INTRODUCCIÓN
1 Corintios 10:1–13; Mateo 2:15; Josué 1:1–3; Hechos 3:22–26; Hebreos 3:7-4: 11; 2 Corintios 10:3–5.
Para memorizar«Todas estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, que vivimos en estos tiempos finales» (1 Corintios 10:11, RV95).
El libro de Josué da la sensación de que la vida de su principal protagonista humano apunta más allá de él mismo, a una realidad mucho mayor que el propio hombre. Vemos este principio en toda la Biblia. Lo vemos, por ejemplo, en la tierra de Canaán, símbolo de nuestra esperanza eterna en una tierra nueva. También, por supuesto, el servicio del Santuario terrenal apuntaba a una realidad mucho mayor: «Pero Cristo ya vino, y ahora es el Sumo Sacerdote de los bienes definitivos. El Santuario donde él ministra es más grande y más perfecto, y no es hecho por mano de hombre; es decir, no es de este mundo» (Heb. 9: 11).
Surgen entonces las siguientes preguntas: ¿De qué manera apunta Josué a un cumplimiento futuro? ¿Cómo podemos estar seguros de que tal interpretación del libro es legítima? ¿Cuáles son los principios bíblicos que rigen la aplicación del libro de Josué a las realidades del Nuevo Testamento y a los acontecimientos del fin de los tiempos?
Esta semana examinaremos los principios de interpretación bíblica relativos a la tipología. Estudiaremos cómo la propia Biblia contiene indicadores de tipología y cómo la vida de Josué prefigura el ministerio del Mesías y apunta a realidades que tienen que ver con la iglesia y con la consumación de la historia humana.
I. TIPOLOGÍA BÍBLICA
Estudia los siguientes textos bíblicos que se refieren a tipos o modelos y trata de definir qué es la tipología bíblica: Rom. 5: 14; 1 Cor. 10: 1-13; Heb. 8: 5; 9: 23.
Estos pasajes bíblicos utilizan el término «tipo» (griego typos) o «antitipo» (griego antitypos) para referirse a la forma en que el escritor del Nuevo Testamento definió la relación entre un texto, acontecimiento o personaje del Antiguo Testamento y su significado para su propio tiempo o para el futuro.
La tipología es una interpretación específica acerca de personas, acontecimientos o instituciones que prefiguran a Jesús u otras realidades contenidas en el evangelio. El tipo o modelo corresponde a su antitipo (la realidad representada o ilustrada por aquel) como un molde hueco (el tipo) refleja las características de su contenido (el antitipo). Así, el tipo o modelo bíblico fue moldeado según un diseño divino que había existido concretamente o conceptualmente en la mente de Dios, y sirve para moldear futuras copias o antitipos de ese modelo previo.
Es crucial entender que los escritores del Nuevo Testamento no atribuyeron al azar un significado tipológico a algunos textos del Antiguo Testamento. Un tipo del Antiguo Testamento siempre es confirmado como tal en los escritos proféticos antes de que adquiera un cumplimiento antitípico en el Nuevo Testamento.
Observa cómo aparece David en el Antiguo Testamento y cómo es tipológicamente aplicado en el Nuevo. ¿Qué lecciones podemos aprender acerca del funcionamiento de la tipología a partir de este ejemplo?
David (Sal. 22: 1, 14–18)
El nuevo David (Jer. 23: 5; Isa. 9: 5, 6; 11: 1–5)
El David antitípico (Juan 19: 24)
Al examinar estos textos, descubrimos que el propio Antiguo Testamento proporciona la clave para identificar y aplicar los tipos en las Escrituras. Es decir, los escritores del Nuevo Testamento, cuya Escritura era el Antiguo Testamento, fueron inspirados por el Espíritu Santo para utilizar los tipos del Antiguo Testamento para revelar la «verdad presente» (2 Ped. 1: 12), especialmente acerca de Jesús y su ministerio.
II. TIPO Y ANTITIPO
Los intérpretes de la Biblia no pueden decidir arbitrariamente qué constituye un tipo bíblico, o cómo se aplica ese tipo particular en el Nuevo Testamento y más allá. La Biblia misma proporciona algunos controles y principios en cuanto a la aplicación de la tipología bíblica.
Del mismo modo, el Nuevo Testamento despliega el cumplimiento antitípico de un tipo o modelo previo en tres fases distintas: (1) en la vida de Cristo (el cumplimiento cristológico), (2) en la experiencia de la iglesia (el cumplimiento eclesiológico) y (3) al final de los tiempos (el cumplimiento escatológico).
Podemos encontrar estos tipos y antitipos en toda la Biblia. Ellos resultan muy útiles para mostrar a los lectores cómo entender las Escrituras y qué verdades enseña la Palabra de Dios acerca de Jesús, la salvación y la esperanza última que tenemos.
Observa los siguientes tipos o modelos que aparecen en el Antiguo Testamento: Israel, el Éxodo y el Santuario. ¿Cómo se cumple cada uno de ellos en las tres fases antitípicas: la cristológica, la eclesiológica y la escatológica?
Israel
Fase cristológica (Mat. 2: 15)
Fase eclesiológica (Gál. 6: 16)
Fase escatológica (Apoc. 7: 4-8, 14)
El éxodoFase cristológica (Mat. 2: 19–21)
Fase eclesiológica (2 Cor. 6: 17)
Fase escatológica (Apoc. 18: 4)
El SantuarioFase cristológica (Mat. 26: 61; Juan 1: 14; 2: 21)
Fase eclesiológica (1 Cor. 3: 16, 17; 2 Cor. 6: 16)
Fase escatológica (Apoc. 3: 12; 11: 19; 21: 3, 22)
«Debido a que las Escrituras tienen un solo Autor divino, sus diversas partes mantienen coherencia entre ellas. […] Todas las doctrinas de la Biblia concuerdan unas con otras; la interpretación de pasajes individuales armonizará con la totalidad de lo que la Biblia enseña sobre un tema dado» (Teología: Fundamentos bíblicos de nuestra fe, vol. 1, p. 167).
¿Qué haces cuando te resulta difícil entender el significado de ciertos textos bíblicos?
III. JOSUÉ COMO FIGURA TIPOLÓGICO
A la luz de la tipología bíblica, ¿qué significa el paralelismo existente entre la experiencia de Moisés y la de Josué? Ver Éxo. 3: 1, 2; Jos. 1: 1-3; Núm. 13: 1, 2; Jos. 2: 1; Éxo. 3: 5; Jos. 5: 15.
Como descubrimos la primera semana, Josué se presenta como un nuevo Moisés que repite los pasos más significativos del Éxodo de Egipto en la vida de la segunda generación. Al igual que Moisés, es llamado a cumplir una misión mediante un encuentro personal con el Señor. Bajo el liderazgo de ambos, el renombre de Israel inspira temor entre las naciones. Moisés lidera a Israel en el cruce del Mar Rojo, mientras que Josué lo hace en el cruce milagroso del Jordán. A ambos líderes se les recuerda la necesidad de la circuncisión y la importancia de la Pascua. El maná comienza a caer en tiempos de Moisés y termina con Josué. A ambos se les ordena quitarse el calzado. La mano extendida de ambos señala la victoria de Israel. Moisés da instrucciones para la distribución de la tierra y la institución de ciudades de refugio. Josué cumple esas instrucciones. Ambos dirigen un discurso de despedida a la nación y renuevan el pacto entre Dios y el pueblo al final de su ministerio.
Estudia Deuteronomio 18: 15-19; 34: 10-12; Juan 1: 21; Hechos 3: 22-26 y 7: 37. ¿Quién cumplió la profecía de Moisés acerca de un profeta como él? ¿Cómo encaja Josué en el cuadro?
La vida de Josué fue un cumplimiento parcial de la profecía hecha por Moisés (Deut. 18: 15, 18). Sin embargo, esa profecía no tuvo su cumplimiento pleno en Josué, pues ella solo podía ser cumplida por el Mesías. Él conocía íntimamente al Padre (Juan 1: 14, 18); era veraz y revelaba fielmente a Dios (Mat. 22: 16; Luc. 10: 22; Juan 14: 6), quien, en efecto, puso sus palabras en labios de Jesús (Juan 14: 24). En consecuencia, tanto la vida de Moisés como la de Josué se convirtieron en tipos de Jesús, el Mesías venidero.
¿Qué importancia tiene Jesús en tu caminar con el Señor? ¿Por qué debe ser él y lo que hizo por ti el fundamento de toda tu experiencia cristiana?
IV. EL VERDADERO JOSUÉ COMO ANTITIPO
La historia de Josué debe verse a través del prisma de la tipología. Las guerras dirigidas por él son acontecimientos históricos que constituyen un segmento esencial de la historia de Israel. El objetivo de esas guerras era establecer a los israelitas en la Tierra Prometida, donde podrían disfrutar en paz de la herencia que les había sido asignada, y establecer una nueva sociedad basada en los principios de la Ley de Dios.
Más tarde, autores del Antiguo Testamento, como Isaías, presentan la obra del Mesías también como consistente en asignar las «heredades desoladas [a su pueblo]» (Isa. 49: 8, RVA-2015), utilizando la misma terminología que es tan frecuente en el libro de Josué. Así como la tarea de Josué había sido repartir la tierra a los israelitas, el Mesías, representado como el nuevo Josué, asigna la herencia espiritual a su nuevo Israel.
Lee Hebreos 3: 7-4: 11. ¿Cómo confirma el Nuevo Testamento que Josué, el nuevo Moisés, es en sí mismo un tipo de Jesucristo?
Los autores del Nuevo Testamento presentaron muchos aspectos del ministerio de Jesucristo en términos de la obra de Josué. Así como este entró en Canaán después de 40 años en el desierto, Jesús, el «Josué antitípico», entró en su ministerio terrenal después de 40 días en el desierto (Mat. 4: 1-11; Luc. 4: 1-13) y en su ministerio celestial después de 40 días en el desierto de esta tierra (Hech. 1: 3, 9-11; Heb. 1: 2).
Después del bautismo de Jesús en el río Jordán, su «cruce del Jordán» (Mat. 3: 13-17; Mar. 1: 9-11), los escritores del Evangelio citan el Salmo 2: 7 e Isaías 42: 1; es decir, un salmo mesiánico y una canción sobre el Siervo sufriente de Dios (Mat. 3: 17; Mar. 1: 11; Luc. 3: 22). Por consiguiente, a través de su bautismo, Jesús es presentado como el guerrero divino que librará las guerras de Dios contra las fuerzas del mal mediante una vida de obediencia fiel, incluso hasta la muerte. Su vida y su muerte en la Cruz provocaron la expulsión de Satanás, dirigieron la conquista de nuestros enemigos espirituales, ofrecieron descanso espiritual a su pueblo y asignaron una herencia a los redimidos (Efe. 4: 8; Heb. 1: 4; 9: 15).
¿Qué significa poder «descansar» en lo que Cristo ha hecho por nosotros? Es decir, ¿cómo podemos tener la seguridad de que Jesús ha derrotado a Satanás en nuestro favor?
V. JOSUÉ Y NOSOTROS
Josué apunta como tipo o modelo más allá del ministerio de Jesucristo hacia un cumplimiento en la vida de la iglesia, el cuerpo de Cristo. ¿En qué sentido las guerras libradas por Israel bajo Josué prefiguran las luchas espirituales de la Iglesia? ¿En qué se diferencian? Ver 1 Tim. 1: 18; 2 Tim. 4: 7; Efe. 6: 10-12; 2 Cor. 10: 3-5; Hech. 20: 32.
Los escritores del Nuevo Testamento reconocen el cumplimiento eclesiológico (relativo a la iglesia) de la tipología de Josué. Los miembros del cuerpo de Cristo, la iglesia, participan en una guerra espiritual contra las fuerzas del mal; no obstante, disfrutan del reposo de la gracia de Dios (Heb. 4: 9-11) y de las bendiciones de su herencia espiritual.
¿Qué dicen estos textos acerca del cumplimiento final de la tipología de Josué? 1 Ped. 1: 4; Col. 3: 24; Apoc. 20: 9; 21: 3.
El cumplimiento final y completo de la tipología de Josué ocurrirá en ocasión de la segunda venida de Jesucristo (aspecto apocalíptico/escatológico de la tipología).
La vida de Josué reflejaba a tal punto el carácter de Dios que ciertos aspectos de ella adquirieron un carácter profético que presagiaba la actividad y la persona del Mesías.
Desde nuestra perspectiva histórica, el Mesías ya ha venido. Su ministerio no necesita ser prefigurado, pero seguimos teniendo el privilegio de reflejar su carácter: la gloria que Cristo anhelaba compartir con sus discípulos (Juan 17: 22) y que puede llegar a ser nuestra si contemplamos el carácter de Cristo (2 Cor. 3: 18). Cuanto más contemplamos a Jesús, más reflejamos la belleza de su carácter. Esto es fundamental en nuestro caminar diario con Cristo. Por eso es tan importante dedicar tiempo al estudio diario de la Palabra y a reflexionar acerca de la vida, el carácter y las enseñanzas de Jesús. Somos transformados por la contemplación.
Josué, el tipo o modelo, preguntó a los israelitas: «¿Hasta cuándo serán negligentes para ir a tomar posesión de la tierra que les dio el Señor, Dios de sus padres?» (Jos. 18: 3). ¿Cómo formularía hoy esa pregunta Jesús, el antitipo de Josué?
CONCLUSIÓN
«La misión de Cristo no fue entendida por la gente de su tiempo. […] Las tradiciones, las máximas y los estatutos de los hombres ocultaron de su vista las lecciones que Dios se proponía transmitirles. Esas máximas y tradiciones llegaron a ser un obstáculo para la comprensión y práctica de la religión verdadera. Y cuando vino la Realidad, en la persona de Cristo, no reconocieron en él el cumplimiento de todos sus símbolos, la sustancia de todas sus sombras. Rechazaron a Cristo, el ser a quien representaban sus ceremonias, y se aferraron a sus mismos símbolos e inútiles ceremonias. El Hijo de Dios había venido, pero ellos continuaban pidiendo una señal. Al mensaje: “Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado”, contestaron exigiendo un milagro. El evangelio de Cristo era un tropezadero para ellos porque demandaban señales en vez de un Salvador. Esperaban que el Mesías probase sus aseveraciones por poderosos actos de conquista, para establecer su imperio sobre las ruinas de los imperios terrenales. Cristo contestó a esta expectativa con la parábola del sembrador. No por la fuerza de las armas, no por violentas interposiciones había de prevalecer el Reino de Dios, sino por la implantación de un nuevo principio en el corazón de los hombres» (Elena G. de White, Palabras de vida del gran Maestro, pp. 18, 19).
«La iglesia necesita fieles Caleb y Josué que estén prontos a aceptar la vida eterna con la única condición que Dios impone: la obediencia. Nuestras iglesias sufren por falta de obreros. Nuestro campo es el mundo. Necesitamos misioneros en las ciudades y los pueblos que están aún más subyugados por la idolatría que los paganos de Oriente, los cuales nunca vieron la luz de la verdad. El verdadero espíritu misionero ha abandonado las iglesias que hacen profesión de manera tan exaltada. El amor por las almas y el deseo de llevarlas al regazo de Cristo ha dejado de brillar en sus corazones. Buscamos trabajadores honestos. ¿Nadie responderá al clamor que se eleva de todos los rincones: “Pasa [...] y ayúdanos” (Hech. 16: 9)?» (Elena G. de White, Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 156).
Preguntas para dialogar:
¿Cómo te ayuda la tipología bíblica a comprender mejor el ministerio de Jesucristo en tu favor?
¿En qué se parece nuestra guerra espiritual a la conquista de Canaán y en qué se diferencia de ella?
Reflexiona acerca del cumplimiento final de la tipología de Josué. ¿De qué manera la imagen de un mundo sin dolor, sufrimiento ni muerte nos imparte una esperanza real en medio de las luchas de la vida?
Josué reflejó el carácter de Dios hasta el punto de prefigurar el ministerio de Cristo. ¿Cuáles son algunas maneras prácticas en que puedes permitir que Jesús refleje su carácter en ti de manera más plena?
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