“Compra la verdad y no la vendas; adquiere sabiduría, disciplina e inteligencia” (Proverbios 23:23).
Imagina que tienes una hija adolescente que vuelve a casa de la universidad para las vacaciones. Mientras esperas a que llegue, notas que nubes de tormenta aparecen sobre el horizonte y el viento comienza a soplar con fuerza. Los árboles vuelan por los aires y la lluvia cae a cántaros. Pronto la carretera principal queda intransitable, pero te enteras de que es posible pasar por un camino secundario. Aunque la comunicación es difícil, consigues enviar un mensaje de texto a tu hija, detallando cuidadosamente cómo puede llegar a casa sana y salva.
El propósito de la vida, la muerte, la resurrección y el ministerio de Cristo en el Santuario celestial es llevarnos a casa, que es lo que Jesús más quiere. Elena de White escribe: “Se aproxima una tormenta de implacable furor. ¿Estamos preparados para hacerle frente?” (8TI, 329). Los mensajes proféticos de Daniel y Apocalipsis son instrucciones divinas para ayudarnos a atravesar las tormentas de la vida en el tiempo del fin, y sentir el cálido abrazo de un Salvador amoroso.
El objetivo de la lección de esta semana es revelar lo que dice la Palabra profética sobre los acontecimientos finales, y redescubrir la fortaleza de Cristo para ayudarnos a atravesar el conflicto final de la Tierra y llevarnos a casa.
La lección de esta semana se basa en El conflicto de los siglos, capítulos 37 y 38.
I. LEALTAD A DIOS Y SU PALABRA
Lee Proverbios 23:23; y Juan 8:32 y 17:17. ¿Qué tienen en común estos versículos?
A lo largo de los siglos, el Gran Conflicto ha sido una batalla entre la verdad y el error. Satanás es un mentiroso y el padre de la mentira (Juan 8:44). Jesús es el autor de toda verdad. Él declaró: “ ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida’ ” (Juan 14:6). La verdad que nos libra de los engaños de Satanás se encuentra en la Palabra de Dios. La Biblia desenmascara la estrategia de Satanás y revela los planes de Dios. La Escritura es una lámpara para nuestros pies (Salmos 119:105). El salmista declara: “La explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los sencillos” (Salmos 119:130). Y añade: “Toda tu palabra es verdad” (Sal. 119:160).
Lee 2 Pedro 1:16 al 21. ¿Qué seguridad nos da el apóstol con respecto a la profecía? ¿Qué ilustración utiliza para mostrar la importancia de la Palabra profética de Dios?
No hemos seguido “fábulas ingeniosas”. Las profecías de la Palabra de Dios iluminan el camino que tenemos por delante. Nos ayudan a distinguir la verdad del error. Sin la Biblia, quedaríamos librados a los caprichos de la opinión humana y caeríamos fácilmente en el engaño.
“Al pueblo de Dios se le indica que busque en las Sagradas Escrituras su salvaguardia contra las influencias de los falsos maestros y el poder seductor de los espíritus tenebrosos. Satanás emplea cuantos medios puede para impedir que los hombres conozcan la Biblia, cuyo claro lenguaje re ve la sus engaños. [...] El último gran engaño se desplegará pronto ante nosotros. El Anticristo va a efectuar ante nuestra vista sus obras maravillosas. Las falsificaciones se asemejarán tanto a la realidad que será imposible distinguirlas sin el auxilio de las Santas Escrituras. [...] Solo los que hayan fortalecido su espíritu con las verdades de la Biblia podrán resistir en el último gran conflicto. Toda alma ha de pasar por la prueba decisiva: ¿Obedeceré a Dios antes que a los hombres? La hora crítica se acerca. ¿Hemos asentado los pies en la roca de la inmutable Palabra de Dios? ¿Estamos preparados para defender firmemente los mandamientos de Dios y la fe de Jesús? (CS, 579-580).
Considera las preguntas de la cita anterior. ¿Qué nos permitirá resistir en la crisis final? ¿Qué nos distrae de estudiar la Palabra de Dios? ¿Cómo podríamos estar poniendo en juego la verdad por placer personal?
II. SELLADOS PARA EL CIELO
En la crisis venidera relativa a la adoración, el pueblo fiel de Dios no cederá a las presiones mundanas (Apocalipsis 14:12). Estará sellado por el Espíritu Santo (Efesios 4:30) y no podrá ser movido. En la antigüedad, los sellos certificaban la autenticidad de los documentos oficiales. Eran una marca distintiva y personalizada. Puesto que el conflicto final se centra en la adoración y en la autoridad de Dios revelada en su Ley, cabría esperar que el sello de Dios estuviera incrustado en su Ley (comparar con Isaías 8:16).
Lee Éxodo 20:8 al 11. ¿Qué elementos de un sello contiene el mandamiento del sábado?
Aquí tenemos tres elementos de un sello auténtico:
(1) El nombre de a quien pertenece el sello: “el Señor tu Dios”
(2) Su título: “el Señor hizo”, el Creador
(3) Su territorio: “el Cielo, la tierra y el mar, y todo lo que contienen”.
La Biblia a veces llama sello a una señal (Romanos 4:11). Las dos palabras son intercambiables. Como señal o sello de Dios en el corazón de la Ley de Dios, el sábado está en el centro del conflicto final sobre la adoración (Ezequiel 20:12, 20; Apocalipsis 12:17).
Compara Apocalipsis 7:1 y 2 y 14:1 con 13:16 y 17. ¿Dónde se reciben el sello de Dios y la marca de la bestia? ¿Por qué crees que hay diferencia?
El sello de Dios se coloca en la frente. La frente es un símbolo de la mente y representa una decisión consciente.
La marca de la bestia se recibe en la frente o en la mano, lo que indica que la gente está intelectualmente convencida y por decisión propia acepta las mentiras de Satanás, o bien se conforma a la falsa adoración para evitar ser asesinada.
El diablo odia a los que obedecen a Dios. El Gran Conflicto llega a su punto culminante cuando el dragón (Satanás) declara la guerra al remanente creyente que guarda “los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12). Ellos se mantienen firmes en su lealtad a Cristo.
¿Por qué la fidelidad diaria al Señor es la clave para estar preparados para cuando llegue la crisis final?
III. ¿A QUIÉN ADORAMOS?
En los últimos días, el gran conflicto en torno a la adoración se desplegará de una manera dramática. ¿Adoramos al Creador o adoramos a la bestia y su imagen? No hay término medio. El primer ángel de Apocalipsis 14 insta a hombres y mujeres a adorar “al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:7). Como apoyo adicional a este llamado celestial, el tercer ángel revela las terribles consecuencias de adorar a la bestia: “Beberá[n] del vino de la ira de Dios, vaciado puro en la copa de su ira” (Apocalipsis 14:10). En cambio, los que adoran al Creador “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12).
La Creación es la base de la verdadera adoración (Apocalipsis 4:11). Puesto que Dios es “quien creó todas las cosas” (Efesios 3:9), Satanás odia al Creador y ha intentado por medio de poderes terrenales cambiar el sábado, el monumento conmemorativo de la Creación (Daniel 7:25). El conflicto venidero sobre la Ley de Dios se centra en la autoridad. Si Satanás puede erradicar la adoración del sábado, declarará que su autoridad es mayor que la autoridad de Dios. Para lograr esto, Satanás intentará convencer o coaccionar al mundo entero para que acepte un día de reposo falso.
Aunque ahora parezca difícil que esto pueda suceder, como hemos señalado antes, el mundo está cambiando dramáticamente. La crisis de la COVID-19 nos mostró que de la noche a la mañana nuestro mundo puede convertirse en un lugar diferente. Aunque no conocemos los detalles que conducen a la marca de la bestia, no es muy difícil de imaginar. El mundo es muy inestable y, por cierto, con la asombrosa tecnología que existe actualmente, lo que la Biblia advierte puede llegar a suceder más rápidamente de lo que ahora podríamos imaginar.
Lee Apocalipsis 13:13 al 17. ¿Qué castigos específicos se imponen a los que no reciben la marca de la bestia?
Quienes son fieles a Cristo en lugar de seguir a la bestia y su imagen se enfrentarán a sanciones económicas, así como a la amenaza de muerte. La humanidad todavía es lo que siempre ha sido: corrupta, sedienta de poder y violenta. Por más que todavía no sepamos exactamente cómo se desarrollarán los acontecimientos finales, no debería ser demasiado difícil prever la persecución del tiempo del fin. Aunque Juan escribió estas palabras en un contexto completamente distinto, lo dicen todo. En referencia a Jesús, Juan escribió que él “no necesitaba que nadie le dijera nada acerca de los hombres, porque él sabía lo que hay en el hombre” (Juan 2:25).
Piensa en la corrupción de la humanidad y en el mal que los seres humanos son capaces de hacer.
¿Por qué esto muestra la facilidad con que podrían producirse los acontecimientos finales?
Y, aún más, ¿qué debería enseñarnos esta triste verdad sobre la protección de nuestro corazón?
IV. LAS LLUVIAS TEMPRANA Y TARDÍA
Lee Joel 2:21 al 24; y Hechos 2:1 al 4 y 41 al 47. ¿Qué predicción se cumplió en el siglo I? ¿Qué impacto tuvo?
El derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés estimuló poderosamente a la iglesia cristiana. Tres mil personas se convirtieron en un día. El libro de Hechos registra milagro tras milagro de la gracia transformadora de Dios: “Muchos de los que habían oído la palabra creyeron. Su número llegó a unos cinco mil” (Hech. 4:4). Solo 120 creyentes se reunieron para orar, pero la oración produjo una diferencia espectacular. Rápidamente la iglesia añadió a miles de creyentes; incluso “gran cantidad de sacerdotes obedecía a la fe” (Hech. 6:7). Cuando los discípulos fueron ferozmente perseguidos en Jerusalén, “iban por todas partes anunciando el evangelio” (Hech. 8:4). Se erigieron iglesias por toda Judea, Samaria y Galilea (ver Hech. 9:31). Tras su conversión, el apóstol Pablo proclamó a Cristo por todo el mundo mediterráneo. En Tesalónica, algunos judíos contrarios al evangelio hicieron esta asombrosa declaración: “ ‘Esos que han trastornado el mundo entero han venido también aquí’ ” (Hech. 17:6). Mediante el poder del Espíritu Santo, los discípulos alcanzaron el mundo entonces conocido en un tiempo relativamente corto. La predicción de Joel sobre la lluvia temprana se cumplió en Pentecostés, pero la lluvia tardía será derramada con mayor poder para preparar la cosecha final de la Tierra.
Lee Zacarías 4:6; 10:1; Oseas 6:3; y Santiago 5:7 y 8. Según estos versículos, ¿cómo terminará la obra de Dios en la Tierra?
Los términos lluvia “temprana” y “tardía” están tomados del ciclo de la cosecha en Israel. La lluvia temprana caía en el otoño, para germinar la semilla. La lluvia tardía caía en la primavera, para madurar la cosecha. Esto describe la obra del Espíritu Santo para la proclamación del evangelio. “Como la ‘lluvia temprana’ fue dada en tiempo del derramamiento del Espíritu Santo al principio del ministerio evangélico, para hacer crecer la preciosa semilla, así la ‘lluvia tardía’ será dada al final de dicho ministerio para hacer madurar la cosecha. (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 596).
V. EL FUERTE CLAMOR
Lee Apocalipsis 18:1 al 4, Habacuc 2:14 y Mateo 24:14. ¿Cómo se terminará la obra de Dios en la Tierra, según estos versículos?
El ángel que anuncia la caída de Babilonia tiene “gran poder”. Al igual que los ángeles de Apocalipsis 14, este ángel representa a mensajeros humanos. Este ángel revela la gloria de Dios tan perfectamente que ilumina toda la Tierra. La palabra griega para autoridad, o poder, en el Nuevo Testamento es exousia. A menudo se refiere al triunfo de Cristo sobre los principados y potestades del infierno. Jesús utiliza esta palabra en el Evangelio de Mateo en armonía con la misión encomendada a sus discípulos. En Mateo 10:1 Jesús otorga autoridad a sus discípulos sobre los principados y potestades del infierno. Los envía con el poder divino para salir victoriosos en la batalla entre el bien y el mal. En Mateo 28, una vez más los envía con “toda autoridad [...] en el cielo y en la tierra” para que “vayan a todas las naciones, [y] hagan discípulos” (Mat. 28:18, 19).
La iglesia del Nuevo Testamento –henchida del poder del Espíritu Santo, y con la autoridad del Cristo vivo que en su vida y su muerte triunfó sobre los principados y potestades del infierno– iluminó la Tierra con la gloria de Dios. En pocos años, los discípulos proclamaron el evangelio al mundo entonces conocido (Col. 1:23).
En el tiempo del fin, el Espíritu Santo se derramará con un poder sin precedentes, y el evangelio se extenderá rápidamente hasta los confines de la Tierra. Miles se convertirán en un día, y la gracia de Dios y la verdad impactarán a todo el planeta. De esta manera, el mundo será advertido y el evangelio (y la esperanza que este ofrece) se extenderá por todo el mundo.
“La gran obra de evangelización no terminará con menor manifestación del poder divino que la que señaló su principio. Las profecías que se cumplieron en tiempo del derramamiento de la lluvia temprana, al principio del ministerio evangélico, deben volverse a cumplir en tiempo de la lluvia tardía, al fin de dicho ministerio. [...] “Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y resplandecientes de santa consagración, y se apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje celestial. Miles de voces predicarán el mensaje por toda la tierra. Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y señales y prodigios seguirán a los creyentes. (Elena de White, El conflicto de los siglos, pp. 597, 598).
¿Qué está retrasando el poderoso derramamiento del Espíritu Santo, la lluvia tardía y el fuerte clamor? Por más pequeña que sea nuestra tarea individual, ¿qué función podemos desempeñar para estar abiertos y receptivos al derramamiento del Espíritu Santo?
CONCLUSIÓN
Ya en 1851, los pioneros adventistas identificaron la segunda bestia de Apocalipsis 13:11 al 17 con los Estados Unidos de Norteamérica. Sin embargo, en aquella época debió de haberles resultado difícil entender cómo los Estados Unidos podrían lograr que todo el mundo adorara a la primera bestia (Apoc. 13:12). Incluso en la década de 1880, toda la Marina de los Estados Unidos apenas constaba de 48 barcos anticuados.
Pero, desde el final de la Guerra Fría, ninguna potencia iguala militarmente a Estados Unidos. Y, aunque los estadounidenses han disfrutado de maravillosas libertades, a medida que los tiempos se vuelven más difíciles, no es difícil ver cómo esas libertades son pisoteadas, y aun totalmente socavadas. Muchos creen que incluso en la actualidad está sucediendo esto.
“Todos los que se nieguen a someterse [a la observancia del falso día de reposo] serán castigados por la autoridad civil, y finalmente se decretará que son dignos de muerte. Por otra parte, la Ley de Dios que impone el día de reposo del Creador exige obediencia y amenaza con la ira de Dios a los que violen sus preceptos” (CS, 590).
“Conforme vaya acercándose la tempestad, muchos que profesaron creer en el mensaje del tercer ángel, pero que no fueron santificados por la obediencia a la verdad, abandonarán su fe, e irán a engrosar las filas de la oposición. Uniéndose con el mundo y participando de su espíritu, llegarán a ver las cosas casi bajo el mismo aspecto; así que cuando llegue la hora de prueba estarán preparados para situarse del lado más fácil y de mayor popularidad. Hombres de talento y de elocuencia, que se gozaron un día en la verdad, emplearán sus facultades para seducir y descarriar a las almas. Se convertirán en los enemigos más encarnizados de sus hermanos de antaño. Cuando los observadores del sábado sean llevados ante los tribunales para responder de su fe, estos apóstatas serán los agentes más activos de Satanás para calumniarlos y acusarlos y para incitar a los magistrados contra ellos por medio de falsos informes e insinuaciones” (ibíd., p. 594).
Preguntas para dialogar:
¿Por qué es tan importante comprender los acontecimientos de los últimos días en la crisis venidera? ¿En qué medida las Escrituras son una salvaguardia contra el engaño?
Las sociedades democráticas de todo el mundo han sido bastiones de la libertad religiosa durante siglos. ¿Cómo podría cambiar eso rápidamente?
Presta atención a la declaración de Elena de White. ¿Qué decisiones estás tomando hoy que podrían dar lugar a que en el futuro estés con quienes solo profesan ser adventistas?
¿Cómo cambia el mensaje del segundo ángel bajo el fuerte pregón, y qué preparación personal podemos hacer con el fin de recibir la lluvia tardía para terminar la obra de Dios en la Tierra?
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