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Cristo Refugio contra el adulterio - El Refugio

CRISTO REFUGIO CONTRA EL ADULTERIO 

2 SAMUEL 11:1-17 

La historia del segundo libro de Samuel en el capítulo 11 es una de las historias más tristes de la Biblia. Es el episodio más triste en la vida del rey David. David siempre había sido un hombre vencedor, victorioso. Desde temprana edad cuando derrotó al gigante Goliat Dios le había concedido muchas victorias. Probablemente en cuanto David estaba como general del ejército, nunca el ejército había vuelto derrotado. Dios había concedido a David el arte de la guerra, de hacer estrategias, y en verdad era el propio Dios quien luchaba por ellos. Pero existe en el ser humano un sentimiento que va surgiendo muchas veces imperceptiblemente cuando comenzamos a tener demasiadas victorias y con el paso del tiempo podemos pensar que esas victorias son fruto de nuestro talento, de nuestra habilidad, de nuestros dones, de nuestra inteligencia, de nuestra experiencia y no del poder de Dios. Entonces comenzamos a atribuir el resultado de nuestro éxito como si fuera de origen humano, y nos olvidamos de Dios, cometiendo allí uno de los más graves errores que un ser humano puede cometer: dejar de reconocer a Dios como la fuente original de todas nuestras bendiciones. La Biblia dice que muchos años antes, David enfrentó al gigante Goliat y no tuvo miedo de enfrentarlo, porque David tenía muchas experiencias con Dios. Cuando Saúl intento convencerlo para que no fuera a luchar con el gigante, él no sabía que David había matado animales feroces para proteger al rebaño de su padre. Elena de White dice que las mayores batallas que un cristiano puede enfrentar no suceden en público, sino que suceden en la cámara de oración con Dios. Es en la soledad del silencio de su habitación es donde sucederán las mayores victorias que Dios quiere darle a lo largo de su vida. Es en el cuarto de oración con Dios donde realmente somos victoriosos, porque las victorias de Dios siempre son dadas en particular y, es en público, que ellas son confirmadas. Es por este motivo que David no tenía miedo al gigante, porque Dios ya le había dado muchas victorias de forma privada, sin que nadie pudiese verlo, por este motivo David no tenía miedo, él sabía quién luchaba de su lado. Sin embargo los años habían pasado y como suele ocurrir cuando somos muy victoriosos, cuando tenemos mucho éxito, cuando nos va muy bien podemos olvidarnos de la fuente que originó todo esto, que Dios. Imperceptiblemente, David comenzó a apartarse del Señor. El juez tiene una frase muy fuerte en el libro Patriarcas y Profetas para referirse a este tiempo del rey David, ella llega decir que durante algún tiempo David se transformó en agente de Satanás. ¿Cómo alguien que es un líder espiritual puede transformarse en agente del enemigo? El camino es muy fácil, es solo apartarse de la única Fuente de poder que es Dios. Pues en este tiempo, mientras que todos estaban en la guerra, David estaba en casa. Mirando desde su ventana vio una mujer bañándose desnuda, una mujer muy bonita que le llamó la atención. Mandó preguntar quién era y al saber que era una mujer casada no quiso volver atrás y aun así decidió tener relaciones con ella. La Biblia aparentemente dice que la mujer se quedó un tiempo suficientemente largo como para completar un ciclo de mujer en el palacio y al terminar este ciclo regreso a su casa y pasado algunos días descubrió que estaba embarazada. Mandó entonces la siguiente información el rey David diciendo que estaba embarazada, David al recibir la noticia pensó en alguna alternativa que no pudiese perjudicarlo y entonces mando llamar al marido de Betsabé para que viniese hasta su casa pasase algunos días con su mujer y entonces nadie podría sospechar que el hijo no era de él. Aparentemente era un buen plan para quien quería ocultar un pecado, pero la Biblia dice que todo lo que hacemos a escondidas un día sale la luz, y que más tarde o más temprano tu propio pecado te alcanza. Sin embargo, el sermón de hoy no es acerca de David sino acerca de Urías, el único hombre que derrotó a David a lo largo de toda su vida, y vamos a mencionar cuatro cosas por las cuales Urías fue el único hombre que derrotó David. La primera de ellas está registrada en el versículo nueve, y dice que David envió un presente para Urías y que también le dio la oportunidad de ir hasta su casa para tener un banquete y dormir con su esposa, pero el versículo nueve de Segunda de Samuel capítulo 11 dice que Urías durmió a la entrada del palacio donde dormían los guardias y que no fue para su casa. La primera característica que encontramos aquí es alguien que no buscaba para sí privilegios especiales, alguien que no se consideraba superior a los demás. Hay muchas personas que debido a su situación financiera, su nivel de estudios, o sus habilidades, se consideran superiores a los demás. Hay algunos que debido a bendiciones que han recibido de Dios son capaces incluso, de olvidar valores que han aprendido en su propia familia. Algunos son capaces de llegar hasta el extremo de olvidarse de sus amigos, incluso de tratar mal a sus propios familiares. Urías, por el contrario, habiendo recibido un privilegio de parte del rey no se consideraba superior a los demás soldados, por este motivo durmió a la entrada del palacio donde dormían todos los demás. Aquí encontramos un siervo humilde. La segunda característica está registrada en el versículo 11 donde dice que el rey David le preguntó a Urías por qué no había ido dormir a su casa, a lo que él respondió lo siguiente: “¿cómo podría yo entrar en mi casa, comer un banquete y dormir con mi mujer, sabiendo que el arca de Dios y los hombres de Israel y mi señor Joab están acampando en tiendas? Tan cierto como vive tu alma, oh rey, yo nunca haría una cosa de esas”. En esta declaración encontramos alguien que es capaz de colocar el reino de Dios en primer lugar en su vida. Para Urías el arca del Señor tenía más valor que cualquier otra cosa. Para él, el reino de Dios está en primer lugar; no piensa en sus palabras, sino en su corazón. Urías no era un israelita; era un hitita que había sido tomado como esclavo cuando niño y traído a Israel para ser educado por una familia judía, fue en un hogar judío que Urías aprendió a amar las cosas de Dios y él nunca se olvidó de esto. La tercera característica de Urías también la encontramos en el versículo 11 cuando él dice que no entraría en su casa porque los hombres de Israel estaban durmiendo al aire libre. Esto expresa el sentir de un corazón que se preocupa con el sufrimiento de los demás. No existe verdadero cristianismo si no somos capaces de que nos importe el sufrimiento de nuestro prójimo. No existe cristianismo de verdad si no somos capaces de ayudar a aquel que sufre a nuestro lado. Porque la comunión con Dios no solo es vertical, lo que hacemos con Dios, sino también es una relación horizontal, lo que hacemos con nuestro prójimo. Para Urías las personas eran más importantes que cualquier otra cosa. Cuando David se dio cuenta que él nunca había luchado con un hombre así intento una estrategia diferente. La Biblia dice en el versículo 13 que David lo invitó para comer y beber en su palacio y entonces lo embriagó; sin embargo, cuando llegó el final del día Urías salió para dormir y no fue a su casa sino que durmió a la entrada del palacio donde dormían también los otros siervos de David. Es interesante notar que Urías a pesar de estar embriagado era más lúcido que David sin alcohol. ¿Sabes por qué? Porque David estaba embriagado con una bebida que embriaga mucho más: se llama pecado. La cuarta y última característica de Urías por la cual fue el único hombre que venció a David la encontramos en el versículo 14 “A la mañana siguiente David escribió una carta a Joab y se la envió por medio de Urías y la carta decía lo siguiente: pongan a Urías al frente de la batalla donde la lucha sea más dura. Luego déjenlos solo, para que sea herido y sea muerto”. Había cerca de 46 km de distancia desde el palacio hasta lugar donde estaba arreciaba la batalla, ¿cómo puede ser que David colocó la propia sentencia de muerte en las manos de aquel que habría de morir? David tenía la más absoluta seguridad que Urías no abriría aquella carta. David sabía que Urías era alguien fiel y leal a sus líderes. Esta es la última característica de Urías. Alguien que era fiel a Dios cuando nadie lo veía, alguien que era leal a sus líderes cuando nadie estaba cerca. 

CONCLUSIÓN 

La historia de Urías nos muestra acerca del único hombre que derrotó David en toda su vida. Sin embargo también esta historia nos muestra el gran amor de Dios. Porque cuando nos alejamos de él corremos un grave peligro, y Satanás puede destruir nuestra vida y destruir nuestra familia. El adulterio es una trampa que aun en los días de hoy sigue destruyendo la vida de millares y millares de personas. Necesitamos estar alertas. Necesitamos tener cuidado con la redes sociales. Necesitamos tener cuidado en cómo nos relacionamos con las personas, pero lo más importante en cómo nos relacionamos con Dios. Si nuestra relación con Dios es fuerte, entonces estaremos protegidos. Nuestra relación con nuestra esposa o nuestro esposo también necesita ser fuerte, para que de esta manera se levanten muros de protección en nuestro matrimonio. La gracia de Dios fue capaz de alcanzar a David, Dios envió al profeta Natán para rescatar a su siervo. David se arrepintió, pero a pesar de ello las consecuencias de su pecado le trajeron mucho dolor, no sólo a él sino a su descendencia. Pero lo más importante es que él llegó a escribir el salmo 51 y el versículo 10 donde hace una de las más lindas oraciones de la Biblia: “crea en mí, oh Dios, un corazón puro y renueva dentro de mí un espíritu recto”. La palabra crear del verbo barah solo aparece dos veces en la Biblia. Una de ellas en el libro de Génesis cuando Dios crea la Tierra de la nada y la segunda en el Salmo 51, cuando David le pide a Dios que cree un corazón nuevo. Solo Dios puede crear de la nada. Solo Dios puede darnos un nuevo corazón.

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