INTRODUCCIÓN
Caos podría ser una buena palabra para describir el momento en que el mundo está viviendo. En pocos días, la vida en el planeta Tierra salió de su normalidad. Algunos lo llaman una “crisis mundial sin precedentes”, pero si usted mira a la Biblia percibirá que esa no es la mayor crisis que ha enfrentado la humanidad.
Al leer la Biblia con atención, verá que este es un libro repleto de crisis. Alguien dijo alguna vez que solo cuatro capítulos de la Biblia no presentan crisis: Génesis 1 y 2, cuando todo era perfecto; y Apocalipsis 21 y 22, cuando todo sea ordenado. Fuera de eso, ella registra una diversidad casi interminable de dramas, pero, por encima de eso, la Biblia es un conjunto de soluciones e intervenciones divinas para estas crisis.
En el sermón de hoy estudiaremos sobre lo que puede llamarse “la puerta de entrada de todas las crisis”: la caída del hombre, descrita en Génesis 3. La mejor manera de entender este capítulo es tener en mente que éste traza un contraste entre el orden descrito en los capítulos 1 y 2 de Génesis y el caos que se instala después de la caída del hombre.
1. DEL CAOS AL ORDEN Y DEL ORDEN AL CAOS
Los primeros versículos de Génesis 1 presentan una Tierra en estado de caos: “la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo” (v. 2).
¿Sabe qué colocó a la Tierra en orden? La Palabra y la acción de Dios.
“Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz” (v. 3).
La expresión “dijo Dios” aparece nueve veces para dejar claro que en cada etapa del caos inicial solo la acción de la Palabra de Dios es capaz de traer orden. Esta es la única solución eficaz para nuestro planeta: la intervención de la poderosa Palabra y las acciones divinas.
Ahora, el capítulo tres podría ser descripto como: “del orden al caos”, cuando el hombre decide dar oídos a la voluntad del enemigo de Dios. Por lo tanto, todo lo que era orden se transforma en caos. El mismo principio se aplica a nuestra vida personal, matrimonio, negocios, etc.
2. EL PRECIO DEL PROTAGONISMO
Si uno observa los capítulos 1 y 2, todas las acciones presentadas son iniciadas por Dios. Él dice, ve, llama, hace, coloca, crea, descansa, santifica, bendice, etc.
El resultado de este protagonismo de Dios en las acciones es vida y prosperidad.
En el capítulo 3, las criaturas (serpiente y la pareja Adán y Eva) son responsables por la mayoría de las acciones presentadas. Ellos hablan, responden, toman el fruto, comen, ven, oyen, etc. y el resultado de ese protagonismo de la criatura es destrucción y muerte.
Ese es siempre el problema en las crisis: el ser humano se vuelve protagonista. A lo largo de las eras, el hombre pasó a rechazar a Dios y a su Palabra, a hacer solo lo que le agrada: comer solo lo que le agrada, pensar solo lo que le agrada, usar los recursos de Dios solo como le agrada, etc. Y es en esa circunstancia que el caos siempre se instala.
3. CONTRASTES ENTRE EL ORDEN Y EL CAOS
En Génesis 1 y 2 vemos la completa ausencia de conflicto. “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31).
De Génesis 3 en adelante vemos la instalación del conflicto. “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto” (Génesis 3:8).
En Génesis 1 y 2 el espacio y las criaturas son inmaculados. “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban” (Génesis 2:25).
De Génesis 3 en adelante el espacio y las criaturas están contaminados. “Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí” (Génesis 3:10).
En Génesis 1 y 2 el ser humano y los animales son bendecidos. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla” (Génesis 1:28).
En Génesis 3 la Tierra y los animales son maldecidos. “[...] mal- dita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” (Génesis 3:17).
Observe bien que la instalación del caos es una consecuencia de las elecciones del ser humano. Son nuestras elecciones las que traen el caos al orden establecido por Dios.
4. SOLUCIÓN Y ACTUACIÓN DIVINA
Dios sea alabado porque el capítulo 3 de Génesis no presenta solo el caos. Este también presenta la esperanza de la solución divina. Observe que, en el caos creado por las criaturas, Dios no actúa como un tirano. Él da algunos pasos para la resolución del conflicto:
“¿Dónde estás tú?” (Génesis 3:9);
“¿Quién te enseñó que estabas desnudo?”
“¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?” (Génesis 3:11);
“¿Qué es lo que has hecho?” (Génesis 3:13).
2o - Dios presenta las diversas consecuencias. Muchas veces pensamos que los peores resultados del pecado son enfermedades, tragedias y muertes, pero el capítulo 3 de Génesis deja claro que la peor consecuencia es la ruptura de las relaciones. Observen:
Hubo una ruptura de la relación entre el ser humano y Dios:
“Tuve miedo, [...] y me escondí” (Génesis 3:10).
Hubo una ruptura de la relación entre los seres humanos:
“tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti” (Génesis 3:16).
Hubo una ruptura de la relación entre el ser humano y otras criaturas:
“maldita será la tierra por tu causa” (Génesis 3:17).
Y hubo una ruptura de la relación entre Dios y el ser humano:
“Y lo sacó Jehová del huerto del Edén” (Génesis 3:23).
Enfermedades, tragedias y muerte son consecuencias de la gran tragedia del ser humano, que es la ruptura de la relación con su Creador. Por eso, la propuesta de la Biblia es: reestablezca la relación con el Creador, y Dios reestablecerá el orden en su vida. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
5. ORDEN RESTAURADO
A pesar de todo el caos creado por el ser humano, el capítulo 3 de Génesis dice que Dios no solo atenúa las consecuencias de la desobediencia humana, sino que asume la consecuencia más dolorosa de la desobediencia, que es la muerte. Cuando el cordero murió y Dios providenció ropas para cubrir la vergüenza del pe- cado (v. 21), y cuando presentó la profecía de que un día un descendiente de la mujer destruiría el mal (v. 15), él estaba trayendo esperanza en medio de la tragedia.
Sin embargo, lo más espectacular, para mí, es que al expulsar al hombre del Jardín del Edén (Génesis 3:23), Dios toma la decisión de acompañar al hombre y permitir que este aún tenga acceso a la presencia y compañía de Dios en esta Tierra de dolor y sufrimiento. Por eso fue posible para Enoc, Noé y para tantos otros andar con Dios.
CONCLUSIÓN
Dios continúa siendo accesible incluso con el ser humano fuera del Edén. Usted y yo no estamos perdidos y solos en medio del caos. Solo estamos esperando el rescate completo y la restauración de la humanidad. Entonces, no se desespere: el caos será nuevamente transformado en orden.
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