Por Luiz Gustavo Assis
Introducción
¿Am-amblio... qué?
No te asustes es una palabra difícil y es el problema visual que estudiaremos en este día.
Pero ¿Qué es ambliopía?
Bien, probablemente ya escuchaste hablar de esta de ciencia visual sólo que con el nombre de “ojo perezoso”. Puede ocurrir con uno o con ambos ojos. Esto sucede porque el ojo no tuvo el desarrollo natural de la visión. Ella surge generalmente en niños de hasta siete años y, acarrea consecuencias en el desenvolvimiento escolar.
Tratamiento de la ambliopía
El tratamiento de esta enfermedad comienza con el uso e corrección óptica (si fuera indicado) seguido de la oclusión con parches, sobre el ojo sano, para estimular el uso del ojo más débil y que así desarrolle su función normal y agudeza visual. Las personas que no son tratadas hasta los ocho años de edad son considerados como casos irreversibles. La oclusión del ojo bueno generalmente no es bien aceptada por el niño (porque no quiere quedarse con el ojo que no ve bien), pero la persistencia de los padres en el tratamiento debe ser mantenida para la recuperación del niño.
¿Y todo esto que tiene que ver con la vida espiritual de un adventista en el siglo XXI? ¿Existe alguna dificultad en la caminata cristiana que se asemeje a la ambliopía?
Sí. Existe y la llamamos de ambliopía espiritual. Se trata del “cristianismo perezoso” que sólo es recuperado cuando pasa por un tratamiento intenso.
En el Nuevo Testamento nos encontramos con este tipo de cristianismo. Después del apedreamiento de Esteban registrado en Hechos capítulo 7, más o menos en el año 34 d.C., la iglesia cristiana entró en un período de paz temporaria.
Cuando pasamos por momentos así, casi siempre somos tentados a caer en una frialdad espiritual y, consecuentemente, en problemas con otros hermanos en la fe. Era más o menos el panorama que la iglesia presentaba en aquella época. Pero, Dios estaba presto a corregir esta situación.
En Hechos 12, tenemos el relato de una persecución iniciada contra los cristianos alrededor de los años 44 d.C. En esta ocasión, el gobernador de Judea era Herodes Agripa, familiar de aquel otro Herodes el Grande, el mismo que mató a los niños en Belén. El primero a ser muerto fue Santiago, hermano de Juan (Hechos 12:1) y Pedro fue otro importante personaje que estaba con la muerte garantizada sino fuese la intervención de un ángel de Dios.
Fue exactamente en esta época que otro Santiago, el hermano de Jesús, escribió su carta para los cristianos que estaban esparcidos por el mundo, fuera de Jerusalén.
En esta misma epístola, en (Santiago 1:2-4), tenemos uno de los pasajes bíblicos más inspiradores del Nuevo Testamento.
Acompáñenme con la lectura. (Leer)
Este sermón está dividido en dos partes:
1) Los objetivos de la prueba; y
2) Los resultados de la prueba.
1. Los objetivos de las pruebas
El texto leído comienza diciendo que debemos ser felices cuando somos puestos a prueba. Esto suena hasta irónico. ¿Ser feliz cuando pasamos por terribles momentos en la vida? En otras palabras, cuando se tiene un cristianismo perezoso que está siendo corregido, ¡la Biblia nos orienta a que nos alegremos!
La situación se torna más difícil aún cuando entendemos lo que quiere decir la palabra prueba.
No es novedad que el Nuevo Testamento no fue escrito ni en inglés, ni en español o en cualquier otra lengua importante de hoy en día. Fue escrito en griego y en esa lengua la palabra prueba es peirasmos. Esa palabra vino de otra palabra, peri, que significa “alrededor de”.
Es exactamente de esta: peirasmos, que vino nuestra palabra periferia, o sea aquello que está alrededor. Por lo tanto, prueba o peirasmos significa literalmente “estar rodeado de situaciones adversas”. ¿Existe algún objetivo para ser probados?
Existen por lo menos dos objetivos:
El primero es revelar la verdadera fe. En el versículo 3 leemos que la prueba tiene como objetivo confirmar nuestra fe.
Hoy en día está de moda decir que se tiene fe. En las camisetas, adhesivos, carros y diversas iglesias, entre otras cosas, muestran cuán popular se tornó la religión en los últimos años.
Pero, ¿Qué será tener fe?
De acuerdo con la Biblia, fe, desde el punto de vista bíblico no es sólo decir que es creer en Dios, porque hasta los demonios creen (Santiago 2:19)
La idea de fe en la Biblia puede ser comparada a una persona que se está ahogando en un río y prácticamente no tiene más fuerzas, pero percibe que un tronco está flotando a su lado. ¿Usted Cree que sa persona dejará pasar este tronco? ¡Lógicamente que no!
Intentará con todas sus fuerzas sujetarse a este tronco y no lo soltará por nada. Fe es exactamente esto. Es agarrarse de Dios y no soltarse por nada.
“Pero la situación extrema del hombre es la oportunidad de Dios” HAp, 145
Está confirmado. Si fe es un testimonio, entonces ella debe ser probada. Solamente en el fuego, en las pruebas, se muestra la fe verdadera.
Es fácil ser cristiano cuando todo está yendo bien, pero cuando la situación sufre un giro de 180° es muy difícil permanecer en pie.
El segundo objetivo de las pruebas es el resultado del primero. Si no es fácil ser cristiano cuando todo sale mal, ¿Qué hacer entonces?
La respuesta es una sola palabra, está en el versículo 3, “perseverancia”.
Esa es una de las palabras más nobles de toda la Biblia. Tiene que ver con la valentía, determinación, voluntad de vencer, de querer ser alguien mejor. Así como los padres deben ser persistentes en el tratamiento de la ambliopía de su hijo(a), la palabra de Dios nos dice que uno de los blancos para alcanzar el éxito por medio de las pruebas es la perseverancia, o sea, la capacidad de superar dificultades y todavía alabar a Dios en medio de esos problemas.
Ilustración
Esta historia nos ilustra bien el concepto de perseverancia. Era un día, del 22/06/1941 en la antigua Unión de la República Social Soviética, la famosa URSS. El altavoz de la ciudad de Moscú anunciaba que las tropas alemanas lideradas por Hitler estaban invadiendo el territorio ruso, y curiosamente en el día anterior, Hitler y Stalin, los entonces líderes soviéticos, tenían un pacto mutuo de no agredirse.
La situación era extremadamente crítica. La Alemania nacista utilizó tres puntos para la invasión: al sur, por Ucrania, al norte por Stalingrado y por Moscú, el centro del país. ¡Ni el patriota más optimista tenía mucha esperanza en aquella ocasión! La crisis y la desesperación llegaron a tal punto que era la cosa más normal del mun- do ver un cadáver tirado en el piso. El hambre era tan grande que según algunos cálculos, medio millón de personas murieron por falta de alimento.
Situación peor que esta es un poco difícil de pasar diariamente. Pero, ¿cuál fue la postura del pueblo soviético delante de semejante prueba? Dos factores hicieron la diferencia para que Hitler perdiese la guerra: 1) El frió más intenso de los últimos 100 años en aquella ocasión 2) El patriotismo. Mientras el primero tiene que ver con la acción de Dios en la historia, el segundo es la perseverancia del ser humano de no querer entregarse fácilmente delante de las dificultades.
Tuve la oportunidad de conocer una señora rusa que vivía en URSS en aquella época. Ella me describió minuciosamente que en los momentos de mayor desánimo nacional, el altavoz que primero anunció el inicio de la guerra, ahora tocaba los himnos de la patria con la intención de despertar un sentimiento de resistencia por parte de sus habitantes. Ese fue un detalle significativo para la resistencia rusa y en consecuencia la derrota de la Alemania de Hitler.
La misma situación puede ser vista en el cristianismo. Una realidad apática ha surgido y prevalecido en diversos lugares. La religión cristiana de hoy esta en crisis, en otras palabras, “perezosa”. Dios permite diversos problemas dentro y fuera de la iglesia justamente para desarrollar el sentido de perseverancia delante de las innumerables dificultades que tenemos enfrente.
La pregunta es: ¿Aprovechaste tales situaciones para tu crecimiento espiritual o para quejarte a Dios?
Los resultados de la prueba
El versículo 4 declara que si la fe de hecho fuese probada y demostrada como verdadera, algunos frutos comienzan a surgir en la vida del cristiano “ambliope”.
Si aplicásemos aquí la misma idea de ambliopía, diríamos que luego de la corrección naturalmente la visión original volvería para aquel que sufre de esta de ciencia visual. Con el cristiano es la misma cosa. Después de momentos de prueba en la vida del creyente, en la mayoría de las veces la esencia del cristianismo original surge de forma espontánea.
El primer fruto es la perfección. ¿Cómo es esto? ¿Podemos ser perfectos en este mundo de pecado?
Bien, no es ese el tipo de perfección que la Biblia habla. Infelizmente muchos hoy, dentro de la iglesia, creen en esa posibilidad de perfección.
La simple pregunta que debe ser hecha es: “¿Ya alcanzaste esta perfección?” Si es un cristiano sincero dirá que no. Entonces, ¿Cuándo alcanzaremos esta perfección? ¡La respuesta correcta es nunca!
“Cuanto más nos acerquemos a Él y cuanto más claramente discernamos la pureza de su carácter, tanto más claramente veremos la extraordinaria gravedad del pecado y tanto menos nos sentiremos tentados a exaltarnos a nosotros mismos” HAp, 561.
¿Qué quiere decir la Biblia con la palabra perfección?
En la Biblia tiene un sentido de madurez espiritual. Significa no asumir más una vida de irresponsabilidad o inconstancia en la vida cristiana, no obstante, sí ser alguien que tiene dominio propio y que a pesar de ser aún pecador, camina en la dirección correcta.
El problema con la idea de perfección; como ausencia de pecado en nuestra vida es, que se tornaría innecesaria la presencia de Dios en el día a día del creyente como también el sacrificio de Jesús en la cruz.
Por lo tanto, el primer fruto es la madurez como sinónimo de perfección.
El segundo beneficio de la prueba es la integridad.
Esta palabra fue escrita en el Nuevo Testamento en griego, y tiene un sentido de “íntegro, completo”. Existe un fenómeno común en todas las lenguas llamado semántica, o sea las palabras cambian de significado. Integridad en el pasado traía la noción de un todo, completo o íntegro, lo que no sucede hoy.
Una persona íntegra es alguien que sabe portarse bien, que posee una idoneidad moral digna. La Biblia nos dice que el segundo fruto de la prueba es un cristianismo completo, no sólo el día sábado o cerca de nuestros hermanos de iglesia, sino también en el trabajo, con la familia, en la escuela, en fin, en todos los lugares. ¡Necesitamos lo más rápido posible de una religión así!
Conclusión
Vimos hoy, que Dios tiene por lo menos dos objetivos para permitir que las pruebas aparezcan en nuestras vidas: Probar nuestra fe y originar perseverancia en nuestra vida.
Más allá de esto, también podemos percibir que cuando somos probados pueden nacer dos beneficios: Perfección o madurez y un cristianismo íntegro y completo.
Infelizmente, vivimos en una era de ambliopía espiritual o como dijimos al principio“cristianismo perezoso”.
Terribles pruebas y escenas están delante de nosotros y si no corregimos nuestra debilidad, seremos fácilmente vencidos por Satanás. La iglesia primitiva supo aprovechar las oportunidades ofrecidas por Dios para crecer. ¿Estás haciendo lo mismo?
El “ojo perezoso” tiene cura hasta los 7 u 8 años de edad, después de esto el restablecimiento de la visión se torna prácticamente imposible.
El “cristianismo perezoso” también tiene un plazo para ser curado. Este plazo es conocido como el fin del tiempo de gracia. A partir de este momento en la historia, no habrá más posibilidades para arrepentirse o salvarse.
¿Por qué no aprovechar, entonces, el día de hoy para tener de vuelta la religión original de Dios en nuestra vida?
Oremos.
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