Si piensas en la agricultura, ¿Qué es más fácil? ¿Sembrar o cosechar? Y si piensas en la construcción de la vida, ¿qué significa sembrar y cosechar?
INTRODUCCIÓN
Esta parábola se refiere al Reino de Dios en la tierra, y destaca que no todos los que profesan aceptar los principios del reino de los cielos son en verdad lo que a primera vista parecen ser.
En esta corta parábola Jesús aborda el misterioso tema del gran conflicto, en el que se enfrentan los dos mayores poderes que actúan en este mundo. Este drama cósmico hace que todo ser humano nazca en un campo de batalla (DMJ, 119).
El mal que nos rodea tiene sus causas y existe un enemigo con malas intenciones.
TEXTO PARA ESTUDIO: Mateo 13:24-30
I. EL SEMBRADOR VS CIZAÑA
Jesús es el sembrador y la semilla que Él siembra es buena semilla y aunque el campo es este mundo, y en el mundo existe gente buena y mala; pero aquí Cristo se refiere de especial manera a su iglesia, el campo de Dios (PVGM, 49).
¿De dónde viene la cizaña?
¿Es la estrategia del enemigo sembrar una semilla que se parezca al trigo?
En la parábola, las cizañas representan a “los hijos del malo” (vers 38), porque tienen el carácter parecido al del padre.
¿Las cizañas representan a personas? ¿A qué tipo de personas?
Los siervos preguntan de dónde ha salido la cizaña, y quieren una explicación de parte del sembrador. Ante la respuesta “un enemigo ha hecho esto”, también proponen una sugerencia.
“Aún hoy muchos celosos y profesos cristianos han creído que era su deber juntar y quemar, o perseguir de algún modo, a todos los que ellos consideraban como herejes” (CBA 397)
Pareciera que “los obreros, cuanto mas celosos, más cizaña ven. Lo que salta a la vista les impide ver lo que sólo se hará manifiesto a largo plazo. Combatiendo la cizaña, olvidan el trigo que es el verdadero objeto del cultivo” (PCM, 34).
¿Te parece bien la propuesta de los siervos de “arrancar la cizaña”?
El dueño del campo tiene una solución mejor, la solución es esperar hasta la cosecha.
¿Porque esperar tanto?
La cizaña se ve tanto que no nos deja ver el trigo, debemos ser cuidadosos, no sea que por querer arrancar la cizaña terminemos realizando y ayudando al enemigo de Dios con su plan de arruinar el trigo. Por otro lado debemos reconocer que el trigo y la cizaña convivirán juntos hasta el final.
“Esto no quiere decir que la iglesia no debe tomar ninguna medida con aquellas personas cuya vida y enseñanzas muestran ya el fruto del mal. Pero la naturaleza de tales medidas se describe claramente en las escrituras. (Ver Mateo 18: 15 al 20)”. CBA, 397.
II. EL CONFLICTO ENTRE EL BIEN Y EL MAL
Debemos aceptar que el bien y el mal están muy mezclados, por lo tanto, aceptando esta realidad debemos ser prudentes, pacientes y tolerantes recordando que el Maestro cuando veía a personas que no eran lo que debieran ser, decía: “Yo no he venido a llamar a justos sino a pecadores, para que se arrepientan”. Lucas 5:32.
“Esta parábola nos insta a dejar de mirar a los demás, desde el punto de vista de los siervos, y a aprender a mirarlos como los ve el sembrador. Porque más allá de las metáforas los seres humanos podemos ser trigo y cizaña, incluso a la vez.” PCMP, 37.
Además por la realidad (de nuestra propia vida y la de los demás), existe la posibilidad de que las supuestas malas hierbas puedan ser finalmente trigo limpio.
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