer tu devoción personal.
Existe una conexión poderosa entre el tiempo que pasamos con Dios y los frutos que
producimos. Tu intimidad con Dios será una inspiración para muchos a tu alrededor.
UNA DECISIÓN
Relación es una palabra clave.
Tener más comunión significa profundizar tu relación con
Dios, conocer su carácter y vivir conectado a él.
Reserva la primera hora de la mañana para tener un encuentro particular con Dios y disfrutar
de todas esas bendiciones.
La presencia del Señor en tu vida y la relación que mantienes con él serán la garantía de
una vida fructífera, caracterizada por la excelencia.
¿Se destacará tu vida por más comunión y será una vida productiva conectada a la vid?
Comentarios
Publicar un comentario