Isaías 36
“Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra” (Isaías 37:16).
Un hombre delgado camina descalzo con sus dos hijos. Otra familia acaba de cargar todas sus pertenencias en una carreta tirada por bueyes escuálidos. Un hombre guía los bueyes mientras dos mujeres se sientan en el carro. Los menos afortunados llevan sus pertenencias sobre sus hombros.
Los soldados están por todas partes. Un ariete golpea la puerta de la ciudad. Los arqueros que están en la parte superior del ariete disparan a los defensores de los muros. La matanza frenética reina suprema.
Apretamos el botón de avance rápido. Un rey imponente está sentado en su trono, recibiendo el botín y a los cautivos. Algunos cautivos se le acercan con las manos en alto, suplicando piedad. Otros se arrodillan o se agachan.
Las descripciones de estas escenas con el rey comienzan con estas palabras:
“Senaquerib, rey del mundo, rey de Asiria” y continúan con expresiones como “se sentó en un nēmedu (trono) y el botín de la ciudad de Laquis pasó revista ante él” (J. M. Russell, The Writing on the Wall, 1999).
Esta serie de imágenes, que una vez adornaban los muros del “Palacio sin rival” de Senaquerib, ahora se encuentran en el Museo Británico, ¡y qué historia tienen para contar sobre la difícil situación del profeso pueblo de Dios!
"Los conquisté consolidando rampas para batir las puertas con arietes, ataques de infantería, minas, brechas e ingenios de asedio. Me llevé como botín 200.150 personas, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, caballos, mulas, burros, camellos, vacas y ovejas. Al mismo tiempo Ezequías hice prisionero en Jerusalén, su residencia real; como a un pájaro en jaula"
"Él, Ezequías, se sintió abrumado por el asombrosos esplendor de mi señorío". Así los anales reclamaron la victoria, pero según la Biblia, la invasión de Senaquerib terminó de manera muy diferente. La historia humana no suele llevarse bien con el relato bíblico; probablemente, porque no considera que había mucho en juego en el gran conflicto entre Dios y Satanás. Ahora contaremos la historia detrás de la historia.
ESTRATEGIAS DEL ENEMIGO
Depender del favor humano es absurdo. Pero aunque el enemigo diga la verdad sobre eso, lo hace como estrategia para desmoralizarte. El enemigo intentará intimidarte. Mas rechaza toda lógica satánica que busca debilitar tu fe. ¡Sigue confiando en las promesas de Dios! (Isaías 36).
El Discurso del Rabsaces (El copero principal - un funcionario de alto rango) fue !brillante! trató de socavar esa confianza; en realidad, fue devastador: ¿Qué confianza es esta en que te apoyas? Isaías 36:4
El enemigo quiere:
1. Hacerte mirar el fracaso de otros. Isaías 36:6
2. Hacerte ver tus debilidades. Isaías 36:8
Más recuerda que Dios es infinitamente más poderoso que los gritos, las amenazas y las humillaciones que están rondando su vida. Él puede librarte!
Ten cuidado con voces humanas y extrañas. Muchos buscarán intimidarte, desmoralizarte y destruirte con todo tipo de lógicas aparentemente correctas. Guarda silencio, confía y ríndete al Todopoderoso Dios, tu gran libertador. ¡No temas!
Cuidado con los sensacionalistas, son metaprofecías, son falsos profetas. Son profetas que anuncian desgracia para conveniencia propia.
Y cuando el enemigo busque desestabilizar tus cimientos, refúgiate en la Roca Eterna.
I. CON ATADURAS
¿Qué le pasó a Judá? 2 Reyes 18:13; 2 Crónicas 32:1; Isaías 36:1.
Cuando el infiel Acaz murió y su fiel hijo Ezequías lo sucedió, Ezequías heredó un reino que había perdido la independencia total. Al haber solicitado ayuda asiria contra la alianza de Siria e Israel, el reino de Judá se vio obligado a continuar pagando a cambio de protección en forma de tributo a Asiria (2 Crónicas 28:16-21).
Cuando el rey asirio Sargón II murió en un campo de batalla distante y fue sucedido por Senaquerib en 705 a.C., Asiria parecía vulnerable. Las evidencias de los textos asirios y bíblicos muestran que Ezequías no creía que fuera la voluntad de Dios que su pueblo estuviera bajo el dominio de Asiria y revelan que Ezequías aprovechó esta oportunidad para rebelarse (2 Reyes 18:7) y tomar medidas agresivas como cabecilla de una revuelta antiasiria entre las pequeñas naciones de su región.
Desgraciadamente para él, Ezequías había subestimado la resiliencia del poderío asirio. En 701 a.C., cuando Senaquerib sometió a otras partes de su imperio, arremetió contra Siria-Palestina con una fuerza devastadora y asoló a Judá. Ezequías sabía que, desde la perspectiva humana, él y Jerusalén estaban condenados. Durante ese período los asirios no perdían ninguna batalla. Mataban a cualquiera que se rebelara contra ellos, especialmente a los cabecillas de las revueltas.
Cuando Ezequías vio que Senaquerib tenía intenciones de tomar Jerusalén, la capital, hizo grandes preparativos (2 Crónicas 32:1-8) para un enfrentamiento con Asiria. Reforzó sus fortificaciones, equipó y organizó aún más a su ejército y aumentó la seguridad del suministro de agua en Jerusalén (ver además 2 Reyes 20:20; 2 Crónicas 32:30). El notable túnel acuífero de Siloé, conmemorado mediante una inscripción que dice cómo se construyó, casi seguro data de la preparación de Ezequías para un posible asedio.
El liderazgo espiritual que ofreció Ezequías mientras buscaba elevar la moral de su pueblo en este momento aterrador fue tan importante como su liderazgo militar y organizativo. “Pero el rey de Judá había resuelto hacer su parte en los preparativos para resistirlo; y habiendo realizado todo lo que permitían el ingenio y la energía del hombre, reunió sus fuerzas y las exhortó a tener buen ánimo” (PR, 260).
¿Qué nos dice la cita anterior sobre la importancia del buen liderazgo para el pueblo de Dios?
La perspectiva de Ezequías sobre Dios y su reconocimiento de quién es el Señor son notables. Ezequías se preparó para un asedio inevitable y alentó a su pueblo: "Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque mas hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos a pelear nuestras batallas." 2 Crónicas 32:7, 8.
Si Ezequías confiaba tanto en el Señor, ¿por qué hizo tanto esfuerzo por su cuenta? Sus obras ¿negaban su fe? De ninguna manera. Aprendemos en Filipenses 2:12, 13 que es Dios, quien proporciona el poder (Querer+Hacer) que es verdaderamente eficaz.
II. FALSA PROPAGANDA (Isaías 36:2-20)
Los gobernantes de Asiria no solo eran brutales; también eran inteligentes. Su objetivo era la riqueza y el poder, no simplemente la destrucción (Isaías 10:13, 14).
¿Por qué usar los recursos para tomar una ciudad por la fuerza si puedes persuadir a sus habitantes para que se rindan?
Por ende, mientras supervisaba el asedio de Laquis, Senaquerib envió a su rabsaces, una especie de alto oficial, para tomar Jerusalén mediante propaganda. Esta era una mala noticia
¿Qué argumentos usó el rabsaces para intimidar a Judá?
El rabsaces presentó algunos argumentos bastante poderosos (Isaías 36:2–20; Ver además 2 Reyes 18:17 al 35 y 2 Crónicas 32:9 al 19).
El dice: Ustedes no pueden confiar en Egipto para que los ayude porque es débil y poco confiable. No pueden depender de Jehová para que los ayude porque Ezequías lo ofendió quitando sus lugares altos y altares en todo Judá, diciéndole al pueblo que adore en un altar de Jerusalén. De hecho, Jehová está de parte de Asiria y le dijo a Senaquerib que destruyera a Judá. Ni siquiera tienen suficientes hombres entrenados para montar dos mil caballos. Para evitar un asedio por el cual no tienen nada para comer ni beber, ríndanse ahora, y recibirán un buen trato. Ezequías no puede salvarlos, y como los dioses de todos los demás países conquistados por Asiria no los han salvado, puedo asegurarles que su Dios tampoco los salvará.
Entre tanta amenaza, el mayor error del Rabsaces fue injuriar a Dios y referirse a Él como a cualquiera de los dioses de las naciones derrotadas por Asiria. A esta altura, la confrontación ya no era con Ezequías, sino con el único Dios del universo. El concepto de Dios por parte del rabsaces es blasfemia.
El rabsaces ¿estaba diciendo la verdad?
Como había mucho de verdad en lo que decía, sus argumentos eran persuasivos. Lo respaldaban dos argumentos tácitos. En primer lugar, acababa de llegar de Laquis, a solo 48 kilómetros de distancia, donde los asirios mostraban lo que le sucedió a una ciudad fuertemente fortificada que se atrevió a resistirlos. Al conocer la suerte de los ejércitos y las ciudades en otros lugares que habían sucumbido a Asiria, ningún judío tendría motivos para dudar de que, desde la perspectiva humana, Jerusalén estaba condenada (comparar con Isaías 10:8–11).
Los dioses de otras naciones no los habían salvado de Asiria; entonces ¿Por qué los habitantes de Judá debían creerle a Ezequías cuando dice que el Señor los librará? Así, el rabsaces y su líder Senaquerib desafiaron directamente al Dios viviente y se burlaron de su habilidad a la presa judía del depredador asirio.
El rabsaces también tenía razón al decir que Ezequías había destruido varios lugares de sacrificio para centralizar la adoración en el Templo de Jerusalén (2 Reyes 18:4; 2 Crónicas 31:1). Pero, esta reforma ¿había ofendido a Jehová, que era la única esperanza que le quedaba a su pueblo? ¿Los salvaría? ¿Podría salvarlos? ¡Le correspondía a Dios responder esta pregunta!
¿En qué se parece Satanás al rabsaces asirio? ¿Dice la verdad cuando afirma que has pecado (Zacarías 3:1)? ¿Cómo responde Dios? (Zacarías 3:2-5). ¿Cuál es nuestra única esperanza contra estas acusaciones? Romanos 8:1.
Satanás ¿detiene sus acusaciones cuando eres perdonado? (Apocalipsis 12:10).
Una vez que recibes el perdón, cuando Satanás sigue diciendo que por tu pecado le perteneces, ¿cuál es la naturaleza de su acusación? Ver Deuteronomio 19:16 al 21 (ley del testimonio falso y malicioso).
III. CONMOCIONADO PERO NO DESAMPARADO (Isaías 36:21-37:20)
¿Cómo afectó la inteligente oratoria del rabsaces a Ezequías y a sus funcionarios? 2 Reyes 18:37–19:4; Isaías 36:21–37:4.
Conmocionado hasta la médula y llorando de angustia, Ezequías acudió a Dios, buscando humildemente la intercesión de Isaías, el mismo profeta cuyo consejo su padre había ignorado. Esta prueba de fe fue aún más dura que la que Acaz había afrontado. No obstante, en lugar de ceder ante la desesperación, Ezequías hizo lo que toda persona de fe hace durante un momento de crisis: no intentó solucionar la situación por sí mismo, como lo había hecho Acaz, sino que se volvió a Dios. El oró a Dios dirigiéndose a Dios como "Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra." Isaías 37:16.
¿Cómo animó Dios a Ezequías? Isaías 37:5-7.
El mensaje fue breve, pero bastó. Dios estaba de parte de su pueblo. Isaías predijo que Senaquerib escucharía un rumor que lo distraería de su ataque a Judá. Esto se cumplió de inmediato.
Momentáneamente chasqueado, pero sin darse por vencido por mucho tiempo, Senaquerib le envió a Ezequías un mensaje amenazador: “No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria. [...] ¿Acaso libraron sus dioses a las naciones [...]? (Isaías 37:10, 12; ver además 2 Crónicas 32:17).
Esta vez Ezequías fue directamente al Templo y extendió el mensaje ante el Señor de los ejércitos que habita “entre los querubines” (Isaías 37:14-16).
¿Cómo identificó la oración de Ezequías lo que estaba en juego en la crisis de Jerusalén? Isaías 37:15-20.
Senaquerib había atacado deliberadamente la defensa más fuerte de Ezequías: la fe en su Dios. En lugar de ceder, Ezequías pidió a Dios que demostrara quién es él, “para que todos los reinos de la tierra conozcan que sólo tú eres Jehová” (Isaías 37:20).
Lee con oración el ruego de Ezequías (Isaías 37:15–20). ¿En qué aspectos de Dios se centra? ¿Qué principio vemos en esta oración que nos puede dar ánimo y fortaleza para permanecer fieles en nuestras crisis personales?
Ezequías entendió una verdad profunda. no se trataba solo de salvar a su pueblo y a sí mismo de un sombrío destino terrenal con consecuencias temporales; más que eso, el aspecto más importante era la reputación de Dios en el mundo.
El comentarista John Oswalt señala algunas ideas claves sobre la experiencia de Ezequías que es importante tener en cuenta: "Quizás haya dos aspectos teológicos importantes que aquí se destacan. Uno de ellos es la reiteración de la impotencia humana y la confianza en Dios. Incluso un rey se siente indefenso ante la embestida de la muerte. Hasta los más poderosos son abatidos a su paso. ¿Por qué entonces deberíamos confiar en la mortalidad humana? Por otro lado,, Dios puede arrebatar una persona de las puertas de la muerte y devolverle la vida. El posee las llaves de la vida y la muerte, y las usará para nuestro beneficio. ¿No deberíamos confiar en alguien así?
El segundo aspecto es más implícito que explícito. Pero surge en respuesta a la pregunta de por qué una declaración tan enfática sobre la inmortalidad y la impotencia de Ezequías deveria aparecer aquí, en el libro. Una respuesta que parece obvia es que hay un intento consciente de dejar en claro que Ezequías NO es El Mesías prometido. A pesar de su capacidad para confiar en Dios y de sacar a su nación del borde de la destrucción, él no es el Hijo del que habla Isaías. El personifica la confianza que es esencial para que la nación sirva a Dios, pero no es aquel en quién debe depositarse esa confianza. Aún queda una revelación más completa de aquel. (Caps. 40-66)" ("The Book of Isaiah, Chapters 1-39)". The New International Commentary on the Old Testament, 682).
IV EL RESTO DE LA HISTORIA (Isaías 37:21-38)
De acuerdo con Senaquerib, según informó en sus anales, tomó 46 ciudades fortificadas, asedió Jerusalén e hizo de Ezequías, el judío, “un prisionero en Jerusalén, su residencia real, como un pájaro en una jaula” (James B. Pritchard, ed., Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament, p. 288). Pero, a pesar de su inclinación por la propaganda como una extensión de su monumental ego, ni en el texto ni en las imágenes afirma haber tomado Jerusalén. Desde el punto de vista humano, esta omisión es asombrosa, dado el inexorable poder de Senaquerib y el hecho de que Ezequías lideró una revuelta contra él. Los que se rebelaban contra Asiria tenían una corta esperanza de vida y muertes horribles.
Los eruditos que no creen en intervenciones divinas están desconcertados porque no pueden explicar qué sucedió para evitar lo que de otro modo sería inevitable; y reconocen que, incluso si no tuviéramos el registro bíblico, nos veríamos obligados a admitir que ocurrió un milagro. El hecho de que Senaquerib cubriera los muros de su “Palacio sin rival” con relieves (imágenes talladas) que representan vívidamente su exitoso asedio a Laquis parece deberse a su necesidad de una estrategia para salvar las apariencias. pues la cercana Laquis era apena un trofeo pequeño. La Biblia brinda la explicación inmediatamente después del discurso de Isaías: "Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpo de muertos." Isaías 37:36.
¡Si no fuera por la gracia de Dios, estas imágenes habrían mostrado a Jerusalén!
¿Cuál es el resto de la historia? Isaías 37:21-37.
En respuesta a la oración de fe indivisa de Ezequías, Dios envió a Judá un mensaje de total seguridad cargado de furia contra el orgulloso rey asirio que se atrevió a abofetear en la cara al divino Rey de reyes (Isaías 37:23). A continuación Dios cumplió rápidamente su promesa de defender a Jerusalén (2 Reyes 19:35-37; 2 Crónicas 32:21, 22; Isaías 37:36-38).
Una gran crisis requiere un gran milagro; y este sí que fue grande. El número de muertos fue elevado: 185 mil. Así que, Senaquerib no tuvo más remedio que volverse a su casa, donde encontró la muerte (comparar con Isaías 37:7-38). Irónicamente, mientras que Ezequías recibía ayuda del Señor en su Templo (mencionado anteriormente), Senaquerib encontró su fin en la casa de su dios falso.
“El Dios de los hebreos había prevalecido contra el orgulloso asirio. El honor de Jehová había quedado vindicado a ojos de las naciones circundantes. En Jerusalén, el corazón del pueblo se llenó de santo gozo” (PR, 267).
Además, si Senaquerib hubiera conquistado Jerusalén, habría deportado a la población, de tal manera que Judá habría perdido su identidad, al igual que Israel, el Reino del Norte. Desde esta perspectiva, no habría habido ningún pueblo judío en el que pudiera nacer el Mesías. La historia de este pueblo habría terminado allí mismo. Pero Dios mantuvo viva la esperanza.
¿Qué le dirías a alguien que, aunque no crea en la Biblia ni en el Dios de la Biblia, hace esta pregunta: ¿Era justo que estos soldados asirios, que les tocó nacer allí, murieran en masa de esta manera? ¿Cómo entiendes personalmente las acciones del Señor aquí?
V. EN LA ENFERMEDAD Y EN LA RIQUEZA (Isaías 38; 39)
Los acontecimientos de Isaías 38 y 39 (2 Reyes 20) tuvieron lugar muy cerca del tiempo en que Dios liberó a Ezequías de Senaquerib; a pesar de que la liberación, como se muestra en Isaías 37 (ver además 2 Reyes 19), aún no había ocurrido. De hecho, Isaías 38:5 y 6 y 2 Reyes 20:6 muestran que aún enfrentaban la amenaza asiria.
¿Qué señal da el Señor a Ezequías para confirmar su fe? 2 Reyes 20:8-10; Isaías 38:6-8.
Al rechazar las señales ofrecidas por Dios (Isaías 7), Acaz había iniciado el curso de los acontecimientos que causaron problemas con Asiria. Pero ahora Ezequías pidió una señal (2 Reyes 20:8); entonces, Dios lo fortaleció para enfrentar la crisis que su padre había ocasionado sobre Judá. De hecho, revertir la sombra del tiempo en el reloj de Sol de Acaz solo fue posible mediante un milagro. El Señor habìa ofrecido a Acaz una señal de liberación "Ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto" (Isaías 7:11), y ahora le daba a Ezequías, el hijo de Acaz, una señal que era "de arriba en lo alto". ¡Así de importante es la fe humana para Dios!"
Los babilonios estudiaban los movimientos de los cuerpos celestes y los registraban con precisión. Por lo tanto, percibieron el extraño comportamiento del Sol y se preguntaron qué significaba. No es casual que el rey Merodac-baladán haya enviado emisarios en este momento. Los babilonios se habían enterado de la conexión entre la recuperación de Ezequías y la señal milagrosa. Imagina la sorpresa de los babilonios al comprobar que el Sol había retrocedido diez grados. ¿Qué tipo de presagio era ese?
El presagio era tan formidable que los babilonios se vieron obligados a buscar su causa y su significado. Ahora sabemos por qué Dios eligió esta señal en particular. Así como posteriormente utilizó la estrella de Belén para conducir a los sabios de Oriente, usó un cambio solar para traer a mensajeros de Babilonia. Parece que lograron rastrear el fenómeno hasta dar con la recuperación de Ezequías. Esta era una oportunidad única para que ellos aprendieran del Dios verdadero.
Merodac-baladán pasó toda su gestión tratando de lograr una independencia duradera de Asiria. Necesitaba aliados poderosos, lo que explica su motivación para contactar a Ezequías. Si Ezequías tenía el poder de una deidad que podía curarlo, si el mismo Sol se movía a pedido de Ezequías, ¿qué podría hacerle a Asiria? Sin duda, el rey babilonio lo consideraba un aliado potencialmente valioso.
Ezequías, que debería haber dado testimonio del Señor, realzó su propia “gloria”. "Mas el que se gloría, gloríese en el Señor, porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba" 2 Corintios 10:17, 18.
Ezequías se sintió halagado y olvidó concentrarse en su impresionar a los babilonios con la grandeza de su Dios, quien lo había sanado y le había dado una señal grandiosa.
Si vamos a alardear, debemos presumir de Dios: Solo en el Señor me jactaré (Salmos 34:2; 1 Corintios 1:31; 2 Corintios 10:17) Alabarlo al compartir nuestro testimonio de las grandes cosas que ha hecho por nosotros es la forma más efectiva de evangelizar.
“Únicamente por intervención divina podía la sombra del cuadrante retroceder diez grados; y un suceso tal sería para Ezequías indicio de que el Señor había oído su oración. Por consiguiente, ‘el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás’ (vers. 8-11)” (PR, 253, 254). Tu puedes cambiar la hora de tu reloj sin que nadie se dé cuenta, porque eso no afecta a nadie más, pero la alteración de la posición relativa del sol y la tierra afecta a todo el mundo.
“La visita de esos mensajeros de un gobernante lejano dio a Ezequías oportunidad de ensalzar al Dios viviente. ¡Cuán fácil le habría resultado hablarles de Dios, Sustentador de todo lo creado, mediante cuyo favor se le había perdonado la vida cuando había desaparecido toda otra esperanza! […] “Pero el orgullo y la vanidad se posesionaron del corazón de Ezequías, y ensalzándose a sí mismo expuso a los ojos codiciosos los tesoros con que Dios había enriquecido a su pueblo. El rey ‘les mostró la casa de su tesoro, plata y oro, especias, ungüentos preciosos, toda su casa de armas, y todo lo que se hallaba en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todos sus dominios, que Ezequías no les mostrase’ (Isaías 39:2). No hizo esto para glorificar a Dios, sino para ensalzarse a la vista de los príncipes extranjeros” (PR, 255, 256).
CONCLUSIÓN
¿En quién confías tú? (Isaías 36:5)
A veces, como sucedió durante el reinado de Ezequías, nuestra fe es puesta a prueba, y tenemos la alternativa de confiar en el Señor o confiar en los demás. Una crisis cómo puede ayudarte a confiar más en Dios?
Dios no solo se ocupa de los asuntos de la nación, sino de los asuntos personales. Cuando Dios sanó a Ezequías aprendemos que no debemos dar la vida por sentada. Debemos considerarla un regalo de Dios. Si, en algunos momentos, enfrentamos algunas luchas en la vida, tenemos que volver nuestro rostro a "la pared" y orar al Señor. Está historia nos muestra que Dios responde a la oración y que siempre cuidará de ti.
En respuesta al clamor de un rey fiel, Dios salvó a su pueblo y mostró quién es él: el omnipotente Rey de Israel que controla el destino de la Tierra. No solo destruye a los que intentan destruir a su pueblo, sino también brinda oportunidades para que otros, sin importar cuán “babilónicos” sean, lleguen a formar parte de su pueblo.
Las narraciones de Isaías 36 al 39 se refieren a varias cosas de las que una persona puede tomar valentía: la fuerza armamentística, los muros protectores, las posesiones materiales, las alianzas con otras personas y la fe en el Dios vivo. ¿A ti que te da coraje y valor? y tú ¿En quién te apoyas y confías? Zacarías 4:6
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