MILLONES PERDIDOS POR CAUSA DE UNA PROFECIA INCOMPREENDIDA
El
rechazo de las profecías del Antiguo Testamento sobre la muerte de Jesús
llenará las puertas del infierno. Millones de cristianos están cometiendo este
grave error.
Hace varios años, un abogado de Nueva York afirmó que se convertiría en un
cristiano si alguien pudiera probar que Jesucristo había resucitado de los
muertos. Un amigo que era pastor dijo, "Puedo darte la prueba
conclusiva de este hecho" y, más tarde, le presentó un manuscrito
conteniendo argumentos convincentes sobre el asunto.
Una
semana después, cuando el abogado devolvió el manuscrito, él afirmó:
- Debo decir que creo, además de toda duda, a partir de la evidencia histórica de
testigos fieles, que Jesucristo resucitó de los muertos". Pero, entonces,
añadió:
- Pero yo no soy más cristiano ahora, que cuando recibí las pruebas
que me dio hace una semana." Hablando en un tono aún más bajo, él dijo:
"He descubierto que mi mayor problema no es con mi cabeza, sino con mi
corazón."
Este hecho básico de la naturaleza humana fue declarado enfáticamente por Dios
a través de Jeremías hace mucho tiempo, Jeremías 17:9: "El corazón es más
engañoso que cualquier otra cosa y su enfermedad es incurable. ¿Quién es capaz
de comprenderlo?"
Pero esta es una realidad que todos necesitan descubrir
por sí mismos.
ILUSTRACIÓN
Necesitamos aprender del hombre que cruzó a pie el Valle de los Hombres muertos en las Islas del Mar del Sur. Cuando alcanzó un refugio al otro lado, se dio vuelta hacia atrás. Era increíble para él notar cuán torcido había sido su camino en la arena. Su intención era caminar en línea recta. En realidad, él estaba seguro de que él había andado en línea recta. La naturaleza humana es así. Al avanzar, se dijo a sí mismo: "La historia de mi vida es igual, pues cada paso que di tan solo formó un camino torcido ".
Pocas horas después, sin embargo, cuando volvió a mirar de nuevo a las marcas
dejadas en la arena, ninguna marca permaneció. ¡Todas las huellas
desaparecieron! La marea subió y luego retrocedió sin dejar señal del camino
torcido.
Esto es exactamente lo que Jesucristo hace para nuestro infeliz pasado
si estamos dispuestos a dejarlo actuar.
Su promesa es: "Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla
tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí." Isaías 44:22
Su
preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, como una marea tranquila,
lava toda mancha del pecado en nuestras vidas.
Esto es realizado por dos elementos simples y aún, muy profundos que están en
Efesios 2: 8: "Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto
no viene de vosotros; es don de Dios."
Dos elementos - la gracia y la fe
se mencionan aquí como fundamentales para la salvación. La gracia es
generalmente definida como "favor inmerecido" o podemos decir, "Amor en acción". Es obvio que, si merecido, no sería más un favor,
sino una recompensa de pago. Sin embargo, la gracia y la salvación de Dios en
sí es un regalo. El pecado paga un salario, pero no hay pago para hacer lo que
es correcto. El infierno roba, la tierra vende, el diablo paga salarios, pero el
cielo sólo entrega y da.
ILUSTRACIÓN
Un orgulloso francés hizo algo malo y cayó en el desagrado de la reina Isabel I de Inglaterra. La reina, sin embargo, decidió que perdonaría al ofensor. Ella lo convocó para estar en su presencia. Rápidamente ella declaró su intención de mostrar gracia con la condición de que el ofensor se comprometía a arreglar sus errores y hacer lo que es correcto.
Un orgulloso francés hizo algo malo y cayó en el desagrado de la reina Isabel I de Inglaterra. La reina, sin embargo, decidió que perdonaría al ofensor. Ella lo convocó para estar en su presencia. Rápidamente ella declaró su intención de mostrar gracia con la condición de que el ofensor se comprometía a arreglar sus errores y hacer lo que es correcto.
- "Eso no
sería gracia, Majestad"- respondió el ofensor - "esto sería una
recompensa, pero ciertamente no una gracia!"
- "Entonces
te perdono libre e incondicionalmente" - dijo la reina. Poco a poco, el
ofensor sonrió graciosamente y dijo:
- Su Majestad, esa es la gracia de la
reina, y yo agradezco por ello."
La Gracia siempre fluye hacia abajo, del mayor
al menor. Es la parte de Dios en la salvación del hombre.
La fe, por otro lado, siempre alcanza lo que viene de arriba. Del menor al
mayor, y esa es la parte del hombre en la salvación. La fe, a la vez, es
equiparada a la creencia, y, de hecho, las dos palabras, fe y creencia se
traducen de la misma palabra griega original en el Nuevo Testamento. Por lo
tanto, la fe cristiana no significa creer en varias cosas. Significa
esencialmente la disposición individual de la mente y el corazón en relación a
Jesucristo.
La fe no sólo cree en algo, o cree en todo o en cualquier cosa,
cree en una persona, y esa persona es Cristo. La fe también es compromiso.
Leighton Ford dijo: "La creencia no es fe sin evidencia, pero compromiso sin reserva. La creencia implica el intelecto. El deseo envuelve las emociones. El compromiso implica la voluntad."
Así, todo hombre está involucrado en un acto de fe. La fe es en realidad, lo
que sabemos, cómo sentimos y lo que hacemos sobre Jesucristo.
"Así,
la fe se convierte en acción y la acción es fe como compromiso." Billy
Graham, World Aflame, p. 153.
Cuando la gracia divina alcanza al hombre a
través de la fe en Jesucristo, y por medio de Cristo el hombre alcanza a Dios,
entonces el don de la salvación es nuestro. La gracia entonces trae la
justificación, el perdón y la remisión de todos los pecados del pasado.
Pero es
muy importante recordar que la gracia no es permiso para el pecado en el
futuro.
La remisión y el permiso están tan distantes como los polo sur del polo
norte.
Ellos son como este y oeste extendidos hasta el infinito. Pero el
problema de hoy es que las iglesias cristianas parecen crear una barrera en
relación a la gracia de Dios y su ley. ¡Eso no debería ser así, pero sucede!
ILUSTRACIÓN:
Imaginemos que estamos en un lugar agitado a plena luz del día, en
el centro de una gran ciudad, donde la violencia civil estalló. Un tiro de
pistola resuena y percibimos un soplo de humo cuando un hombre gime y cae en la
acera. El asesino, aún sosteniendo su arma, no hace ningún intento de escapar y
él todavía está allí cuando llega la policía. Su confianza es sorprendente.
Mientras ellos se mueven para arrestarlo, él dice:
- "Usted no puede
tocarme, estoy bajo la gracia!"
Y
de un bolsillo él saca su perdón, un papel escrito con sus propias palabras,
"Liberado por la gracia"
- Como puede ver oficial, yo no estoy obligado
por la ley ahora, estoy bajo la gracia! "Entonces usted puede imaginar el
oficial diciendo:"
- ¡No, señor! Usted no está bajo la gracia, usted es una
perfecta desgracia, venga conmigo!"
¿Quién podría ser tan tonto? Esto no podría suceder. Y, sin embargo, la verdad es
más extraña que la ficción. Porque hay algunos creyentes que afirman ser los
más informados y maduros de los cristianos y usan ese argumento para cubrir la
transgresión de la ley de Dios. Y ellos están preparados para incluso citar las
Escrituras para apoyar su visión, pero esa visión no vale la pena apoyar, pues
convierte la gracia en desgracia!
Aquí está el error fatal que enviará millones para la destrucción.
Es decir,
viven deliberadamente pecando, mientras afirman estar bajo la gracia.
La Biblia
dice: Romanos 6:14: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la
ley, sino bajo la gracia”
La enseñanza
aquí es bastante simple. Proclama la victoria sobre el pecado y la libertad de
la condenación por la vida que está bajo la gracia de Jesucristo.
Necesitamos recordar lo que realmente es el pecado. Juan, en su carta, dijo: "Todo aquel que practica el pecado transgrede la Ley; de hecho,
el pecado es la transgresión de la Ley" 1 Juan 3:4
Pablo nos
dice en Romanos 6:14, el pecado -la quiebra de la ley- ES AJENO a la vida que
está bajo la gracia de Jesucristo. Esta es la enseñanza del texto. La gracia lo
librará de la condenación y lo capacitará para obedecer a Dios.
Todo el capítulo de Romanos 6 está dedicado a este tema. Pablo dice que un
cristiano no debe pecar. Es decir, no debe romper la ley de Dios. Observe
cuidadosamente las siguientes indicaciones. Ella nos guiará, en el capítulo 6
de Romanos, a través de este tema de la victoria sobre el pecado, de la
transgresión de la ley de Dios a la vida que está debajo de la gracia.
Romanos
6:23: ¿Qué diremos entonces? CONTINUAREMOS PECANDO para que la gracia aumente?
"Porque sabemos que nuestro VIEJO HOMBRE ha sido CRUCIFICADO CON EL, para
que el CUERPO DEL PECADO SE DESTRUÍDO, y no más seamos esclavos del pecado;
"(V6)
De la misma manera, se consideren muertos para el pecado, pero vivos para Dios
en Cristo Jesús. Por lo tanto, no permitan que el pecado siga dominando sus
cuerpos mortales, haciendo que obedezcan a sus deseos ...
Pues el pecado no los dominará, porque ustedes no están bajo la Ley, sino bajo
la gracia"
Así, la gracia de Dios es la respuesta al problema del pecado.
Él lo atiende adecuadamente porque no sólo perdona el pasado, él levanta a un
hombre del pecado en el presente y le da poder para obedecer la voluntad
revelada de Dios en el futuro. Esta afiliación no es contra la obediencia a la
ley de Dios. Está proclamando perdón por el pecado en el pasado y poder para
vencer el pecado en el futuro. Ninguna autorización de transgresión de
cualquier tipo está siendo concedida aquí.
La expresión "No estáis bajo la ley" puede tener dos significados
diferentes. Es por esta razón que tantas personas se confunden sobre este
asunto.
Puede significar, "bajo la jurisdicción de la ley." O, por
otro lado, podría significar estar "bajo la condena de la ley". La
primera es la situación de la mayoría en este país.
La
segunda es la situación de algunos - el grupo criminal que transgredió la ley
en vez de vivir alegremente bajo su jurisdicción.
El
hombre que se encuentra bajo la jurisdicción de la ley goza de la libertad y de
los privilegios de la ciudadanía. Y el hombre que transgrede la ley necesita
ser preso para la protección de la sociedad, y con razón.
Romanos 8: 1: "Por lo tanto, ahora ya no hay condenación para los que
están en Cristo Jesús, ...". Pablo nos dice que no hay condenación para
los cristianos; no dice que no hay ley. La gracia saca la condenación de la
ley; no quita su jurisdicción. Da a un hombre que recibe la libertad, el poder
de obedecer. Esta es la salvación
ILUSTRACIÓN
¿Quién predica más la gracia?
Un caballero de apariencia culta había participado en varias reuniones evangelísticas y parecía estar disfrutando del programa. En la puerta del auditorio, una noche se presentó como un predicador del evangelio y solicitó la oportunidad de discutir un poco más algunos de los temas que se presentaron. Tan pronto como él estaba a solas con el evangelista, en un rincón tranquilo, él dijo: "Me gustan las reuniones. Estoy casi en total acuerdo con todo lo que he escuchado. ¡Los temas proféticos fueron emocionantes y maravillosos!
¿Quién predica más la gracia?
Un caballero de apariencia culta había participado en varias reuniones evangelísticas y parecía estar disfrutando del programa. En la puerta del auditorio, una noche se presentó como un predicador del evangelio y solicitó la oportunidad de discutir un poco más algunos de los temas que se presentaron. Tan pronto como él estaba a solas con el evangelista, en un rincón tranquilo, él dijo: "Me gustan las reuniones. Estoy casi en total acuerdo con todo lo que he escuchado. ¡Los temas proféticos fueron emocionantes y maravillosos!
"Pero hay una cosa que me perturba sobre los Adventistas del Séptimo Día.
Ustedes no creen ni predican la gracia de Dios, ustedes enseñan la salvación
por la ley, lo que, naturalmente, es contrario al evangelio." El
evangelista oyó en silencio.
¿Cómo ayudar al hombre a comprender la verdadera
posición?
Entonces decidió usar tácticas de choque. "Señor, creo que ha
confundido las cosas. Por favor, perdóneme por decir eso, pero son ustedes, y
no nosotros, quienes enseñan la salvación por la ley. Incluso, ¡Los Adventistas
creen tres veces más en la gracia que tú! "
¡Tácticas de choque! El hombre se sorprendió y gritó,
- - "¡Eso
es ridículo! ¿Por qué dice eso? ¿Qué quiere decir? ¿Cómo me comprueba eso?"
- - "Bien,
-dijo el evangelista- ¿Cuándo comenzó la gracia?"
- - "En
la cruz."
- "
Muy bien, entonces, cómo los hombres eran salvos antes de la cruz?
- Ellos vivieron en la dispensación la ley, hoy vivimos en la dispensación de la
gracia. Desde la Cruz, todo es diferente. Desde la Cruz, todo es diferente.
"Antes de Jesús era la ley, después de la Cruz es la gracia y solamente la
gracia!"
-
"Entonces,
así es como yo veo"- dijo el
evangelista esbozando rápidamente un diagrama en una hoja de papel. En el
extremo izquierdo de una larga línea de tiempo, marcó la caída del hombre por
el pecado. En medio de la línea, él colocó la cruz del Calvario, y en la
extrema derecha marcó el segundo advenimiento.
- "Ahora, cuántos años de
gracia tuvimos? ¡Veo dos mil años apenas desde la cruz! ¿Y cuántos años de
salvación por la ley? Yo veo cuatro mil años desde la caída del hombre hasta la
muerte de Cristo en el Calvario.
- "Bueno,
pero simplemente no puedo creerlo. Esto sería enseñar que hay dos formas de
salvación, mientras estoy seguro de que sólo hay una. Y eso es, salvación por
la gracia a través de la fe en Jesucristo. Los Adventistas del Séptimo día
enseñan que los hombres antes de la cruz aguardaban al próximo Redentor y
fueron salvos por la fe que se acercaba.
Ellos creen que, desde la cruz, los hombres son salvos, mirando al Calvario. La
Biblia apoya esta visión
Romanos 5:20 dice: "Pero donde aumentó el pecado, sobreabundó la
gracia." Y el contexto deja bien claro que Pablo tenía en mente el
comienzo del pecado cuando Adán transgredió.
La gracia fue ofrecida para
atender la emergencia. Así, enseñamos que desde el principio del pecado, una
gracia mayor que el pecado del hombre fue puesta a disposición.
Esto involucra seis mil años de gracia, pero usted cree en sólo dos mil años de
gracia desde la cruz. Y, en lo que respecta al tiempo, al menos, enseñamos
exactamente tres veces más gracia que tú! ¡Son seis mil años contra dos mil
años! ".
Lo que quiero decir es que nunca hubo un momento en que los hombres pudieran
ser salvos guardando la ley, ya sea antes de la cruz o después de la cruz.
Creemos que la Biblia apoya esta visión. La salvación siempre ha sido y siempre
vendrá del Señor, por la gracia y bajo la gracia. Pero en su iglesia, usted enseña
dos veces más salvación por la ley - cuatro mil años de ley - contra, dos mil
años desde la cruz.
"El testimonio de Pablo es:" Porque la gracia de Dios se ha
manifestado salvadora a todos los hombres. "(Tito 2:11). ¡No entendemos
que esto se limita a un tercio de los hombres que tuvieron la suerte de nacer
después de la cruz! Esta idea dividiría el cielo. Por un lado, habría aquellos
que trabajarían en su camino hacia el cielo por medio de la ley, algo que
sabemos que es imposible. Por otro lado, habría aquellos desde la cruz que
habían sido salvos por la gracia solos. Pero la Biblia dice que no habrá una
sola alma en el cielo más allá de aquellos salvos por la gracia y la fe. Esta
es la enseñanza de las Escrituras y la fe de los Adventistas del Séptimo Día.
Podríamos pasar mucho tiempo hablando sobre la manifestación de la gracia de
Dios en los tiempos del Antiguo Testamento, pero algunas referencias claras
deben ser suficientes.
Génesis 6:8: "Noé, a quien el Señor mostró
BENEVOLENCIA."
Dios le dijo a Moisés, Éxodo 33: 12,19: Yo te he conocido por tu nombre, y
has hallado también gracia en mis ojos… Yo haré pasar toda mi bondad delante de
tu rostro..
Leemos en Proverbios 3:34: "Él se burla de los burladores, pero concede gracia a los
humildes".
Así, los santos del Antiguo Testamento no eran hombres llenos
de justicia propia. Eran trofeos de la gracia de Dios. Ellos fueron salvos
porque creyeron en Dios y abrazaron la promesa de un Redentor que vendría a
expiar el pecado. El cielo no será dividido. Todos los que son salvos serán
salvos por la gracia de Jesucristo. Debe ser obvio que si por cuatro mil años
la gente realmente fuese salvada sin Él, Dios no tendría que dar a Su hijo para
sufrir y morir.
Hechos 4:12 "No hay salvación en ningún otro, pues debajo del cielo no hay
otro nombre dado a los hombres por el cual debamos ser salvos".
La cruz
del Calvario estableció de una vez dos grandes hechos.
Primero,
estableció la naturaleza inmutable y eterna de la ley del cielo para el hombre.
Vea, la gracia de Cristo sería innecesaria si la ley de Dios ya no se aplicara.
Cuando un criminal es acusado ante una corte terrena, sólo hay dos cosas que el
acusado puede hacer. Él, con su abogado, puede buscar, y tal vez encontrar, una
brecha en la ley para garantizar su libertad. Pero si después de examinar los
estatutos y considerando la acusación es obvio de que no existe tal vacío, su
único recurso es apelar a la gracia. Él puede presentar circunstancias
atenuantes e implorar por misericordia.
El hecho de que Jesucristo murió para proporcionar una base de misericordia
para el pecador muestra que la ley de Dios es inmutable.
En segundo
lugar, el Calvario establece de una vez por todas la maravillosa doctrina de la
gracia trascendente de Dios. En la cruz, contemplamos a profundidades
insondables del amor divino, la amplitud de la compasión de Cristo por los
perdidos y la longitud de ese amor preparado para abrir un camino de escape.
ILUSTRACIÓN:
Es como el rey cuyo amigo fue condenado, y con razón, por alta
traición. Su primer impulso fue atenuar ley de la tierra bajo la cual su amigo
había sido condenado. Pero sus consejeros apuntaron que eso llevaría al caos.
La anarquía reinaría. Para la seguridad de todos, la ley debería permanecer
fija e inmutable. Y entonces, ¿qué podría hacer ahora?
Tenía un hijo joven y fuerte. Él ofrecería a su hijo para morir en el lugar de
su amigo. La oferta no fue aceptada. Pero si hubiera sido, ciertamente habría
establecido de una vez por todas dos hechos concretos.
Uno, que
la ley de la tierra era fija e inmutable,
Dos, que
el amor del rey por su amigo era profundo y genuino.
La
muerte de Jesucristo por los pecadores establece estos dos grandes hechos en
relación a la ley y al amor de Dios.
La función de la ley a menudo es incomprendida.
Utilizar la ley como medio de
salvación sería ilegal. Nunca se ha hecho para este propósito. La ley es un
detector de pecado. Su objetivo es alertar sobre el peligro del pecado y
orientar a los hombres en los caminos de una vida correcta. La ley no ofrece
perdón por transgresión. Ni proporciona poder para la obediencia. Simplemente
indica lo correcto y lo incorrecto. Romanos 4:15: "Y donde no hay ley, no
hay transgresión."
Romanos 5:13:" ... pero el pecado no se tiene en cuenta cuando no existe
ley. "
A causa de la ley de Dios, los hombres todavía son culpables de
pecado por sus transgresiones.
Es el pecado que exige un Salvador. Es el
Salvador que ofrece gracia. La gracia es la base del evangelio, y predicar el
evangelio es el trabajo de la iglesia. Para cuidar de la iglesia, tenemos el
ministerio, pero todo el sistema falla si removemos la ley de Dios. Donde no
hay ley, no hay transgresión. Y, por tanto, si no hay ninguna ley, entonces no
hay ningún pecado; y sin pecado, ninguna necesidad de un Salvador; y ningún
Salvador, ninguna gracia; sin gracia, sin evangelio; ningún evangelio, ninguna
iglesia; y, por tanto, no hay necesidad del ministerio. ¡El predicador que no
predica ninguna ley está minando su propio oficio!
ILUSTRACIÓN:
Tal vez una ilustración sencilla nos ayude a entender el hecho de
que, cuando no hay ley, no hay transgresión. Imaginemos que hoy alguien entre
en este lugar de reunión como su predicador. Él quedo preso por predicar el
evangelio. Hay muchos lugares donde esto sucede. ¡Gracias a Dios, eso no está
sucediendo aquí! Pero digamos que para la finalidad de ilustración, eso
sucedió. Y que mañana por la mañana fui convocado ante el juez en el tribunal
local acusado de haber predicado el evangelio en este lugar.
Imagínese al juez oyendo la acusación y después diciéndole: "Bajo la
constitución de este país, la libertad de religión y de expresión están
garantizadas. Una vez que no hay ley contra la predicación, ningún crimen fue
cometido, y entonces predicador, yo pretendo extender la gracia para usted y
ofrecerle un perdón.
¿El
predicador debe aceptar su gracia o rechazar ese perdón? Como no hay ley contra
la predicación del evangelio aquí, y por lo tanto ninguna ofensa ha sido
cometida, debe ser claro que no hay condenación. Entonces, ¿para que la gracia?
Como usted ve, la gracia de Jesucristo es innecesaria si la ley de Dios no
existe. Aunque la razón básica de la gracia sea el perdón de la transgresión
del hombre, Pablo dice que también se ofrece para ayudar al hombre a obedecer.
Romanos 1: 5: "Por medio de él y por causa de su nombre recibimos gracia y
apostolado para llamar desde todas las naciones a un pueblo para la OBEDIENCIA
que viene por la fe ..."
Romanos 16:26 repite que el propósito del evangelio es "obediencia".
Esto significa que Dios no propone dar su gracia a un hombre que no tiene
intención de obedecer su ley.
ILUSTRACIÓN:
Supongamos que un gobernador del estado ha decidido liberar a un
criminal en medio de su sentencia. El comportamiento del hombre pareció
ejemplar, y un perdón está preparado. Pero antes de concederlo, el gobernador
determina con sabiduría una conversación particular con el prisionero para
verificar, de manera directa, cuáles sus reacciones al recibir un perdón. El
gobernador pregunta lo que el prisionero planea hacer cuando sea liberado de la
prisión. "¿Cuál sería la primera cosa que le gustaría hacer si yo ponía en
sus manos un perdón ahora y liberarlo?"
Una mirada
asesina se apodera de la frente del prisionero y, con un tono de odio, dice
entre los dientes cerrados: "Mi primer trabajo sería encontrar al juez que
me mandó para acá e igualaría el marcador colocando una bala o dos en él."
¿El gobernador emitiría ese perdón en las circunstancias? ¿Sería seguro
perdonar a un hombre que, en su propia confianza, no tuviera intención de
obedecer la ley en el futuro? ¡Debo decir que no! Usted retiraría su gracia y
rasgaría el perdón. ¿Y qué mérito habría en Dios si concediera perdón a personas
que no tienen intención de hacer su voluntad?
La gracia de Dios no anula su ley. Pero coloca a un hombre salvo bajo una doble
obligación de hacer la voluntad del Padre.
Estamos automáticamente obligados a
obedecer, porque Él es nuestro Dios y nosotros somos Sus criaturas. Pero en
segundo lugar, porque Él perdonó nuestras transgresiones y nos redimió por su
gracia, la gratitud debe doblar nuestra determinación de amarle, servirle y
obedecerlo en todo lo que fue revelado.
ILUSTRACIÓN:
Una historia muy contundente nos cuenta de un incidente en la vida
de un oficial del Ejército de Salvación cuyo nombre era Tucker. Él predicó en
la ciudad de Chicago sobre la suficiencia de la gracia de Dios en Jesucristo.
Después de una presentación interesante y emocionante de su tema, el predicador
testificó la gracia y la bondad de Dios en la experiencia de su propia vida.
Un hombre, que era un extraño para todos, levantó y habló.
- "Es
todo muy bueno y muy maravilloso para ti, Señor Predicador, levantarse ahí y
hablar de la gracia de Dios, como Dios te ayuda, y la alegría que has
encontrado en comunión con Él, pero, ¿y en cuanto a mí? Si tu corazón estuviese
partido porque tu esposa fue arrancada de ti por la muerte, y tu casa apareció
vacía y fría, y en su soledad tus hijos se reúnen a tu alrededor llorando y
llamando por una madre que nunca volverá, tú ¿podrías hablar así? ¿Cómo la
gracia de Dios puede ayudar a un hombre en una posición como la mía?"
Bueno, el predicador hizo lo mejor para entender, colocarse en la posición del
hombre carente. Él respondió con bondad y aliento. Pero sus palabras de alguna
manera no parecían dejar una marca. El extraño estaba convencido de que el
predicador no entendía completamente, que él no podía compartir su experiencia
y que incluso la gracia de Dios no podía ayudarle en la tristeza por la cual él
había sido llamado a pasar.
Pero la verdad es más extraña que la ficción, y en
pocos días el predicador también fue sumido en el valle de las sombras. Su
compañera de vida murió de repente en un trágico accidente ferroviario. Su
cuerpo fue velado en el propio salón donde el predicador había recientemente
dado su sermón sobre la gracia de Dios. El lugar estaba lleno para el servicio
funerario, y las oraciones fervientes y el confort de las Escrituras se
ofrecían a los enlutados. Al cabo del servicio, el predicador viudo se levantó
y pisó con confianza en la plataforma para quedar al lado del cuerpo de su
difunta esposa. Colocando su mano sobre el ataúd, miró al público a través de
sus lágrimas y sonrió.
Entonces, él dijo:
- "Menos de dos semanas atrás, me puse en esta plataforma
para predicar y testificar sobre la suficiencia de la gracia de Dios en Cristo
Jesús. Aquellos que estuvieron presentes recuerdan que, al cabo del servicio,
un hermano con una tristeza profunda colocó delante de mí algunas inquietudes
de su corazón. No estoy seguro de que mis respuestas hayan sido completamente
satisfactorias, porque nunca he experimentado las cosas de las que habló. Pero
si ese hermano está en la casa de Dios esta tarde, creo que puedo darle una
respuesta ahora, lo que será más comprensivo. Espero que sea completamente
satisfactorio. ¡Quiero testificar que la gracia de Jesucristo es suficiente
para mí mismo ahora! Usted preguntó si mi esposa fue arrancada de mí - y ella
fue - y si mis hijos estuvieron llorando y pidiendo una madre que nunca
regresaría - y ellos están. ¿Podría decir que Jesús ayuda, que Jesús consuela,
que la gracia de Dios es suficiente?
Mi
hermano, déjeme asegurarle que Él me está ayudando ahora. ¿Jesucristo puede
ayudar incluso en la hora más sombría de la Tierra? "Mi respuesta es sí,
mil veces sí, porque Jesús es quien me ampara, Jesús me está ayudando ahora. Tengo paz, porque él puede limpiar las lágrimas de tristeza y llenar el corazón de
alegría.
Hubo un movimiento en los fondos del salón de reunión y una voz respondió:
- "Si Jesucristo puede ayudarlo así, si su gracia es suficiente para usted
hoy, entonces debe ser suficiente para mí también. Y moviéndose por el pasillo
el triste hermano cayó de rodillas en el altar para recibir la gracia de Dios y
encontrar alegría.
¿Le gustaría levantar las manos de la fe hoy en nuestra oración de clausura
para recibir la gracia de Dios?
Llamado y oración
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