INTRODUCCIÓN:
El título del mensaje para hoy es:
¿Las redes o Jesucristo?
El llamado de Dios es para todos en todo momento y circunstancia.
Jesús nos llama para ser sus discípulos en circunstancias a veces inesperadas. Y espera una respuesta.
Texto: Marcos 1:16-20
1. Pasando por la orilla del mar de Galilea, Jesús vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red al lago, pues eran pescadores.
a. El lago de Galilea era uno de los lugares marineros más importantes, así como Betsaida, Tiberias que estaba al sur de Magdala.
b. En tiempos de Jesús, también se le llama “mar de las tariqueas”, (significa: “lugar de conservación del pescado”), pues tenían mucha fama los productos derivados de la desecación (deshidratación o secado) del pescado producidos en el lago.
c. Todo esto provocó que el Mar de Galilea, el pequeño lago de agua dulce de la región, se convirtiera en un centro industrial de la pesca de gran importancia para el mundo judío, pues se prefería el pescado capturado por pescadores judíos, que se garantizaba que cumpliría con los preceptos rabínicos de pureza alimentaria y evitaría los peces llamados impuros, frente al pescado por los pescadores gentiles.
2. Es aquí cuando Jesús ve a dos pescadores: Simón y su hermano Andrés; y los llama, siguiendo su camino más adelante, vio a Jacobo y a su hermano Juan que eran hijos de Zebedeo y también los llama a seguirle.
Hoy analizaremos este llamado que involucra un compromiso para toda la vida, e incluye también un destino o misión que Jesús les asegura.
3. ¿Dónde los llama Jesús?
¿Cómo los llama? ¿Para qué los llama?
Para responder estas preguntas veremos las circunstancias del llamado que Jesús hace a Simón y Andrés; a Jacobo y Juan, tomando en cuenta que no son las cualidades personales de estos pescadores, las que mueven la elección del Señor.
LLAMADO A SIMÓN Y ANDRÉS
1. El llamado que Jesús hace es en medio de la vida cotidiana.
El versículo 16 nos dice que: Cuando pasaba por orilla del mar Jesús vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red al lago.
a. El Mar de Galilea abastecía a toda Palestina de pescado. La dieta cotidiana de los judíos era el pescado. El Señor al pasar por el Mar de Galilea, ve a unos pescadores que están trabajando y se dirige a ellos en un tono imperativo.
b. El registro bíblico dice que Jesús vio. Su mirada no es vaga, o de curiosidad, ni se posa sobre la realidad para investigarla cientificamente.
La mirada de Dios se posa sobre nuestra existencia con un juicio misericordioso, que se compadece del hombre pecador con un amor de benevolencia.
c. Ellos estaban ocupados en las tareas cotidianas, "echaban la red al lago".
Se entiende claramente, que Jesús se acerca al hombre en las situaciones de la vida diaria. La llamada de Jesús los alcanza en su trabajo habitual.
2. Jesús les dirige su palabra, los invita personalmente a seguirle y ellos responde inmediatamente (v. 17,18)
a. “Síganme” La voz del Hijo de Dios se deja oír con autoridad divina y los hombres la obedecen.
b. El llamado, así como nos lo presenta Marcos, no depende del intelecto, o calificaciones de quienes él escoge. El texto subraya la profesión de los futuros discípulos: pescadores o, probablemente un poco más, pequeños propietarios de barcas.
c. Ante la invitación de Jesús, Simón y Andrés abandonan su actividad
d. En este llamado a ser discípulos advertimos dos cosas:
- El discípulo es llamado a dejar su antigua existencia de vida, una existencia caracterizada por el afán, por una dependencia exclusiva en las cosas de esta vida. Es una vida dependiente sólo en Jesús.
- Los pescadores a los que Jesús llama dejan sus antiguas labores y son trasladados hacia una nueva tarea: Ser pescadores de hombres.
La vida del discípulo es una vida comprometida con la grandeza y extensión del reino de Dios sobre esta tierra. Es una vida al servicio de Jesús.
Ilustración:
Jesús nos llama para ser sus discípulos.
Discipulado es desprenderse de todo por seguir a Cristo.
a. El llamado a Levi Lucas 5:28 “...Dejándolo todo se levantó y le siguió”.
b. El llamado a Pablo Filipenses 3:7 “...por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.
- Jesús nos invita hoy
¿Qué le respondemos nosotros al Señor?
- Para sus discípulos Jesús sería: no una creencia religiosa, ni un ritual o símbolo religioso; El sería su VIDA.
- ¿Qué es para ti Jesús? .
LLAMADO A JACOBO (SANTIAGO) Y JUAN
1. El discipulado es un llamado y una respuesta.
En el versículo 19 y 20, los que forman la segunda pareja, Jacobo (Santiago) y Juan, llevan nombres hebreos, indicando pertenecer a un sector más conservador.
a. Jacobo (Santiago) y Juan están, por una parte, dependientes del padre y gozan de la situación privilegiada de trabajar en sociedad con su padre y están ocupados en su actividad (poniendo a punto las redes).
2. En el llamado de Jesús a estos hermanos una vez más notamos la voluntad de Dios que elige.
La iniciativa está de su parte. Como diría Jesús más adelante a sus discípulos en Juan 15:16 “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes...”
a. El llamado está abierto a todos; ninguno está excluido. Esta observación tiene consigo una lección de humildad y reconocimiento. Ninguno de nosotros puede imaginar que el ser llamado significa que en nosotros hay algo de extraordinario que atraería al Señor a escogernos a nosotros y no a otros.
3. La respuesta de los hermanos es inmediata.
a. La expresión en griego dice: “E inmediatamente habiendo dejado completamente las redes siguieron a él”.
El autor del evangelio está pensando en un compromiso para toda la vida.
Al afirmar que dejaron a su padre en la barca con los jornaleros y que siguieron a Jesús, Marcos expresa lo completa que fue la respuesta de los dos discípulos.
b. Los primeros hermanos al ser llamados dejan las redes y barcas, y estos siguientes dejan al Padre y los jornaleros.
4. El llamado que Jesús nos hace implica rupturas.
a. ¿Habrá obstáculos?
b. Según el texto podemos dividir los obstáculos en dos grupos:
Redes y barcas = bienes
Padre y jornaleros = afectos
c. Los bienes que tenemos, muchas veces nos atan esclavizándonos a su servicio.
Uno puede incluso tener poco, pero igualmente alguna de sus posesiones puede tener su corazón esclavizado.
Los bienes en la cultura materialista, quieren ocupar el lugar de Dios, ellos según su lógica nos proporcionan; "felicidad", "dignidad". De allí que en la cultura imperante, el hombre se mide por lo que tiene y no por lo que es.
d. También algunos afectos pueden obstaculizar nuestro seguimiento de Jesús.
Cuando los hijos del Zebedeo dejan a su padre en la barca, el texto no nos describe su reacción; ellos, aunque nos pueda resultar paradójico, con esta decisión cumplían con el quinto mandamiento en plenitud.
La honra que recibieron estos padres por la entrega de sus hijos Dios los dejará sin recompensa.
Es cierto, que las decisiones cuestan porque muchas veces se encuentran con la incomprensión de los demás.
Ilustración:
“También se parece el reino de los cielos a un comerciante que andaba buscando perlas finas. Cuando encontró una de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.” Mat 13:45, 46; Mat 22:37
Dios pide nuestro amor total.
-Nuestro problema es que:
“Queremos pentecostés sin Calvario. Queremos gloria sin humillación. Queremos reavivamiento en nuestros términos, dentro de los confines de nuestros horarios. Un evangelio sin Cruz. Queremos ofrecer lo que no nos cuesta nada” (Randy Maxwell, Danos tu gloria, 60,70).
- Hermanos ante la voz del Señor que pasa y nos llama, no permanezcamos indiferentes, su paso es lo más importante que ocurre en nuestra vida.
CONCLUSIÓN
1. Hoy también, Jesús pasa en medio de nuestras tareas cotidianas. Él está presente en medio de nosotros.
a. En el oficio de la pesca, las redes y la barca son para los pescadores, una parte de ellos mismos. Son sus sueños, sus proyectos, expresan su autoridad e independencia.
El llamado a ser discípulos de Jesús debería recordarnos una verdad que tendemos a olvidar: Dios nos llama a todos para servir al Reino, no porque seamos merecedores, capaces o más dignos. Nos elige por gracia, porque nos ama, y por esto nos hacemos aptos para la misión que nos confía.
El pescador del Mar de Galilea depende de su barca, sus redes y su ingenio.
El pescador de hombres en el mar del mundo, depende de la respuesta que dé a la Invitación de Dios.
a. Hay que permitir que Jesús tome posesión de nuestro corazón, para que vaya orientando nuestra mirada hacia sus intereses, "la mies es mucha y los obreros pocos...".
b. Jesús está "bordeando" nuestras casas y nuestras vidas, dejemos que tome posesión de ellas. Y para seguirlo debemos dejar lo que nos impide ir "detrás suyo".
“Dios quiere hombres dispuestos a arriesgarlo todo para la salvación de las almas” (El evangelismo, 63)
Entre las redes y Jesucristo ¿Cuál elegirá usted?
Al igual que a Simón y Andrés; Santiago y Juan, Él nos invita personalmente a ser sus discípulos; a ser pescadores de hombres, a proclamar el mensaje de salvación en está generación; Él nos invita a seguirle.
Jesús llama hoy:
¿Usted acepta esta invitación ?
Oremos
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