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Una Historia de Amor

Una Historia de amor 

A. En 1910, Mary Brown de Bedfordshire, Inglaterra, Escribió una carta para John Adams, de la pequeña ciudad de Clifton, que quedaba solamente a 185 millas de Bedfordshire.

La carta llegó solo en 1969. Infelizmente John Adams nunca recibió esa carta, pues el murió en 1929. La carta de Mary contenía la respuesta de que ella aceptaba su propuesta de matrimonio. Él la amaba, pero nunca supo si ella también lo amaba lo suficiente para casarse con el.

Esta es una triste historia de amor no correspondido, con un final frustrante. 

Hay otra carta de amor que nos llega con la narración de la historia de un grande sacrificio hecho para mí y para ti: El amor de Dios por la raza humana 

Tengo un plan


B. La tragedia del sufrimiento humano después del pecado solo puede ser ilustrada por la historia de dos hombres abatidos, que estaban acorralados en las paredes del interior de una prisión. Del lado de fuera de los barrotes, dos guardias estaban listos con ametralladoras apuntando a los prisioneros. En el patio, dos pesados tanques apuntaban la boca del cañón hacia la pequeña celda y hacia los dos hombres. Rodeando el patio, había un alto y largo muro de concreto con alambres de púas en la parte más alta. En altas torres sobre el muro, guardias apuntaban las armas a la celda, y alrededor del muro, había un foso lleno de serpientes y cocodrilos. 

Mas en el interior de la celda, un prisionero decía al otro: “No te preocupes, hermano, yo tengo un plan” 

El Señor Jesús miró para el mundo desesperadamente encadenado al pecado, trágicamente aprisionado por el enemigo y dijo: “No se preocupen, hijos, Yo tengo un plan” Dios se hizo carne para mostrarnos la naturaleza de su amor, habitando en medio de hombres y mujeres con necesidades y problemas reales. 

I. La Única Esperanza 

A. ¿Por qué fue necesario hacer un plan de salvación para el hombre? 

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado, la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12) 

Cuando 100 – 1 = 0 

1. Para ilustrar su clase de matemática, la profesora preguntó a los alumnos: “Si tengo 100 ovejas y saco una ¿Cuántas quedan?”. Los alumnos respondieron “noventa y nueve”; pero un niño dijo: “cero” 

La profesora repitió la misma pregunta, con una mirada de reprensión para el alumno, quien sin intimidarse, insistió en la respuesta, pero luego se lo explico: 

-“Profesora, usted entiende las matemáticas, pero las ovejas las entiendo yo. Allá en el campo de mi padre, cuando el aprisco de las ovejas se quiebra y sale una, no queda ninguna, porque todas salen detrás. 

En ese caso, cien menos unos es igual a cero (100 -1 =0) 

La Biblia dice que las consecuencias del pecado de Adán pasaron a toda la raza humana, todos pecaron, y por eso la muerte pasó a todas las personas. 

2. Las consecuencias del pecado no son solamente peligrosas, SON TRÁGICAS. 

a. El pecado nos separa de Dios: 
“He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír. Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” Isaías 59:1,2. 

b. Descarga sobre el ser humano la fatídica condenación de la muerte 
“Porque la paga del pecado es la muerte…” Romanos 6:23.

c. En otras palabras: el pecador está irremediablemente perdido. 

B. ¿Qué siente Dios por la humanidad y qué hizo por ella? 

“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:16.

3. Dios dio, mas no como aquel en cuyo pecho se pone un revólver, siendo despojado de todo lo que tenía. Él lo hizo por amor. 

Una historia reciente puede ilustrar esta realidad: 

Un sacrificio de amor 

Durante meses, delia estaba ahorrando, con la esperanza de comprar un buen regalo de Navidad para su esposo Juan, Pero cuando ya solo faltaban 24 horas para “el gran día” notó, decepcionada, que lo que juntó había sido insuficiente ¿Qué haría? Fue y vendió su larga cabellera, uno de sus más preciosos bienes. 

Con lo que le pagaron, compró una manilla que combinara con el reloj de oro de Juan, el cual había pertenecido a su padre y mucho antes a su abuelo y constituía un bien precioso para ellos. 

Aquella tarde, al volver a casa, Juan sacó de su bolsa un pequeño paquete y lo entregó a Delia. 

Al abrirlo, contempló, reluciente en toda su belleza un hermoso juego de peinetas que hace tiempo había visto en una vitrina. Al recuperarse de la tristeza que le vino al pensar que ahora ellas le serían inútiles, pues ya no tenía una larga cabellera; entonces, corrió a buscar la manillas que compró para obsequiar a su esposo. 

Vino, entonces, el momento triste de Juan: 

- Vendí el reloj- confesó el- para comprar el juego de peinetas! 

Sin duda alguna, los dos se amaban, pues cada uno de ellos había sacrificado lo que más amaba, para ofrecer al otro un regalo que lo hiciera feliz. 

Nadie puede obligar al Todopoderoso a dar contra su voluntad. El dio de aquello que amaba mucho, porque nos amó mucho. No dio dinero, ni un continente, ni una galaxia. Nos amó tanto que dio a su hijo. Y que espera de nosotros, a fin de obtener la salvación? 

El no dice: 
“¿Quieres salvarte, entonces paga el precio” porque, entonces los pobres no se podrían salvar. 

Tampoco dice: 
“Trabaje” porque los inválidos y enfermos se perderían. 

Tampoco dice: 
“Si quieres salvarte, entonces estudia”, pues los que tienen poca inteligencia no podrían salvarse. 

Él dice: Cree y acéptame” y eso usted sí puede hacer, puede creer en Cristo que, por amor, dio su vida para salvarlo. La humildad del Salvador nos hizo ver a un Dios que no estaba sentado en el trono, sino recostado en un pesebre.

II. Jesús el único Salvador

A. Al morir en la cruz ¿Qué hizo nuestro Señor Jesucristo por nosotros, pecadores? 

“Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” Apocalipsis 1:5.

Los creyentes del Antiguo Testamento se salvaron por medio de la sangre que Cristo iba a derramar en la cruz (simbolizado por la sangre de los sacrificios desde los días de Adán, incluyendo los servicios del santuario) y los creyentes del Nuevo testamento son salvos por la misma sangre de Cristo que ya fue derramada en la cruz: 

“Ahora, pues, ¿Por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos” Hechos 15:10,11.

"…La sangre de Jesús, su hijo, nos purifica de todo pecado."1 Juan 1:7.

B. “Y él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” 1 Juan 2:2.

Al predicar en la ciudad de Filipos, Pablo y Silas fueron presos y maltratados. 

A media noche ellos cantaban cuando un terremoto los libró de prisión. Las puertas fueron abiertas y el carcelero al ver eso temió por su vida, pues como soldado el sería condenado si los presos huyesen. Entonces el intentó acabar con su propia vida. Pero Pablo le dijo: 

- No hagas eso, porque todos estamos aquí. 

Admirado el carcelero preguntó: 

- ¿Qué debo hacer para ser salvo? 

“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa” (Hechos 16:31) 

¿Significa que la Fe salva? 

Un salvavidas en un barco, por el sólo hecho de estar ahí, no salva a alguien que se esté ahogando, tampoco la convicción de que es un invento muy bueno y práctico. Si alguien quiere salvarse, DEBE COLOCÁRSELO ALREDEDOR DE LA CINTURA Y AGARRARSE CON LAS MANOS, o se ahogará. 

Imagine que comienza un incendio en un cuarto del segundo piso de una casa, y las personas se aglomeran en la calle. Hay un niño en ese piso. La pregunta es: ¿Cómo escapará?, No puede saltar, porque se haría pedazos. 

Un hombre fuerte se para al frente de la casa y grita: “Lánzate en mis brazos” 

Hace parte de la fe saber que el hombre está allí; otra parte de la fe es creer que el hombre es fuerte; mas la esencia de la fe reside en dejarse caer en los brazos de ese hombre 

C. En el lenguaje bíblico, arrepentirse significa cambiar de opinión. 

De la misma manera, convertirse significa “dar media vuelta” y caminar en el sentido contrario. Arrepentimiento significa un cambio genuino de la mente y actitud para con Dios, uno mismo y los demás. 

La persona arrepentida por el espíritu Santo, comienza a ver las cosas como Dios las ve. 

Conversión, por tanto, significa dar una vuelta y retroceder en el camino de la vida de pecado y avanzar en el camino de Dios. 

III. Jesús es el único Mediador 

A. Según Dios revela en su Palabra ¿Cuántos mediadores existen que pueden interceder delante de Dios a favor del pecador? 

“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo Hombre” 1 Timoteo 2:5.

Las razones para una declaración tan enfática y contundente son claras y están en la Biblia: 

1. Solo Jesús posee la naturaleza divino- humana: 

a. Era Dios. 
“De quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén” Romanos 9:5.

b. Para redimirnos tomó la naturaleza humana. 
“Pero Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley.” Gálatas 4:4.

“Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo…porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a los de la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.” Hebreos 2: 14, 16, 17.

c. No cometió pecado, por tanto no merecía morir. 
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca.” 1 Pedro 2: 21:22.

d. Quiere decir que cuando murió pagó la deuda de nuestros pecados. No existe otro que reúna estas características como para hablar al hombre las cosas de Dios (porque es Dios) en lenguaje de hombres (porque se hizo humano) y poder presentar a Dios y hablar con él de igual a igual al respecto de los problemas del hombre. 

2. ¿Qué desea hacer Jesús en la vida del ser humana cuando este se convierta a él? 

"He aquí yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, cenaré con él, y él conmigo." Apocalipsis 3:20.

Tu oportunidad llama a tu puerta hoy 

Hace algunos años, un hombre, en un arranque de rabia, dio un tiro a su compañero y lo mató. Fue apresado, y en el transcurrir del tiempo, fue juzgado y finalmente condenado a la pena capital. 

Sus amigos enviaron una petición al gobernador, pidiendo perdón para él. El gobernador decidió conceder el perdón; él mismo lo hizo y decidió entregarlo personalmente. Pero al llegar donde estaba detenido el criminal, él se negó a recibirlo y conversar con el gobernador, pensando que solo era un pastor más que venía a visitarlo. 

Siete pastores lo habían visitado. El resultado fue que el gobernador se llevó una pésima impresión del hombre; se fue y rasgó el PERDÓN que estaba en su bolso. 

Después, cuando el preso supo quién era realmente aquel visitante, hizo todos los intentos de entrar en contacto con el gobernador, pero ya era demasiado tarde. Sus disculpas de nada valieron. El día de la ejecución llegó y el murió ¡Todo porque no quiso recibir al gobernador! 

Uno mayor que el gobernador está a la puerta de tu corazón, Jesús está con el perdón de todos los pecados por ti cometidos. 

Mi amigo, ahora ¿qué harás? 

“Cree en el señor Jesucristo y serás salvo tú y toda tu casa”

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