ABORDAJE: El asunto que abordaremos es el tema más emocionante e importante de nuestra vida. Muchas veces hablamos de profecías de manera fría y sin color. Queremos, entonces, considerar los Eventos de los últimos días con un ropaje experiencial, mostrando el regreso de Jesús no solo como un acontecimiento, un evento futuro, sino como la mayor experiencia de la vida.
En cualquier edad, pero especialmente entre los jóvenes, temas sobre amor y sentimientos del corazón son ampliamente atractivos. Por lo tanto, vamos a presentar todo el desarrollo de los Eventos Finales desde el punto de vista del encuentro entre el Novio-novia.
PAGINACIÓN: En este sermonario se usó la edición del libro Eventos de los últimos días que aparece en el sitio Ellen G White Writings in Multiple Languages. La numeración, por lo tanto, equivale a esa versión.
ABREVIATURAS: La referencia del libro Eventos de los últimos días, que se citará muchas veces, será sustituida por la sigla EUD, siempre seguida de la página donde está ubicado el texto. La versión bíblica adoptada será la Versión Reina-Valera 2000.
Debido al público al que se destinan estos mensajes, sugiero esa versión, porque la facilidad para comprender las ideas y palabras más familiares es mayor.
CITAS: Como el objetivo de esta semana es el estudio de libro Eventos de los últimos días, usaremos muchas citas del libro, siempre entre comillas y en letra cursiva, para facilitar la comprensión, y en algunos casos, dentro de corchetes y cursiva ([texto]) cuando el texto sea una sugerencia que se puede utilizar dependiendo del auditorio.
No permita que esas lecturas tan importantes se hagan monótonas. Comente, use el PowerPoint, pida que otros lean, resalte puntos importantes de la lectura, use recursos para que esos textos sean bien comprendidos. Para entender mejor aún el contexto de las citas, sugiero leer siempre los capítulos del libro en que se basa cada sermón. Esa información está siempre cerca del título.
MÚSICA: Como sugerencia, sigue abajo una lista con canciones para enriquecer la alabanza congregacional de acuerdo con la temática de la semana.
Dios no se cansa de amar – DVD Joven 2007
Veré a Jesús – DVD Adoradores 2
Con los pies en la tierra, y los ojos en el cielo – CD Joven 2007 Fiel a toda prueba – CD Joven 2005
Yo voy para el cielo – CD Joven 2012
En presencia estar de Cristo – HASD 162
Salvador, a ti me rindo – HASD 261
Aunque en esta vida – HASD 333
INTRODUCCIÓN
“¡Gocémonos, alegrémonos, y démosle gloria: porque ha llegado la boda del Cordero; y su novia se ha preparado!” (Apocalipsis 19:7).
El casamiento está por comenzar. Todos prestan atención a cada detalle, a la ropa de los invitados, a la decoración con sus flores, telas y colores, a la música, y a sus relojes (porque casi siempre se atrasa).
El novio entra. Todos notan su nerviosismo. Algunos comentan sobre lo elegante de su ropa. Entonces comienza la marcha nupcial. La puerta se abre y una niña esparce pétalos con delicadeza. Todos están atentos a solo una cosa: quieren ver la mirada entre el novio y la novia. Cuando la novia va atravesando el pasillo de la iglesia y los ojos de ambos se cruzan... ¡Qué momento! ¡Qué escena! Se miran, sonríen y se emocionan. Todos los detalles quedan en segundo plano cuando frente al público se despliega esa escena de amor tan sincero y profundo. ¡Te deja sin aliento!
Las pulsaciones normales de un corazón son 72 latidos por minuto. Una novia llega a tener 160 latidos por minuto durante el casamiento. La emoción, sobre todo, es porque se trata de la realización del sueño de toda una vida: encontrar a alguien para amar y ser amada por el resto de la vida.
No es por casualidad que Dios eligió la escena de una boda para describir el futuro que nos aguarda, el encuentro inolvidable y eterno con Jesucristo.
El libro de Apocalipsis presenta varias metáforas de Jesús, que son ilustraciones para hacer más familiar y más clara su misión en los eventos finales del mundo. En el texto que leímos al comienzo, la comparación es con el encuentro del novio y su novia. Jesucristo es el novio. Su pueblo es su novia.
Leamos otra vez la escena e imaginemos la mezcla de sentimientos de alegría, amor y ansiedad, alentados por la música que resuena: “¡Gocémonos, alegrémonos, y démosle gloria: porque ha llegado la boda del Cordero; y su novia se ha preparado!” (Apocalipsis 19:7).
Durante esta semana reflexionaremos en ese gran encuentro, guiados por las descripciones del libro Eventos de los últimos días, de Elena de White. Pero no pretendemos que sea solo una narración de hechos o el desarrollo de una historia, no. Porque el regreso de Jesús no puede ser solo eso.
Todo tiene que estar lleno de sentimiento, amor, espera, deseo. El corazón tiene que latir fuerte. La metáfora novio-novia tal vez sea la que retrate mejor ese amor imposible de explicar con ejemplos aquí en la Tierra.
Es el ejemplo de un amor que arde, intenso, que tiene que existir entre nosotros, que somos la novia, y Cristo. Por eso, al estudiar el libro Eventos de los últimos días durante esta semana, lo haremos desde la perspectiva Novio-novia. No solo con hechos y eventos, sino que sea la experiencia más emocionante y fuerte de nuestra vida.
EL CASAMIENTO EN EL TIEMPO DE LA BIBLIA
En el tiempo bíblico, el casamiento era diferente. Arregladas por los padres, las uniones generalmente eran estables porque se elegía a alguien que fuera de la misma tribu y de la misma fe. No había un período de acercamiento y enamoramiento. La relación ya comenzaba con el noviazgo y tenía las siguientes características1:
1. NOVIAZGO – Era más serio que el noviazgo de hoy. Se hacía un contrato y uno ya pertenecía al otro.
2. REGALO – El noviazgo solo se hacía oficial cuando el novio le daba un regalo a la joven, y le decía: “Con esto tú quedas separada para mí, según las leyes de Moisés en Israel”.
3. PREPARACIÓN – La fase de noviazgo duraba cerca de doce meses, tiempo en que el novio preparaba la casa y la novia el ajuar. En ese período el hombre se liberaba del servicio militar.
4. CASAMIENTO – Los novios se vestían, preparaban y comportaban como rey y reina. El novio salía de su casa con una procesión para buscar a la novia en la casa de sus padres. El cortejo partía después a la casa nueva del matrimonio. Este era un momento de alegría y música.
EL CASAMIENTO CON CRISTO
Dios no quiere empleados, siervos, ni tampoco admiradores o personas intelectualmente convencidas de sus verdades, no. Él quiere una novia. Él ya tiene un compromiso con nosotros. Nos dio el mayor regalo, la salvación; fue a preparar nuestra casa y pronto volverá con su cortejo para llevarnos con él.
[En todo el desarrollo del libro EUD encontramos frases y escenas que revelan ese amor tan grande de Cristo por su novia, y cómo él desea una respuesta de amor también de nuestra parte]. Vea:
“Dios ama a su iglesia con un amor infinito” (p. 157).
“El último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo, es una revelación de su carácter de amor” (p. 204).
“Todo el amor paterno que se haya transmitido de generación a generación por medio de los corazones humanos, todos los manantiales de ternura que se hayan abierto en las almas de los hombres, son tan sólo como una gota del ilimitado océano, cuando se comparan con el amor infinito e inagotable de Dios. La lengua no lo puede expresar, la pluma no lo puede describir. [...] Podéis estudiar este amor durante siglos, sin comprender nunca plenamente la longitud y la anchura, la profundidad y la altura del amor de Dios al dar a su Hijo para que muriese por el mundo. La eternidad misma no lo revelará nunca plenamente” (p. 309).
Un teólogo2 del siglo XVII utilizó el texto de Juan 13:1 para explicar de manera más amplia el amor de Jesús y por qué él es el Novio perfecto: “Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta lo sumo” (Juan 13:1).
1. JESÚS AMA PORQUE SE CONOCE A SÍ MISMO
El texto deja claro que Jesús sabía el momento en que vivía, sabía el propósito de su misión, sabía quién era. Vea la confirmación de esto en el versículo 3: “Jesús sabía que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos, que había salido de Dios, y a Dios volvía”.
Quiere decir que Jesús tenía plena conciencia de que era Hijo de Dios, por eso decía “Yo soy la Luz del mundo”, “Yo soy el Pan de vida”, “Yo y el Padre somos uno”, o simplemente decía “Yo soy”.
Por eso, cuando Jesús dice “Yo te amo”, él sabe perfectamente quién es ese “Yo” que ama.
A diferencia de nuestras promesas de amor, basadas en el autoengaño, Jesús ama sabiendo quien es él y lo que siente. Es imposible que algún día Jesús te diga algo como: “Sabes, cuando prometí amarte, yo no sabía bien quién era, me estaba descubriendo como persona. Hoy estoy más maduro, me encontré, soy una persona muy diferente a la que dijo que te amaba. En verdad, la persona que dijo eso ya no existe más. Esa persona que soy hoy ya no te ama”3.
No, Jesús nunca haría algo así. Porque a diferencia de nosotros, él ama conociéndose a sí mismo plenamente.
2. JESÚS AMA CONOCIÉNDOTE A TI
Vean la parte del versículo que dice: “habiendo amado a los suyos” (v. 1).
Él te conoce a ti más que tú mismo, conoce cada detalle de tu vida, aun así elige amarte siempre. Tus rebeldías nunca lo tomarán por sorpresa. Sabe todo lo que hiciste. Y todo lo que harás también ya lo sabe. Por eso Jesús nunca dirá que no te ama más porque descubrió que no eres quien él esperaba que fueras. Eso nunca sucederá porque él te ama conociéndote por completo.
El versículo que leímos dice que Jesús ama a los que están “en el mundo”. Esa idea puede parecer obvia, pero cuando habla de amar a los que están en el mundo, habla de amar la realidad y no un amor que se basa en la imaginación en relación al amado.
Todos nosotros hemos amado en algún momento una visión idealizada y romántica de alguien, pero que solo existía en nuestra imaginación. Como humanos, muchas veces amamos a personas como a nosotros nos gustaría que fueran. Jesús No. Él ama tu versión real, ama a los que están en el mundo.
3. JESÚS AMA CONOCIENDO EL SIGNIFICADO DEL AMOR
Casi al terminar el versículo, leemos: “los amó”. Jesús conoce el amor, por eso él es el Novio perfecto.
La mayoría de nosotros, para no decir todos, no sabe a ciencia cierta qué es el amor, lo confundimos con pasión, deseos, sentimientos que van y vienen.
Lo que aquí llamamos amor, oscila y hasta se le dice “una llama” en el famoso soneto de fidelidad.
Muchas veces decimos que amamos debido a los sentimientos que el otro despierta en nosotros: alegría, seguridad, placer. Generalmente es un amor egoísta, que desaparece cuando pierde la belleza, los beneficios y los placeres que nos hacían tanto bien, o cuando vienen las traiciones, las decepciones y la falta de respuesta al amor. Pero “el amor de Cristo, desde el primer instante hasta el último, siempre fue igual, y nunca creció”4. Toda la vida terrenal de Cristo, desde que dejó el cielo y vivió en esta tierra, fue una demostración de alguien que conoce el amor al máximo.
4. JESÚS AMA CONOCIENDO EL FINAL DE LA HISTORIA DE AMOR
El final del versículo dice: “los amó de la misma manera hasta el fin”.
¿Cuáles son los límites de tu amor? ¿Hasta dónde puede ir?
Jesús sabía muy bien hasta dónde llegaría por amor. Hasta el fin, hasta la muerte. Eso no fue un imprevisto. Fue el camino que eligió.
Muchos aman buscando compensación. Para nosotros es natural esperar amor a cambio de nuestro amor. Jesús eligió amar a pesar de que hacerlo le ocasionaría la muerte, el dolor, la traición, pero que después todo ese sufrimiento resultaría en amor. Él sabía adónde llegaría con ese amor y continuó amando.
Sí, él es el Novio perfecto. Ama porque se conoce, porque te conoce a ti, porque en efecto conoce qué es el amor y sabe hasta dónde llegará amando. Pero surge la pregunta: ¿Y nosotros? ¿Cómo responderemos a ese amor?
CONCLUSIÓN
La historia de un matrimonio cristiano repercutió en todo el mundo, y el libro que cuenta lo sucedido estuvo en primer lugar en la lista de los más vendidos según el periódico The New York Times5.
Todo comenzó cuando Kim, un entrenador de béisbol, llamó a una tienda de materiales deportivos y habló con la vendedora llamada Krickitt. El tono de voz de ella, la disposición en ayudar y el cariño llamaron su atención.
Comenzaron a hablar por teléfono con frecuencia. Intercambiaron cartas. Dos meses después, como no vivían en la misma ciudad, programaron encontrarse por primera vez. Llegó un tiempo en que las llamadas diarias de teléfono no eran suficientes. En oración, sintieron que Dios realmente los había unido a los dos. Con pocos meses de noviazgo, ya soñaban con el casamiento. No querían estar a distancia, y el día llegó. Era el año 1993, y no podían estar más enamorados y felices.
Entonces sucedió algo trágico. Menos de dos semanas después de casados, al visitar a los padres de ella que vivían en otro estado, un auto a alta velocidad chocó contra el vehículo de ellos, que voló por el aire y volcó.
El esposo no tuvo mayores complicaciones, pero su esposa Krickitt fue llevada a la UTI con el 1% de posibilidades de sobrevivir. Solo un milagro podría salvarla.
Después de las idas y vueltas, mejoras y recaídas, ella comenzó a salir del coma y hablar algunas pocas palabras. El médico le preguntó: ¿En qué año estamos? Krickitt respondió: En 1965. Todos quedaron preocupados, porque ella había nacido en 1969.
Le preguntaron el nombre del presidente de los Estados Unidos. Ella se equivocó. Le preguntaron el nombre de su madre, ahí acertó. Entonces el médico le preguntó el nombre de su marido. Ella le dijo: “¡No estoy casada!”
Kim, su marido, estaba en el cuarto del hospital al lado de ella cuando escuchó lo que decía. Descubrieron que ella había perdido la memoria reciente. Los últimos dos años se borraron totalmente de su mente. Por lo tanto no recordaba nada sobre su noviazgo y casamiento con Kim. Por más de dos años, él luchó para cuidar y amar a alguien a quien no le importaba su amor. Debido a los traumas, ella muchas veces actuaba como niña: lloraba, gritaba y hasta insultaba.
Cuando Kim, que era entrenador, la ayudaba en los ejercicios para restablecer sus movimientos, ella gritaba: “¡Déjame en paz! No sé quién es usted”.
En otros momentos ella llegó a arrojarle objetos a su esposo. Cierta vez, hasta le arrojó un tenedor con tanta fuerza que quedó clavado en la pared de madera de la casa. Algunos llegaron hasta aconsejarlo que se divorciara, porque el caso no tenía solución, así se libraría, inclusive, de muchos gastos médicos, que llegaban a 200 mil dólares.
Pero él no desistió. Con la ayuda de un terapeuta, decidió “reconquistar a su propia esposa”. Se fueron conociendo, se fueron enamorando. Hasta que Krickitt aceptó hacer una renovación de los votos en una pequeña iglesia. Fue el día más lindo. Ella entró con el mismo vestido del casamiento de casi tres años atrás.
A la hora de los votos, Kim, el novio, dijo: “Estoy aquí frente a ti para reafirmar el compromiso de los votos que hice en el pasado. Agradezco a Dios todos los días por preservarte la vida y darme fuerza y disposición para pasar por todas esas dificultades y adversidades. Hace casi tres años hice un juramento, y como dije en aquella ocasión, lo repito ahora, con un amor y un deseo todavía mayores: prometo defender nuestro amor y estimarlo por sobre cualquier otra cosa, prometo ser comprensivo, tolerante y paciente. Prometo cuidar de cada una de tus necesidades. Prometo respetarte y amarte completamente. Sobre todo, prometo que no importa qué adversidades tengamos que enfrentar, nunca me olvidaré de los votos que hice: protegerte, guiarte y cuidar de ti, hasta que la muerte nos separe. Solo existe una cosa que puede superar para siempre los eventos dolorosos por los cuales pasamos, y es el amor que siento por ti. Me siento verdaderamente honrado por ser tu marido”.
Hoy, el matrimonio tiene dos hijos y está agradecido a Dios por poner en el novio un amor fuera de lo común, un amor semejante al de Cristo.
LLAMADO
Las ilustraciones de nuestro amor en la tierra, por más lindas que sean, nunca podrán compararse al amor que Cristo, el Novio, tiene por nosotros. Y la pregunta continúa: Ante un amor tan grande, ¿cuál es el tamaño de nuestro amor por él? ¿Cuál es el tamaño de su ansiedad de estar definitivamente a su lado para siempre?
Investigadoress6 constataron que los matrimonios enamorados tienen los latidos del corazón en el mismo ritmo. El amor crea una sintonía tan grande entre ellos, que hasta su corazón late al mismo tiempo. ¿Tu corazón late en sintonía con el corazón de Cristo? ¿Tus sueños son los de él? ¿Sueñas con el gran día?
Que en esta semana podamos estudiar, soñar y esperar cada vez más ese gran día, el día el encuentro, el mejor día de nuestra vida.
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