"Yo soy la vid verdadera , y mi Padre es el labrador . 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto . 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid , así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto ; porque separados de mí nada podéis hacer . 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho . 8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos". Juan 15:1-8. Introducción ¿Alguna vez has visto un árbol cargado de frutos? ¡Qué hermoso espectáculo! Pero, ¿qué pasa...
INTRODUCCIÓN 1 Corintios 10:1–13; Mateo 2:15; Josué 1:1–3; Hechos 3:22–26; Hebreos 3:7-4: 11; 2 Corintios 10:3–5. Para memorizar«Todas estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, que vivimos en estos tiempos finales» (1 Corintios 10:11, RV95). El libro de Josué da la sensación de que la vida de su principal protagonista humano apunta más allá de él mismo, a una realidad mucho mayor que el propio hombre. Vemos este principio en toda la Biblia. Lo vemos, por ejemplo, en la tierra de Canaán, símbolo de nuestra esperanza eterna en una tierra nueva. También, por supuesto, el servicio del Santuario terrenal apuntaba a una realidad mucho mayor: «Pero Cristo ya vino, y ahora es el Sumo Sacerdote de los bienes definitivos. El Santuario donde él ministra es más grande y más perfecto, y no es hecho por mano de hombre; es decir, no es de este mundo» (Heb. 9: 11). Surgen entonces las siguientes preguntas: ¿De qué manera apunta Josué a un cumplimiento fu...