“El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!” — Salmo 138:8, NVI
Introducción
¡Feliz sábado, amada iglesia, conquistadores, líderes, amigos y hermanos en Cristo!
Hoy, nos unimos a miles de conquistadores alrededor del mundo para celebrar el Día Mundial de los Conquistadores; 75 años de un ministerio que ha guiado a muchos a los pies de Jesús por más de siete décadas. En cada rincón del planeta donde hay jóvenes fieles y valientes, proclamamos con fuerza que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros como conquistadores adventistas en este tiempo final.
En este día tan especial hablaremos de un joven como tú. No era el mayor, ni el más fuerte, ni el más popular. Pasaba tiempo cuidando ovejas, cantando salmos y orando. Sin embargo, Dios lo escogió para grandes cosas. Su nombre era David. David fue un joven con propósito, un verdadero conquistador primero en el corazón, antes de serlo en el campo de batalla. Y Dios desea que tú también vivas con propósito.
Observemos algunos aspectos importantes de su vida que nos brindan principios claros sobre cómo ser conquistadores con propósito. Cada uno de estos puntos elevará nuestro pensamiento para estar seguros de que Dios está cumpliendo Su propósito en nosotros.
1. David: Un joven común con un llamado eterno
Cuando el profeta Samuel fue a la casa de Isaí a ungir al nuevo rey, todos pensaban que sería uno de los hermanos mayores de David. Pero Dios dijo: “No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura... La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.” — 1 Samuel 16:7, NVI
Dios no busca apariencia, busca disposición. David estaba cuidando ovejas — un trabajo humilde — pero mientras otros lo ignoraban, Dios lo estaba preparando.
"David crecía en gracia ante Dios y los hombres. Había sido educado en los caminos del Señor y ahora dedicaba su corazón más plenamente que nunca a hacer la voluntad divina. Las experiencias que vivió en la corte, al ver las tentaciones de Saúl y la tristeza de su reinado, le hicieron reflexionar profundamente. En sus momentos de ansiedad, David tomaba su arpa y elevaba su mente al Autor de todo lo bueno". PP, 632.
Como conquistadores adventistas, tenemos un propósito que comienza con la purificación de nuestro corazón ante Dios y la transformación de nuestras vidas a la imagen de Cristo. Tal vez hoy tú no ocupes una posición importante. Pero Dios te ve. Tu fidelidad en lo poco está formando tu carácter para lo mucho.
2. El propósito nace en lo secreto
David no comenzó matando gigantes. Sus victorias no fueron públicas al inicio. Su propósito empezó en el campo, cuidando ovejas, componiendo cantos para Dios, aprendiendo a usar la honda y defendiendo el rebaño de osos y leones. La Biblia lo afirma: “Este siervo tuyo ha matado leones y osos...” — 1 Samuel 17:36, NVI
Antes de enfrentar a Goliat, David ya había vencido batallas silenciosas. Cuando nadie lo veía, él era fiel. El Espíritu de Dios habitaba en su corazón.
Conquistadores, recuerden: sólo podremos dar lo que llevamos en el corazón cuando enfrentemos la presión de las drogas, las malas influencias, el ocio o cualquier tentación que amenace nuestra fe. Si no tenemos los valores del corazón de Jesús, si no leemos la Biblia ni memorizamos sus consejos, y si no cultivamos una relación íntima con nuestro Salvador, no podremos resistir. Las pequeñas decisiones diarias — ser honestos, orar, obedecer a nuestros padres, resistir la tentación — nos preparan para grandes desafíos.
3. Un conquistador con propósito confía en Dios
Como conquistadores, enfrentamos desafíos grandes en nuestras escuelas, hogares y comunidades. A veces parecen gigantes que interrumpen nuestra paz con sus amenazas. Todos enfrentamos ataques del enemigo; por eso debemos estar alertas. En tiempos difíciles, recuerda el Voto y la Ley del Conquistador, que te mantendrán firme en el camino correcto. Regresando a David, la Biblia dice que aquel gigante aterrorizaba a todo el pueblo. Pero un joven fiel, que honraba su voto y ley como conquistador, se levantó con propósito. “Durante cuarenta días el escuadrón israelita había temblado ante el desafío arrogante del gigante filisteo…” (PP, 634)
Y David dijo: “Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en el nombre del Señor Todopoderoso...” — 1 Samuel 17:45, NVI ¡Alabado sea Dios por la confianza que este conquistador tenía en su Creador! Tú también puedes enfrentar cualquier desafío en el nombre de Jehová. Un conquistador con propósito no huye del gigante: lo enfrenta confiando plenamente en su Dios.
4. El camino del propósito no es fácil
Recuerda, una gran victoria no significa que ya no habrá más pruebas. Después de matar a Goliat, ¿fue David coronado rey? ¡No! Fue perseguido por años por el rey Saúl. Vivió en cuevas, fue traicionado, pasó hambre. “El camino del propósito pasa por el desierto antes de llegar al palacio.”
Si estás atravesando una etapa difícil, no te desanimes. Dios sigue obrando en ti. Los desiertos no son el final, sino parte de tu formación como conquistador.
5. Un conquistador con propósito honra a Dios
Aun cuando tuvo la oportunidad de matar a Saúl, su enemigo, David dijo: “No voy a levantar la mano contra mi señor, porque él es el ungido del Señor.” — 1 Samuel 24:10, NVI
David tenía poder, pero también tenía temor de Dios. Reconocía la autoridad y respetaba al ungido del Señor. Los conquistadores respetan a sus pastores, directores, consejeros, padres, maestros y líderes. El propósito nunca justifica hacer lo incorrecto. Un verdadero conquistador con propósito no solo busca resultados: busca agradar a Dios en todo.
6. Dios cumple Su propósito
Finalmente, David fue coronado rey. Pero lo más grande no fue el trono, sino que de su linaje nació Jesús, el Salvador. “El Señor cumplirá́ en mí su propósito...” — Salmo 138:8, NVI
Por la fidelidad de David, su vida se conectó con el plan de redención. Qué hermosa realidad: de la vida de este fuerte y fiel conquistador nació nuestro Salvador Jesús. Nuestro único ejemplo para ser jóvenes de grandes victorias, fieles como la brújula al polo. Tú y yo somos parte de la generación de conquistadores en esta tierra. Jesús, nuestro Gran Guía Mayor, pronto vendrá por nosotros. Los eventos indican que pronto, cada conquistador con propósito celebrará ese momento glorioso en que veremos a Jesús viniendo en majestad.
Conclusión
Mi vida con Propósito
Tal vez hoy estás en tu campo de ovejas — tu escuela, tu casa, tu club o tu comunidad.
Tal vez nadie ve lo que haces… pero Dios sí.
Tal vez enfrentas gigantes — el acoso, la tentación, el miedo, la inseguridad… Pero si caminas con Dios, tu propósito se cumplirá.
Llamado Final
Hoy Dios te pregunta:
¿Quieres ser un conquistador como David?
¿Tener una vida con Propósito?
Si tu respuesta es sí, te invito a ponerte de pie y acercarte al altar. Vamos a orar juntos y pedir a Dios su poderoso Espíritu en nuestras vidas. Dile al Señor: “Aquí estoy. Usa mi vida. Quiero cumplir tu propósito.” Antes de orar, repitamos el versículo clave de este Día del Conquistador:
“El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!” — Salmo 138:8, NVI
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