¿Cómo describirías la segunda venida de Jesús? ¿Qué es lo que más te entusiasma de ese evento?
INTRODUCCIÓN
En esta parábola Jesús se describe a sí mismo, se presenta como el Hijo del Hombre, como el gran Pastor de la humanidad, como el Juez Supremo que separa a los seres humanos en dos grupos, así como el pastor separa a las ovejas de los cabritos. El centro del relato se sitúa en nuestra propia vida, en la perspectiva que tenemos de la eternidad. Cada decisión, cada gesto, hasta el más insignificante –como dar un vaso de agua o negarse a darlo– a la luz del juicio se vuelve historia decisiva y decisión histórica. PCMP, 209.
TEXTO PARA ESTUDIO:
"Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna." Mateo 25:31-46
I. OVEJAS Y CABRITOS
Esta parábola muestra que Dios no es indiferente cuando un ser humano hiere a otro o cuando le ayuda a vivir o cuando lo explota, toda acción humana le afecta y conoce todo, hasta la indiferencia de los eres humanos.
Por eso Jesús en esta parábola se identifica con los dolientes, los oprimidos y los amenazados. Con el pobre vagabundo con quien nos cruzamos cada día, y con el condenado a muerte con quien ya no nos cruzaremos jamás. Como dijo Mahatma Gandhi: “Si no eres capaz de descubrir a Dios en la próxima persona que encuentres, pierdes el tiempo buscando más lejos”. PCMP, 210.
En la parábola: ¿cómo son los de la derecha? ¿Y cómo son los de la izquierda?
Para pensar:
Algún día Jesus volverá, pero mientras tanto cada día él viene hacia nosotros, para abrir nuestros ojos a las necesidades de los otros, al valor trascendente que puede tener un pedazo de pan ofrecido al hambriento, a una ropa regalada o una visita al hospital.
II. Fantástico vs Común
Aquellos que reciben la bendición de Dios, son verdaderamente bienaventurados y son una bendición para los que les rodean. La gran prueba final tiene que ver con el grado al cual se han aplicado los principios de la verdadera religión (Santiago 1:27) a la vida diaria, especialmente en relación con los intereses y las necesidades de los otros, el espíritu y la práctica del servicio abnegado se habían convertido de tal modo en hábito de los justos que responden automáticamente a las necesidades de sus prójimos. 4CBA, 500.
¿Cuáles son las cosas que más te llaman la atención? ¿A que dedicas la mayor cantidad de tu tiempo, talento o tesoro?
Para pensar:
Te diste cuenta que en esta parábola Jesús nos invita a mirar lo poco atractivo, lo que no tiene valor, Jesús nos llama a poner nuestra atención en lo último, en lo que los demás olvidan.
Estamos tan ocupados atendiendo lo atrayente, lo valioso, tan ocupados en lo importante, lo bello y prometedor que nos perdemos la presencia de Cristo en lo común, lo insignificante, nos cuesta mirar lo que no tiene valor, deberíamos recordar que Jesús sobre todo se encuentra en lo olvidado, en lo carente, en lo que consideramos hasta sin valor.
III. A MI ME LO HICÍSTEIS
Para identificarse con la humanidad, Jesús se solidariza con cada necesitado, Él no tiene más recursos que los nuestros para sobrevivir, ni más ropa que la nuestra para ponerse, Él se encuentra en el hospital, en la cárcel, cada día lo vemos de incógnito entre nosotros y la mayoría de las veces no lo percibimos.
Jesús visita nuestros hogares, nuestras escuelas y oficinas, también nuestras iglesias, a Jesús lo podemos ver en la calle pidiendo limosna, a Él lo encontramos con los enfermos y accidentados, también está en los asilos de ancianos, camina por las calles de nuestro barrio.
Al identificarse con el olvidado y excluido Jesús nos invita a encontrarnos con Él todos los días continuando la obra de solidaridad y ayuda que Él comenzó.
Compartir, aliviar, sufrir con el otro, es sentir y vivir cerca de Cristo, es gozar pero sobre todo es sentir como Cristo sintió.
“Todo lo que hicísteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mi lo hicísteis”
NO TE QUEDES AFUERA, NO TE PIERDAS LA GRAN OPORTUNIDAD DE SERVIR A JESÚS.
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