By Braulio Pérez Marcio "Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito" (Job 1:21). Entre los interrogantes que torturan sin piedad al ser humano, hallamos estos u otros parecidos: ¿Por qué debo sufrir tanto? ¿Por qué el sufrimiento parece ensañarse conmigo? Sentimos que el dolor es nuestro pan diario, pan amasado con enfermedades y lágrimas; y muy a menudo llegamos al punto en que sentimos que es muy difícil seguir resistiendo. El dolor se manifiesta dondequiera Cuando nuestros primeros padres desobedecieron al Todopoderoso en el huerto del Edén, se lanzaron, y nos lanzaron, por una ruta plagada de angustia y espinas, donde hay muy pocas alegrías, que a menudo no alcanzan para que se oreen y desaparezcan las lágrimas con que frecuentemente llora el corazón humano. Después de la caída, vivimos de lo que produce la tierra, de lo que nos da, de lo que nuestra perseverancia
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.