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Mostrando las entradas de octubre, 2021

El extranjero dentro de tus puertas - La verdad presente en Deuteronomio

“Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto” (Deuteronomio 10:19). Cuando un escriba le preguntó acerca de “el primer mandamiento de todos” (Marcos 12:28), Jesús respondió afirmando que Dios es uno, y luego dijo: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Marcos 12:30). Sin embargo, Jesús prosiguió, y expresó algo sobre lo que el escriba no había preguntado: el segundo Mandamiento. Sabiendo lo importante que era, Jesús dijo: “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Marcos 12:31). ¿Ningún mandamiento mayor que estos?  Jesús conectó el amor a Dios y el amor al prójimo en un solo mandamiento, y ese mandamiento era el mayor de todos. Una vez más, Jesús no inventó algo nuevo, algo que los judíos no habían escuchado antes. El llamado a amar a Dios por sobre todo y la idea de amar al pró

Amarás al Señor tu Dios - La verdad presente en Deuteronomio

“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:5). En la religión judía, una de las oraciones más importantes se extrae de Deuteronomio 6. Se la conoce como el “Shemá”, basado en la primera palabra hebrea de la oración, de la raíz, shemá‘, que significa “escuchar”, o incluso “obedecer”; una palabra que aparece una y otra vez, no solo en Deuteronomio sino en todo el Antiguo Testamento. La primera línea del Shemá –en hebreo– dice así: Shemá, Israel, Adonai Elohenu, Adonai ejad. Significa: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deut. 6:4). En la tradición judía, esta Escritura se repite como una oración, con los ojos tapados, con la intención de que nada distraiga de pensar en Dios. Esta primera línea del Shemá se considera una afirmación de la naturaleza monoteísta de Adonai Elohenu, “Jehová nuestro Dios”, y la lealtad de Israel solo a él y a ningún otro “dios”. De hecho, también se podría leer como “Jehová es nuestr

Necesito de un milagro

1. Necesito de un milagro en mí FE 2. Necesito de un milagro en mi MATRIMONIO 3. Necesito de un milagro en mí FAMILIA 4. Necesito de un milagro en mí TRABAJO 5. Necesito de un milagro en mí VIDA 6. Necesito de un milagro en mi SALUD 7. Necesito de un milagro en mis EMOCIONES 8. Necesito de un milagro en mí ENAMORAMIENTO 9. Necesito de un milagro en mis FINANZAS 10. Necesito de un mi lagro en mí IGLESIA CC, 18. Sus Promesas seguras - Todo va a estar bien

Deuteronomio en el resto del AT

Deuteronomio 32 En ninguna parte del libro de Deuteronomio vemos tanta riqueza e intensidad en los calificativos que describen a Dios. Los capítulos 32 y 33 contienen descripciones de extraordinaria riqueza sobre Dios. Él es el Creador, el Padre, La Roca, el Águila, el Salvador, el Rey, el Escudo, el Refugio, la Espada y el Ayudador. Es grande, eterno, fiel, recto y celoso. No practica la injusticia. Él ama, hace morir, da vida, castiga, hace expiación, libera, guía, protege, legisla, revela, vigila, guarda, bendice y provee para nuestras necesidades. Moisés destaca la singularidad de Dios. Dios lo es todo para su pueblo. Está a favor y nunca en su contra. Moisés estaba siempre dispuesto a cumplir la voluntad de Dios. estaba al servicio de su Rey, Amo y Señor. Mediante los profetas Dios se hace audible. Solo el profeta podía afirmar que estuvo en presencia de Dios. Su tarea era llevar a la gente a la presencia de Dios. No podían utilizar el lenguaje de la esencia; tenían que utilizar e

El Pacto Perpetuo - La verdad presente en Deuteronomio

“Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti” (Génesis 17:7). “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6). Observa, es “el evangelio eterno”, que siempre existió, que siempre estuvo allí, que se nos prometió en Cristo Jesús “desde antes del comienzo del tiempo” (Tito 1:2, RVA-2015). Por lo tanto, no es de extrañar que la Biblia hable en otras ocasiones sobre el pacto “perpetuo”, “eterno” o “sempiterno” (Génesis 17:7; Isaías 24:5; Ezequiel 16:60; Hebreos 13:20), porque la esencia del evangelio es el Pacto, y la esencia del Pacto es el evangelio: Dios, por su gracia y su amor salvíficos, te ofrece una salvación que no mereces y que nunca podrás ganar; y tú, en respuesta, le devuelves el amor “con todo tu corazón, y con toda tu alma,