"Ve á la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida y allega en el tiempo de la siega su mantenimiento" Proverbios 6:6-8.
"Es mejor estar preparados y que la oportunidad nunca llegue; a que la oportunidad llegue y no estemos preparados".
Vivimos en un tiempo donde las personas has decidido andar en la senda del menor esfuerzo; cualquier cosa que represente exigencia, tiempo o dedicación es vista como un gigante obstáculo a la diversión, el entretenimiento o el placer.
Pero, las cosas difíciles de aprender (cursos, carreras, asistencia), que toman tiempo (procesos, documentos, procedimientos, reglamentos) que requieren concentración (atención, fijación, y abstención o privación de diversiones, entretenimientos, distracciones, placeres y comodidad) dedicación (práctica de innumerables intentos, lectura de teorías) e integridad (valores, principios, prioridades, hábitos, disciplinas) suelen parecer aburridas y sin sentido a quienes deciden andar por la vida de forma superficial y han decido resolver las cosas de forma artificial.
La diferencia se nota cuando en un giro de la historia cotidiana, pasamos de ser espectadores o protagonistas, sin haberlo pedido entramos en el centro de atención para demostrar al mundo de qué estamos hechos, que hicimos con las condiciones que recibimos y cuáles son nuestras capacidades que hemos desarrollado, cuando el desafío se hace oportunidad.
LA HORA CRÍTICA - LAS COSAS QUE NO TE PUEDO ENSEÑAR PORQUE YA LAS DEBÍAS SABER
Supongamos que estás manejando tu vehículo y presencias un accidente, y frente a ti la persona comienza a pedir auxilio y gritar por socorro. La persona ha perdido demasiada sangre y, dentro de esta suposición, no hay personal médico ni de salud cerca, ni ambulancia que pueda auxiliar. ¿Qué harías?
Hay cosas que no podrías resolver en ese instante, por ejemplo:
- Aprender Primeros auxilios (Esto no se aprende en 2 minutos, menos con un tutorial)
- Disponer de un botiquín (Por ley, ya deberías tenerlo)
- Disponer de un vehículo en condiciones - cuya limpieza luego, incluso, no sea difícil (eso deberías haberlo tenido en cuenta al momento de comprar el vehículo)
- Licencia de conducir (Por ley, ya deberías tenerla).
- Conocimiento de la región o zona (Por sentido común, ya deberías de conocer el lugar previamente o por lo menos haber visto un mapa previamente)
- Tener gasolina en tu tanque (Parece lógico, pero hay gente que le gusta andar con la última línea de combustible).
- El creyente o discípulo que pasa demasiado tiempo en el internet y nunca estudia su Biblia y ahora tiene que enfrentar una crisis de falsas doctrinas.
Quien no está preparado en momentos de presión o circunstancias de emergencia, quien no puede "tomar el toro de las astas"; suele quedar paralizado o estupefacto, justamente, en el momento en que hay que actuar. Será considerado apenas un principiante que no es apto para todo terreno porque no puede enfrentarse a una dificultad o problema de forma directa, sin dudar ni postergar, y con decisión para resolverla. Su oportunidad habrá pasado.
Ya nadie quiere hacer la tarea de casa. Está de moda los colegios que no dan tarea (es difícil pensar, que de cero tareas en la academia, pasar a las mil tareas en el trabajo). Parece que el lema fuese: Disfruta, se feliz y que nada te agobie. Esa obsesión irracional por la búsqueda de placer hace que la palabra responsabilidad y obligación se torne sinónimo de Infierno y nos lleva a olvidar que el camino hacia este, en realidad, está hecho de buenas intenciones o de meras ilusiones.
Esto es apenas "pan para hoy hambre para mañana", es decir pasarla bien, consumiendo todos nuestros recursos, energía y tiempo, en el presente sin preocuparnos responsablemente del futuro, solo traerá problemas y escasez más adelante.
El problema es que quienes suele gustar de la ley del menor esfuerzo son cada vez más y cada vez más tarde. Se trata de un infantilismo eterno, del síndrome de Peter Pan, de una adolescencia sin fin, donde siempre se está a la espera de una suerte de salvataje que la historia o el devenir harán por mí.
Lo vemos en:
- Jóvenes que nunca se prepararon para el matrimonio. Entraron a él apenas con ilusiones, pero sin herramientas ni recursos para encarar esta gran empresa
- Padres que en juventud no quisieron asumen una paternidad, al no prepararse para ella; y que no se dieron a la tarea de pensar o se prepararse para educar a sus hijos.
- En estudiantes que no desarrollaron métodos de estudio, de lectura comprensiva, de investigación y síntesis sustanciosa ni condiciones para ingresar a la Universidad.
- Un funcionario que no desarrolló sus competencias y ahora fue promovido a un alto cargo.
Quizás sea necesario recordar la historia de cigarra y la hormiga.
Durante todo un verano, una cigarra se dedicó a cantar y a jugar sin preocuparse por nada. Un día, vio pasar a una hormiga con un enorme grano de trigo para almacenarlo en su hormiguero.
La cigarra, no contenta con cantar y jugar, decidió burlarse de la hormiga y le dijo:
—¡Qué aburrida eres!, deja de trabajar y dedícate a disfrutar.
La hormiga, que siempre veía a la cigarra descansando, respondió:
—Estoy guardando provisiones para cuando llegue el invierno, te aconsejo que hagas lo mismo.
—Pues yo no voy a preocuparme por nada —dijo la cigarra—, por ahora tengo todo lo que necesito.
Y continuó cantando y jugando.
El invierno no tardó en llegar y la cigarra no encontraba comida por ningún lado. Desesperada, fue a tocar la puerta de la hormiga y le pidió algo de comer:
—¿Qué hiciste tú en el verano mientras yo trabajaba? —preguntó la hormiga.
—Andaba cantando y jugando —contestó la cigarra.
—Pues si cantabas y jugabas en verano —repuso la hormiga—, sigue cantando y jugando en el invierno.
Dicho esto, cerró la puerta.
La cigarra aprendió a no burlarse de los demás y a trabajar con disciplina.
Moraleja: Para disfrutar, primero tienes que trabajar. (En https://arbolabc.com/fabulas-para-ni%C3%B1os/la-cigarra-y-la-hormiga)
Yo sé que tus padres te lo han dicho mil veces, pero vale la pena recalcar una vez más: Primero el deber, luego el placer.
Recuerda que debes prepararte lo mejor posible para tener un futuro brillante, porque la suerte es lo que sucede cuando la preparación se encuentra con la oportunidad. Y la suerte siempre favorece a los que se preparan.
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