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Un Estudiante ejemplar en Crisis - Bendiciones sin límites


INTRODUCCIÓN

El milagro que estudiaremos hoy está relacionado con los jóvenes estudiantes en la escuela de los profetas. Tiene que ver con el lugar donde recibían clases e instrucciones. Eran tantos alumnos que el lugar ya no era suficiente para todos. 

Decidieron hacer dos cosas: primero, solicitar el permiso al profeta Eliseo para agrandar el lugar. Segundo, le pidieron a Eliseo que los acompañara al monte para cortar madera.

Uno de ellos, llevó una herramienta prestada, un hacha. Esta se salió del cabo de madera y se hundió en el agua. 

¿Cómo pagaría el precio de esa herramienta, si era un joven pobre? 

Ante esta problemática, Dios realizó un milagro por medio de su profeta Eliseo.

I. LAS ESCUELAS DE LOS PROFETAS

“Samuel estableció, de acuerdo con la instrucción del Señor, las escuelas de los profetas”. Samuel reunió grupos de jóvenes piadosos, inteligentes y estudiosos, que recibieron el nombre de hijos de los profetas. En los días de Samuel había dos escuelas tales, una en Ramá. Donde vivía el profeta, y otra en Quiriat- jerarín. En años posteriores, se establecieron otras...

Los alumnos de estas escuelas se sostenían cultivando la tierra, o realizando algún otro trabajo manual. En esas escuelas, los principales temas de estudio eran la Ley de Dios, con las instrucciones dadas a Moisés, la historia, la música sagrada, y la poesía. Se fomentaba el espíritu de devoción y no solo se enseñaba a los alumnos que debían orar, sino la forma de hacerlo. Los principios enseñados en las escuelas de los profetas eran los mismos que modelaron el carácter y la vida de David. La Palabra de Dios fue su maestro”. Ed, 43-44.

Después del profeta Samuel, quién inició las escuelas de los profetas, se menciona al profeta Elías quién atendió y supervisó las escuelas que había en: Gilgal, Betel y Jericó. 

Eliseo al recibir el ministerio profético, se hizo cargo de supervisar e instruir a los alumnos de la escuela de los profetas.

II. SURGE UN PROBLEMA EN LA ESCUELA DE JERICÓ. 

2 Reyes 6: 1-5

El lugar donde nos sentamos delante de ti es muy reducido. Ya no cabemos. Ya es insuficiente. ¡Tenemos que hacer algo! “Vayamos al Jordán, tomemos de allí cada uno una viga y hagamos lugar en que habitemos”. Él respondió: “Id”.

Le pidieron permiso para resolver el problema que estaban enfrentando y para darle solución, él les concedió el permiso, porque tenía autoridad y la facultad para hacerlo.

“Eliseo era un hombre de autoridad que dirigía las diversas escuelas” 2CBA, 879.

Después de obtener el permiso para ir al Jordán, uno de ellos le pide algo más al profeta. “Te rogamos que vengas con tus siervos. Él respondió: “Iré”. Fue, pues, con ellos, y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera.

Eliseo fue con ellos hasta el Jordán, alentándolos con su presencia y dándoles instrucciones”. PR, 195.

Cuán alentador es que el líder esté presente en las actividades diversas de quiénes dirige. 

Esos actos quedarán esculpidos en la mente de los dirigidos y al líder se le recordará por siempre. Eliseo es un claro ejemplo de que si se quiere hay tiempo para todo, incluyendo para el trabajo manual. No olvidemos que la primera actividad dada al hombre en el Edén, fue el cultivo de la tierra (Génesis 2;15). 

Nuestra gratitud a Dios por aquellos líderes que tiene la iglesia y que lo dan todo sin esperar nada.

III. ENFRENTANDO UNA CRISIS DIFÍCIL DE RESOLVER

Mientras uno derribaba un árbol, el hacha se le cayó al agua. Y dio voces, diciendo; “¡Hay, señor mío, que era prestada!”.

“Fue el grito instintivo de un joven concienzudo que había tenido la mala suerte de perder algo prestado y que, con toda probabilidad, era demasiado pobre para reponer lo perdido”. 2CBA, 879.

Una herramienta de trabajo prestada. Eso nos hace pensar que dicho joven era pobre, no tenía dinero para comprar su propia hacha. ¿Cuánto puede valer un hacha, ahora? 

Probablemente unos doscientos pesos. Ignoramos el valor económico de un hacha en aquellos días. 

Lo cierto es que este estudiante a pesar de no contar con la herramienta necesaria, no se cruzó de brazos, escudándose que no podía participar. 

Pidió un hacha prestada y se involucró en la actividad programada. Debemos recodar que “La unión hace la fuerza”. 

Dios necesita gente de espíritu participativo, para cumplir con una misión de servicio voluntario, a toda la humanidad. ¡Todos estamos involucrados! ¡Es hora de responder y actuar!.

IV. SE REALIZA EL MILAGRO DIVINO

“El varón de Dios le pregunto:” ¿Dónde cayó? Él mostró el lugar. Entonces Eliseo cortó un palo, lo echó allí, y el hierro salió flotando. Y le dijo: “Tómalo”. Él tendió la mano, y lo sacó”. 2 Reyes 6:6,7

Cuando el pueblo de Dios organiza un plan de trabajo para beneficio de su causa, el enemigo se enoja y ataca dicho proyecto, con el propósito de impedir que éste se realice. Gracias a Dios que es poderoso y destruye los propósitos del enemigo, muchas veces mediante un acto milagroso.

Para la mente humana hay cosas incomprensibles. 

Por ejemplo, el hierro no puede flotar cuando éste se ha hundido en el agua. Ni siquiera una moneda puede flotar sobre el agua. El hacha flotó y si lo dice la Biblia, es cierto. 

Los milagros no pueden explicarse, pero son visibles y reales.

Gracias a Dios, por todos los hermanos que están aquí presentes y que han experimentado actos milagrosos e inexplicables. ¡Alabado sea Dios por su poder extraordinario! 

Que todas esas intervenciones milagrosas nos hagan sensibles y nos conviertan en personas agradecidas y generosas hacia el Dios que realiza milagros.

“El tiempo de los milagros no ha terminado. Puede no haber un Eliseo presente, pero Dios, a su manera, obra en favor de sus hijos que confían en Él...

No hay dolor ni pena que sufra cualquiera de los hijos de Dios que están en la tierra sin el que el grande y tierno corazón del Padre sienta compasión por el que está en necesidad. Dios aún responde a las necesidades de sus hijos y obra en favor de ellos. No pasa un solo día sin que el Señor intervenga en los asuntos de los que claman a Él para suplir sus necesidades." 2CBA, 879 

Seguramente, ninguno de nosotros ha tenido que orar porque se le cayó un hacha en el río, en el mar o en el pantano. ¿Recuerda el motivo de sus oraciones elevadas hacia Dios? 

Por un ser amado que ha sido secuestrado y pedimos el milagro divino para su liberación. 

Por un enfermo que está luchando entre la vida y la muerte y se espera una completa recuperación. 

Por un ser amado que ha tenido un accidente automovilístico y está gravemente herido y clamamos por su sanidad. 

¿Te ha respondido Dios? 

¡Dios siempre responde! Ten confianza en Él. Si fue capaz de hacer flotar un hacha que no vale demasiado, ¿Tendrá compasión de nosotros que valemos muchísimo más que un hacha? 

¿Tal vez, hay aquí alguien que está precisando de un milagro que haga salir su vida a flote?

Tenga la certeza que Dios sí lo hará, lo ha hecho y lo seguirá haciendo.

Recordemos todas las intervenciones divinas realizadas en nuestro favor, especialmente en este año que casi termina y valoremos todas las bendiciones que Dios nos dado para nuestro beneficio. 

Lo ha hecho y lo seguirá haciendo, porque nos ama y porque es misericordioso con todos nosotros. Por todo lo recibido, expresemos nuestra gratitud, mediante una ofrenda basada en el amor y el contentamiento. 

"Porque Dios ama al dador alegre..." 2 Corintios 9:7.

CONCLUSIÓN

Dios tiene cuidado de sus hijos que vivimos en esta tierra como lo tuvo con el estudiante que había perdido el hacha en las aguas del río. 

Dios realizó un milagro a través de Eliseo, para ayudar al estudiante y obtener el hacha que era prestada.

Este milagro nos desafía para llevar ante Dios todos nuestro pesares y dificultades para que Él les dé solución conforme a su voluntad. 

Les animo para que esta noche entreguemos a Dios todo lo que nos preocupa. ¡Venid a mí todos los que estáis cansados y fatigados que yo os haré descansar, (Mateo 11: 28-29) ¿Quieren venir ante el altar de Dios para recibir su bendición? 


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