INTRODUCCIÓN
Usted, ¿tiene una Biblia? ¿Qué base tenemos para afirmar que ese libro es la Palabra de Dios? ¿No puede haber sido escrita por hombres avivados para engañar a los ingenuos? ¿Por qué en vez de dejar un libro escrito, Dios no se comunica personalmente con sus hijos? El texto para el mensaje es: “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí” (Génesis 3:8-10).
I. EL COMIENZO DE LA TRAGEDIA
Este es tal vez uno de los pasajes más tristes de la Biblia porque muestra el comienzo de la gran tragedia humana. Dios había creado al hombre para vivir con él en un clima de compañerismo, amor y comunión. Pero parece que el hombre no entendió el propósito de la vida.
El pasaje bíblico del comienzo expresa la tragedia de la humanidad. Muestra a Satanás colocándose entre el Creador y la criatura, y siembra la duda y la desconfianza. Cuando Dios creó el mundo, conversaba con sus hijos cara a cara. Podía abrazarlos, besarlos y andar de la mano con ellos. Pero el enemigo apareció y separó al hombre de Dios, el hijo del Padre, la criatura del Creador. El texto bíblico dice que cuando Dios visitó el Jardín, aquella tarde, el hijo, que en otros tiempos corría a sus brazos y lo abrazaba con amor, esta vez corrió a esconderse de la presencia del Padre.
Esa es la tragedia del pecado. Amigo querido, Dios nos creó para que viviéramos una vida de compañerismo con él. Si viviéramos cada día con él, nuestro hogar no se estaría cayendo a pedazos, nuestros hijos no estarían abandonando la casa, no viviríamos esclavizados, atados a los vicios, a pensamientos y sentimientos que no podemos dejar y que nos perjudican. No estaríamos atormentados por el complejo de la culpa; no nos sentiríamos solos, abandonados o rechazados. No andaríamos por la vida sintiendo que nadie nos da una oportunidad. No tendríamos ganas de llorar, no sentiríamos angustia en el corazón porque Jesús nos llenaría.
Mas el enemigo separó al hombre de Dios y cuando el Padre visitó el jardín, Adán y Eva tuvieron que esconderse. No pudieron mirar al Padre a los ojos. A medida que el tiempo pasaba, el hombre pasó a solamente escuchar la voz de Dios. Ya no podía verlo más. Y también el hombre comenzó a tener miedo hasta de escuchar la voz de Dios.
II – LA SOLUCIÓN DIVINA PARA LA TRAGEDIA HUMANA
Fue por eso que Dios tuvo que hacer algo interesante. Él eligió a determinados hombres que vivían una vida maravillosa de comunión con él, les confió su Palabra y les reveló su mensaje de amor para la raza humana. Estos hombres santos de Dios escribieron los sueños, las visiones y los mensajes dados por Dios y los dejaron en forma de ese libro que llamamos Sagradas Escrituras, Santa Biblia o Palabra de Dios.
Pero hoy existen muchos hombres sinceros que se preguntan: ¿Por qué tengo que creer que la Biblia es la Palabra de Dios? ¿Será que no era simplemente un grupo de personas avivadas que querían engañar ingenuos? ¿Qué pruebas, argumentos o bases tenemos nosotros para aceptar que la Biblia es la Palabra de Dios?
Evidencias internas
El primer argumento que tengo es la declaración de los mismo escritores bíblicos. Cada vez que ellos comienzan a escribir dicen “Palabra de Dios que vino a mí” o “Palabra de Dios” que vino al profeta Isaías” o “...al profeta Jeremías”. Ellos afirman que hablaron porque fueron inspirados Dios. El apóstol Pablo, en la epístola a Timoteo dijo: “Toda la Escritura es inspirada por Dios...” (Leer: 2 Timoteo 3:16).
Y el apóstol Pedro dijo: “... entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20 y 21).
Muy bien. Este no es el único motivo que me lleva a aceptar la Biblia como Palabra de Dios.
Evidencias científicas
El segundo argumento es el de la propia ciencia. La ciencia prueba que este libro es Palabra de Dios. ¿Cómo? Preste atención. Durante años, la ciencia creyó que la Tierra era plana. Antes de que Cristóbal Colón descubriera que la Tierra era redonda, la ciencia decía que era plana y que los barcos desaparecían porque llegaban al fin de la Tierra y caían a un precipicio. ¿Y sabe lo que la Biblia decía en Isaías? “El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para mora” (Isaías 40:22).
La Biblia decía que la Tierra era redonda y la ciencia afirmaba que no. Pero el 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón llegó a América y le probó al mundo que la Tierra era redonda. La Biblia tenía razón. ¿Quiere otro hecho? Durante años, la ciencia decía que la Tierra era sustentada por columnas. Otros afirmaban que era sostenida por Hércules. Y también estaban los que creían que la Tierra era sostenida por una tortuga y que había terremotos cada vez que la tortuga daba un paso. Pero la Biblia ya estaba escrita y decía en el libro de Job: “Él extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada” (Job 26:7). La Biblia tenía razón una vez más. La Tierra está suspendida en la nada.
Evidencias Proféticas
¿Y qué podemos decir de las profecías bíblicas que se cumplieron? Los seres humanos hoy tienen varias teorías relacionadas con el fin del mundo. Están los que creen que el mundo terminará con una explosión demográfica y que llegará un momento en el que la producción no será suficiente para suplir las necesidades de la población y, tal vez, los hombres tendrán que devorarse unos a otros para poder sobrevivir.
Otros creen que el mundo terminará a causa de la contaminación. El hombre no cuida el planeta en el que vive, contamina todo y un día envenenará la atmósfera, la tierra y el agua. De esa manera, el mundo entrará en caos, y terminará. También hay personas que creen que el mundo terminará con una Tercera Guerra Mundial; algo como una bomba atómica o una guerra nuclear. Otros le prestan atención al espacio y piensan que el todo tendrá fin cuando la Tierra choque con algún otro planeta sin rumbo. Bueno, cada ser humano tiene su propia idea con relación al fin del mundo.
Yo, personalmente, miro al futuro y solo puedo sonreír. No me dan miedo la contaminación, la bomba atómica, ni los flagelos. No me asusta el hambre que puede venir cuando la población crezca demasiado. No temo al futuro porque tengo la Palabra de Dios.
Cuando la ciencia decía que la Tierra era plana, la Biblia afirmaba que era redonda; y el tiempo probó que la Biblia tenía razón. Cuando la ciencia decía que la Tierra estaba sostenida por algo, la Biblia afirmaba que estaba suspendida en el espacio y la Biblia también tenía razón. ¿Por qué debería preocuparme por el futuro si en la Biblia se describe la historia del mundo del principio al fin?
Hoy, por ejemplo, un país puede querer dominar al mundo y establecer un imperio universal, pero la Biblia dice que eso no sucederá. La Palabra de Dios muestra que se levantó el Imperio Babilónico pero luego cayó, después vino el Imperio Medo Persa pero también cayó; apareció después el imperio griego y también cayó. Finalmente, se levantó el Imperio Romano y cayó, y la profecía bíblica dice que nunca más se levantará otro imperio. No importa si hay algún país que quiera dominar el mundo, la Biblia muestra el futuro. Sus profecías se cumplieron de manera maravillosa. Y se están cumpliendo.
¿Usted cree que las huelgas, las luchas entre el capital y el trabajo aparecieron por casualidad? Todo está profetizado en la Biblia. ¿Usted cree que las matanzas que se ven en varias partes del mundo son algo nuevo? Están profetizadas en la Biblia. ¿Cree que las grandes pestes como el SIDA son novedades? Hasta eso está profetizado en la Biblia. ¿Quiere conocer mayores detalles? Consiga una Biblia y comience a estudiarla, pues Dios describe todo allí.
Pero el motivo más grande por el que acepto la Biblia como Palabra de Dios es su poder transformador.
Evidencias del Poder Transformador
Usted puede leer cualquier libro y conseguirá información y conocimientos teóricos, pero no podrá leer la Biblia sin experimentar el poder transformador de Dios, porque cuando usted va a la Biblia, no se enfrenta a hombres, sino a Dios. Es él quien le habla, lo toma, investiga minuciosamente su corazón. Es Dios quien se zambulle en su intimidad y usted solo tiene dos opciones: se rinde o huye. Pero ¿adónde puede huir? Él dice en su Palabra: “Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra” (Salmo 139:8- 10).
Conclusión
Usted no puede huir de Dios. Él lo alcanzará y lo transformará. Ese poder transformador de la Biblia es para mí el mayor argumento de su origen divino. Mi amigo, este libro, más que la Palabra de Dios, es la declaración de su amor por el ser humano.
En este momento, aunque no pueda verlo, Dios está cerca de usted y conoce la historia de su vida. Él sabe si usted está sufriendo, si está herido o si lo atormenta el complejo de culpa. Dios conoce sus problemas familiares, financieros, existenciales o de salud. Él sabe si usted le teme al futuro, a la muerte o si se siente solo en esta vida.
¿Hay momentos en los que usted no sabe adónde ir? ¿Hay momentos en los que se siente tan indefenso, tan atado, tan impotente, tan incapaz o tan triste que no sabe qué hacer? ¿Hay momentos en los que se acuesta en su cama y no sabe cómo seguir? ¿Cree que Dios es indiferente a todo eso? ¿Cree que Dios lo dejó perdido en el espacio? No, Dios se interesa por usted. Muchas veces somos nosotros quienes no queremos escuchar su voz y corremos locos por esta vida. Probamos todo, incluso las cosas que sabemos que nos harán mal y que solo traerán dolor a nuestras vidas. El ser humano tiene fascinación por lo desconocido. Si alguien nos prohíbe hacer algo, eso queremos hacer. Es propio de nuestra naturaleza. ¿Y usted cree que Dios es indiferente a todo lo que nos sucede?
No, amigo mío. Dios quiere hablar con usted. El problema es que el único medio que él tiene para comunicarse con usted es la Biblia. A través de ese libro, el quiere llegar a su corazón. Por eso debe leer la Biblia. ¿No puede creer en ella? Entonces, póngase de rodillas delante de Dios y dígale: Señor, ayúdame a creer.
LLAMADO FINAL
Tal vez usted esté pensando: los argumentos que acabo de escuchar no me convencen. Por eso, lo invito a hablar con su mejor amigo: “Señor, me siento vacío. Siento que algo me falta en la vida”. Quiero creer pero no puedo. Haz un milagro en mí. Dame la capacidad de creer, porque necesito encontrar una salida a mi vida y solo estoy perdido. Necesito de ti”. Dios escuchará su clamor y le responderá. Esté seguro de eso.
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