Eddy Rickenbakker
A - Este hecho llenó los titulares después de la Segunda Guerra Mundial. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Capitán Eddie Rickenbaker con siete compañeros, volaba sobre el Océano Pacífico. El avión perdió el rumbo y comenzó a volar en círculos hasta que la gasolina se acabó y se vieron obligados a aterrizar sobre el agua la esperanza era de que el mar estuviese tranquilo, pero encontraron olas de 7 metros de altura. Tuvieron que abandonar el avión tan rápido, que no tuvieron tiempo para tomar comida, agua, y ropas necesarias. Entraron en tres botes salvavidas - ocho hombres flotando sobre el Pacífico.
La única comida eran cuatro naranjas para ser divididas entre ocho. Tenían poca ropa, una caña de pesca, algunos anzuelos y dos cuchillos. Cuando la primera noche llego, ocho hombres mojados temblaban con el frío. Había grandes tiburones alrededor del bote salvavidas. ¡Parecía que aquella noche nunca terminaría! Al segundo día amaneció frío y ellos decidieron comer una naranja. Cortaron a la mitad, luego en cuatro, y después cortaron cada cuarto en dos pedazos. Cada hombre comió su pedacito con cascara y todo. Decidieron comer una naranja de dos en dos días. Entonces el tiempo mejoro y ¡el sol salió! quedó tan caliente que durante el día aguardaban la noche – más en las noches hacia tanto frío, que deseaban ver salir el sol del día.
Con el agua salada lavaban sus quemaduras, aumentando su miseria y dolor. El cuarto día comieron la segunda naranja. Ahora ya estaban a 72 horas de estar sin comida y agua. Ellos podían ver muchos peces,; pero, era imposible pescar por falta de cebo. No sabían dónde estaban. Estaban con tanta sed que lloraban como niños por agua.
Uno de ellos tenía una pequeña Biblia de bolsillo. Con los tres botes juntos leyeron las siguientes palabras de Mateo 6:31-34: “No anden pues ansiosos diciendo: ¿qué comeremos, qué beberemos, o con qué vestiremos? De cierto os digo que vuestro Padre Celestial sabe bien que necesitan de estas cosas. Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas”
Aquella noche llovió...
Ellos extendieron sus ropas para recolectar agua. Más tarde Rickenbaker escribió: “Aquella fue el agua más dulce que bebí en toda mi vida”
En el día trece a las tres de la mañana, uno de ellos murió. Los otros continuaron en aquella condición, pero siempre orando.
Un día un pez salto del agua, y cayo dentro de uno de los botes.
Después de veintiún días un avión los rescató.
Dios promete:
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19
Por eso el apóstol Pablo nos anima a perseverar en la oración.
“Orad sin cesar” 1 Tesalonicenses 5:17
Y es que la oración es la solución para nuestros problemas.
A – ¿Qué es orar? Es más que rezar.
“Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.” (Mateo 6:7)
B – Es un acto íntimo.
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” (Mateo 6:5)
1 – Josué oró y el sol se detuvo.
2 – Daniel oró y un ángel cerró la boca de los leones
3 – Elías oró y por tres años y medio no llovió.
C - No Sabemos Orar.
1. Muchas veces no hacemos nuestra parte.
Gladstone, el famoso estadista Inglés, le gustaba contar la historia de una niña llamada Julia, cuyo hermano había construido una trampa para atrapar gorriones. Como la niña era muy compasiva, oró para que la trampa no funcionase. Pasaron varios días, y cierta vez el rostro de Julia estaba radiante de confianza sobre lo que había orado. Estando tan segura de que la trampa fallaría, su mamá le pregunto:
-“Julia, ¿Cómo puedes estar tan segura?”- Con una sonrisa ella respondió:
- “Porque hace tres días, la rompí de un puntapié.”
Como Julia, el cristiano tiene que hacer su parte para que sus oraciones sean respondidas.
Si ora para vencer el hábito de leer revistas pornográficas, elimine de su casa toda publicación que tenga.
Si pide por victoria sobre el cigarrillo, vote los cigarrillos a la basura.
Si desea obtener un puesto en el mercado, estudie y aproveche todas las oportunidades para desenvolverse como un profesional.
Si necesitas tener una buena salud, sigue las reglas de vida sana.
Si oras por éxito en tus tareas escolares, haz tu parte estudiando fielmente.
2 – Hay algo que debemos hacer, y Dios espera que lo hagamos: terminar con el pecado.
“Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.” (Salmos 66:18)
B – Muchas veces no oramos bien, pues pronunciamos oraciones egoístas. Dios no puede responderlas.
“Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:2, 3)
1 –La oración egoísta no va directamente a Dios, pues gira en torno de aquel que la pronuncia.
II – ¿CÓMO OBTENER RESPUESTAS DE DIOS?
A – Las cartas que no tienen bien la dirección, generalmente no llegan a su destino. Así también acontece con las oraciones.
1 – Debemos orar a Dios como a un Padre, Jesús nos enseñó a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos…”
2 – Debemos pedir en nombre de Jesús.
“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.” (Juan 14:13, 14)
B – Pidamos que sea hecha su voluntad.
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14)
1 – En el Padre nuestro, Jesús nos enseñó: “... sea hecha Tu voluntad...”
2 – ¿Qué es lo que pedimos a Dios?
Frecuentemente, no pedimos que nos permita hacer su voluntad, sino que apruebe la nuestra.
3 – Ilustración: Dos pequeñas hermanas estaban en una habitación de su casa. La mayor cuidaba de la menor que estaba empeñada en alcanzar algo con una mano, en cuanto la mayor se lo impedía. La niña comenzó a llorar. La madre, oyendo el llanto de la otra habitación, pregunto:
- ¿Por qué estas llorando, hijita? Dale lo que ella quiere. Pocos minutos después, la niña gritó con un grande dolor.
- ¿Qué pasó ahora?
- Es lo que tomó con la mano, mamá.
- ¿Y qué cosa tomó? - preguntó la madre.
- Tomó una abeja. Eso era lo que ella quería y lo que tú me dijiste que le diera….
NO siempre lo que los niños quieren es bueno para ellos; y en algunos casos, aunque sea bueno, no es lo mejor.
Así también nos conviene confiar en la sabia voluntad de Dios. Es bueno que oremos como dice el Padre nuestro: “hágase su voluntad...”
C – Oremos con fe.
“Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.” (Santiago 1:6,7)
¿Acaso no estamos orando?
1 – En una oportunidad, en cierto poblado, los habitantes decidieron reunirse en una fecha definida con el propósito de orar a Dios, cada uno de acuerdo con sus convicciones, para que lloviese pues la sequía amenazaba conducir a todos a la ruina.
En el día y la hora indicados todos fueron a la plaza del pequeño poblado. Todos tenían confianza en que Dios pudiera responder a sus oraciones. Mas la única que llevo paraguas fue una niña de ocho años.
Alguien le preguntó:
-Niña para que llevas ese paraguas, si no hay una sola nube- Entonces ella contestó:
-¿Acaso no vamos a orar para que llueva?
2 –No es un sentimiento. Es confianza, simplemente confianza. Se puede tener confianza con lágrimas o sin lágrimas. Jesucristo declaró Su amor por ti. ¿Crees tú en él? Entonces ¡Ponlo a prueba!
3 – La oración de fe es una fuente de poder.
“Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.” (Santiago 5:17)
4 – En la pared de una central eléctrica está escrito estos versos:
“¿Hay algún rio que sea invencible, o alguna montaña impenetrable?
Nos especializamos en todo lo imposible. Haciendo lo que nadie puede hacer.”
Este es el lenguaje de la fe. Presenta un espíritu que ve cada dificultad como un reto a un mayor esfuerzo.
III –LA SEGURIDAD DE LA RESPUESTA DE DIOS
A – Tenemos de nuestro lado la palabra de honor del Señor.
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Mateo 7:7-11
B – El escritor A. Powell Davies cuenta la historia de un joven que le fue pedir un consejo. Estaba enamorado de una señorita, y quería averiguar si ella estaba dispuesta a casarse con él. El Señor Davies le sugirió:
-“Pregúntale a ella.”
- “Mas ella puede decirme que no.”
- “En este caso tendrás la respuesta que buscas.”
- “Bien” – siguió el joven enamorado - “cuando estoy con ella, quedo nervioso, y aunque me esfuerce, las palabras me salen mal.”
- “No te preocupes” – le contesto el escritor – “aunque sean palabras equivocadas harán que ella capte la idea correctamente y; si ella quiere, de todas maneras se casará contigo”.
El joven siguió el consejo y obtuvo un resultado favorable.
Muchas personas piensan que se puede alcanzar los objetivos sin hacer esfuerzo, mas Jesús dice que debemos esforzarnos en pedir en oración: “Pedid... buscad... llamar...”.
La oración elevada a Dios desde el corazón sincero, llegará al Creador en menos tiempo del que se usa para hacerla.
C – No importa qué método de orar utilices, pero ten la certeza que Dios te escucha y te entiende.
Si, te entiende
Un matrimonio salió para realizar ciertas actividades y dejo a su hijo, de apenas dos años con los abuelos. Al volver vieron un cuadro realmente conmovedor: él bebe lloraba desesperadamente; las lágrimas corrían por su rostro, cuello, e incluso más allá, el abuelo angustiado buscaba entender el lenguaje del bebe que apenas se expresaba por menos de monosílabos. A penas la puerta se abrió, la mamá vio la escena, corrió en dirección de su hijo y le pregunto?:
- “Qué pasó querido?” - El bebe respondió con su vocabulario de monosílabos, formando por: “ta”, “me”, “to”, “lo”, etc. Y la mamá, sonriente, inmediatamente dijo:
- “Lo que él dijo es esto y esto...”
La madre comprendió el lenguaje de su hijo.
Así, Dios Contemplando nuestras necesidades, entenderá nuestro lenguaje.
Ten toda la certeza que Él siempre responde.
Conclusion
A – Un buen consejo del apóstol Pablo:
“Orad sin Cesar” 1 Tesalonicenses 5:17.
Pon tus cargas en manos de Dios, Pide ahora que él haga su voluntad en tu vida.
Él puede rescatar tu hogar, tus hijos, tu vida
¡Empieza a orar hoy!
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