“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra” (Éxodo 19:5).
La semana pasada, nuestro análisis llegó hasta la caída de la humanidad, causada por el pecado de nuestros primeros padres. Hoy veremos un breve resumen de todo el trimestre, ya que dedicaremos un día a cada uno de los primeros pactos que, a su manera, fueron manifestaciones de la verdad presente del verdadero Pacto, que se ratificó en el Calvario con la sangre de Jesús, y que nosotros, como cristianos, hicimos con nuestro Señor.
Comenzaremos con el pacto que Dios hizo con Noé para evitar su destrucción y la de su familia.
Continuaremos con el pacto con Abraham, tan rico y lleno de promesas para todos nosotros.
Luego, con el pacto en el Sinaí y la importancia de lo que allí se proclamó.
Y finalmente examinaremos el Nuevo Pacto, al que todos los demás aludían.
¿Cuál fue el pacto que Dios hizo con Noé?
¿Qué esperanza había en el pacto con Abraham?
¿Qué papel juegan la fe y las obras en la parte del Pacto que le toca al ser humano?
El Pacto ¿es solo una transacción o involucra aspectos de relaciones?
El pacto de Dios con Noé, Abram, Moisés y nosotros ¿fue una continuación de su pacto con Adán o fue algo nuevo? Comparar con Génesis 3:15; 22:18; y Gálatas 3:8 y 16.
I. Nociones Básicas del Pacto
"Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera” (Génesis 17:2).
“La palabra hebrea traducida como ‘pacto’ (que aparece unas 287 veces en el AT) es berith. También se puede traducir como ‘testamento’ o ‘última voluntad’. Su origen es incierto, pero ha llegado a significar aquello que vinculaba a dos partes.
Sin embargo, se utilizaba para muchos tipos diferentes de ‘vínculo’, entre un hombre y otro, así como entre el hombre y Dios. Tiene un uso común donde ambas partes eran hombres, y un uso claramente religioso donde el pacto era entre Dios y el hombre. El uso religioso en realidad era una metáfora basada en el uso común, pero con una connotación [significado] más profunda” (J. A. Thompson, “Covenant [OT]”, The International Standard Bible Encyclopedia, t. 1, p. 790).
Al igual que el pacto matrimonial, el Pacto bíblico define tanto una relación como un acuerdo. Al ser un acuerdo, el Pacto bíblico contiene estos elementos básicos:
1. Dios confirmó las promesas del Pacto con un juramento (Gálatas 3:16; Hebreos 6:13, 17).
2. El compromiso del Pacto era la obediencia a la voluntad de Dios según se expresa en los Diez Mandamientos (Deuteronomio 4:13).
3. El medio por el que finalmente se cumple el compromiso del Pacto de Dios es a través de Cristo y el plan de salvación (Isaías 42:1, 6).
¿Cómo puedes ver esos factores en acción en tu propia experiencia con el Señor?
En el Antiguo Testamento, el sistema sacrificial de tipos instruía al pueblo con respecto a todo el plan de salvación. A través de estos símbolos, los patriarcas e Israel aprendieron a ejercer fe en el Redentor venidero. A través de sus ritos, el penitente podía encontrar el perdón del pecado y librarse de la culpa. De este modo, se podían retener las bendiciones del Pacto y, por ende, el crecimiento espiritual (o la restauración de la imagen de Dios en la vida) podría continuar, incluso cuando la humanidad no cumplía con su parte del trato. Aunque hay pactos entre personas, el uso principal de la palabra berith en la Biblia hebrea se refiere a la relación entre Dios y la humanidad.
Considerando quién es Dios y quiénes somos nosotros en comparación con él, ¿qué tipo de relación representaría ese Pacto?
¿Por qué es tan importante el aspecto personal y relacional del Pacto?
En otras palabras, tú puedes tener un acuerdo legalmente vinculante, un “pacto” con alguien, sin ninguna interacción personal ni estrecha. Sin embargo, ese tipo de arreglo no es lo que el Señor busca en su relación de pacto con su pueblo. ¿Por qué es así?
II. El Pacto con Noé
“Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo” (Génesis 6:18).
En el versículo anterior, aparece la palabra pacto por primera vez en la Biblia, y en este contexto Dios acaba de contarle a Noé su decisión de destruir la Tierra debido a la propagación masiva y continua del pecado. Aunque esta destrucción vendrá como un diluvio mundial, Dios no abandona el mundo que creó. Él sigue ofreciendo la relación del pacto puesta en marcha después de la Caída. El “Yo” divino que ofrece el pacto es también el fundamento de la seguridad de Noé. Como un Dios que honra sus pactos, el Señor prometió proteger a los miembros de la familia que estuvieran dispuestos a vivir en una relación de compromiso con él que resultara en obediencia.
El pacto con Noé ¿era unilateral?
Recuerda que la idea de un pacto implica más de una parte.
¿Tenía Noé que cumplir con su parte del trato?
Dios dice a Noé que habrá un diluvio y que el mundo será destruido. Pero Dios hace un trato con él, en el que promete salvar a Noé y a su familia. Por lo tanto, había mucho en juego, porque si Dios no cumplía su parte de la promesa, sin importar lo que hiciera Noé, este habría sido aniquilado con el resto del mundo. Dios aseguró que haría un “pacto” con Noé.
La palabra en sí implica la intención de honrar lo que dices que harás. No es simplemente una declaración caprichosa; la misma palabra está cargada de compromiso. Supongamos que el Señor hubiera dicho a Noé: “Mira, el mundo va a terminar en un diluvio terrible, y yo podría salvarte… o no. Mientras tanto, haz esto, esto y esto, y luego veremos qué sucede. Pero no te doy ninguna garantía”.
Esas declaraciones difícilmente responden al tipo de seguridad y promesa que se encuentra en la palabra pacto. Algunos han argumentado que el diluvio de Noé no fue mundial, sino simplemente un diluvio local. Si es así, entonces, en el contexto de lo que Dios promete en Génesis 9:15 (ver también Isaías 54:9), cada vez que hubiese otra inundación local (y, al parecer, ocurre todo el tiempo), la promesa del pacto de Dios se rompe. En contraste, el hecho de que no haya habido otro diluvio mundial prueba la validez de la promesa del pacto de Dios.
En resumen, ¿qué nos dice esto acerca de cómo podemos confiar en sus promesas?
III. El Pacto de Abram
“Y bendeciré a los que te bendijeren, y al que te maldijere maldeciré; y
serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3).
En Génesis 12:1 al 3 Dios dice a Abram que:
1 “serán benditas
en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3). ¿Qué significa eso? ¿Cómo
fueron bendecidas en Abram todas las familias de la Tierra? Ver Gálatas
3:6 al 9. ¿De qué forma puedes ver en esta promesa anterior la promesa de
Jesús, el Mesías? Ver Gálatas 3:29.
En esta, la primera revelación divina a Abram que se registra, Dios prometió entablar una relación estrecha y duradera con él, incluso antes de usar
un lenguaje relacionado con hacer pactos. Las referencias directas al pacto
que Dios haría vendrían más tarde (Génesis 15:4-21; 17:1-14). Por el momento, Dios
ofrece una relación divino-humana de gran importancia.
2. La repetición en
tiempo futuro (mostraré, haré, bendeciré, etc.) en Génesis 12:1 al 3 sugiere la
profundidad y la grandeza del ofrecimiento y la promesa de Dios.
3. Además, Abram recibe una orden única, pero difícil: “Vete”. Él obedeció
por fe (Hebreos 11:8), pero no para lograr las bendiciones prometidas. Su obediencia fue la respuesta de fe a la relación amorosa que Dios deseaba establecer.
En otras palabras, Abram ya creía en Dios, ya confiaba en su Señor,
ya tenía fe en las promesas divinas. Tenía que confiar; de lo contrario, por
empezar, nunca habría dejado a su familia y su tierra ancestral para dirigirse a lugares desconocidos. Su obediencia reveló su fe tanto a los hombres
como a los ángeles.
Abram ya entonces reveló la relación clave entre la fe y las obras. Somos
salvos por fe; una fe que da como resultado obras de obediencia. La promesa
de salvación viene primero; luego, las obras. Aunque no puede haber comunión de pacto ni bendiciones sin obediencia, esa obediencia es la respuesta
de fe a lo que Dios ya ha hecho. Esa fe ilustra el principio de 1 Juan 4:19:
“Nosotros le amamos a él [a Dios], porque él nos amó primero”.
"Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia." Génesis 15:6.
¿Cómo muestra esto, de muchas maneras, la base de todas las promesas del Pacto? ¿Por qué esta bendición es la más preciosa de todas?
IV. El Pacto con Moisés
"Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra. Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ." Éxodo 6:1-8
1. ¿De qué pacto hablaba? Ver Génesis 12:1 al 3.
2. El Éxodo, ¿de qué manera sería un cumplimiento, por parte de Dios, de las promesas del Pacto?
3. ¿Qué paralelismo podemos encontrar entre lo que Dios prometió al pueblo aquí y lo que prometió a Noé antes del Diluvio?
Después del Éxodo, los hijos de Israel recibieron el Pacto en el Sinaí, dado en el contexto de la redención de la esclavitud (Éxodo 20:2), y que contenía las provisiones sacrificiales de Dios para la expiación y el perdón de los pecados. Por lo tanto, como todos ellos, fue un pacto de gracia, la gracia de Dios extendida a su pueblo. Este pacto reiteró de muchas maneras los principales énfasis del pacto con Abraham:
1. La relación especial de Dios con su pueblo (comparar Génesis 17:7, 8 con Éxodo19:5, 6).
2. Serían una gran nación (comparar Génesis 12:2 con Éxodo 19:6).
3. Se requería obediencia (comparar Génesis 17:9-14; 22:16-18 con Éxodo 19:5). “Nótese el orden aquí: primero el Señor salva a Israel; luego le da su Ley para que la guarde. El mismo orden se da bajo el evangelio. Cristo primero nos salva del pecado (Juan 1:29; 1 Corintios 15:3; Gálatas 1:4); luego vive su Ley dentro de nosotros (Gálatas 2:20; Romanos 4:25; 8:1-3; 1 Pedro 2:24)” (CBA 1:613).
"Y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto." Éxodo 6:7.
¿Qué es lo único que se manifiesta en la primera parte, donde el Señor dice que ellos serán su pueblo; y él, su Dios?
Observa la dinámica. Ellos serán algo para Dios y Dios será algo para ellos. Dios no solo quiere relacionarse con ellos de una manera especial; también quiere que ellos se relacionen con él de una manera especial. ¿No busca el Señor el mismo tipo de relación con nosotros hoy?
La primera parte del texto ¿refleja tu relación con el Señor o eres simplemente alguien cuyo nombre está en los libros de la iglesia?
V. El Nuevo Pacto
"He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jeremías 31:31-33)
¿En qué sentido el matrimonio es una buena analogía del Pacto? ¿En qué sentido la analogía del matrimonio es deficiente para describir el pacto?
En estos pasajes, es la primera vez que el Antiguo Testamento menciona lo que se conoce como el “Nuevo Pacto”. Se presenta en el contexto del regreso del exilio de Israel y habla de las bendiciones que recibirán de Dios. Nuevamente, como en todos los demás, es Dios quien inicia el Pacto, y es Dios quien lo cumplirá, por su gracia.
Observa también el lenguaje. Dios se definió a sí mismo como un marido para ellos; habló de escribir su Ley en el corazón de ellos; y utiliza lenguaje del pacto abrahámico, al decir que él será el Dios de ellos y ellos serán su pueblo. Por lo tanto, al igual que antes, el Pacto no es simplemente un acuerdo legal vinculante, como en los tribunales actuales; se trata de algo más.
"Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo" Jeremías 31:33.
"Y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto." Éxodo 6:7.
Nuevamente, ¿cuál es el elemento clave que surge aquí? ¿Qué quiere Dios con su pueblo?
"Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado." Jeremías 31:34.
"Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado." Juan 17:3.
¿Qué hace el Señor que es clave para sentar las bases de esta relación?
En Jeremías 31:31 al 34, se puede ver los elementos de la gracia y la obediencia, al igual que en los pactos anteriores. Dios perdonará sus pecados, Dios entablará una relación con ellos y Dios les conferirá su gracia. Como resultado, el pueblo simplemente obedece a Dios; no de una manera mecánica, sino simplemente porque lo conocen, porque lo aman y porque quieren servirlo.
Esto capta la esencia de la relación de pacto que el Señor anhela tener con su pueblo.
¿Cómo entiendes esta idea de que la Ley está escrita en nuestro corazón?
Esto ¿implica que la Ley se vuelve subjetiva y personal, algo a interpretar y aplicar según las configuraciones individuales de nuestro corazón? ¿O significa algo más?
CONCLUSIÓN
“El yugo que nos liga al servicio es la ley de Dios. La gran ley de amor
revelada en el Edén, proclamada en el Sinaí, y en el nuevo pacto escrita en el
corazón, es la que liga al obrero humano a la voluntad de Dios. Si fuésemos
abandonados a nuestras propias inclinaciones para ir adonde nos condujese
nuestra voluntad, caeríamos en las filas de Satanás y llegaríamos a poseer
sus atributos. Por lo tanto, Dios nos encierra en su voluntad, que es alta,
noble y elevadora. Él desea que asumamos con paciencia y sabiduría los
deberes de servirle. El yugo de este servicio lo llevó Cristo mismo como
humano. Él dijo: ‘Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley
está en medio de mi corazón’. ‘He descendido del cielo, no para hacer mi
voluntad, mas la voluntad del que me envio’. El amor hacia Dios, el celo por
su gloria, y el amor por la humanidad caída, trajeron a Jesús a esta tierra
para sufrir y morir. Tal fue el poder que rigió en su vida. Y él nos invita a
adoptar este principio”. (DTG, 300, 301).
La entrada del pecado deshizo la relación que el Creador había
establecido originalmente con la familia humana a través de nuestros primeros padres. Ahora Dios busca restablecer esa misma relación amorosa por
medio de un pacto. Este pacto representa una relación de compromiso entre
Dios y nosotros (como un vínculo matrimonial) y un acuerdo para salvarnos
y armonizar con nuestro Hacedor. Dios mismo, motivado por su gran amor
por nosotros, es el propulsor de la relación del Pacto. Mediante promesas de
gracia y actos de gracia, nos conquista para que nos unamos a él.
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