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Caleb 7.0 - Recibiendo la Gran bendición del Bautismo


LECTURA BÍBLICA: MARCOS 16:16
“El que crea y sea bautizado, será salvo. Pero el que no crea, será condenado”.

INTRODUCCIÓN
Buenas noches amigos y hermanos. El bautismo es una doctrina que nos viene de las manos de Jesús mismo. Es sagrado para el verdadero cristiano, quien es salvado por la sangre y que vive las enseñanzas de su Rey. El bautismo forma parte del legado que Jesús nos dejó. Esta noche nosotros tenemos el plan de mostrarles el significado del bautismo, la historia del rito del bautismo, el significado del simbolismo en el bautismo bíblico y la bendición que el bautismo ofrece a los verdaderos creyentes que están dispuestos a avanzar, siguiendo las pisadas de Jesucristo.

I. ¿QUÉ SIGNIFICA EL BAUTISMO?
La palabra “Bautismo” es una palabra griega que nosotros hemos transliterado en nuestra lengua española. La raíz griega es la palabra baptizo que significa “sumergir”, meter o introducir en el agua”. Todas las autoridades están de acuerdo en que esta palabra nunca significó otra cosa que “sumergir” y que, por lo tanto, no puede significar derramar o asperjar. “Que la inmersión era la manera empleada en los tiempos del Nuevo Testamento está claro, se deduce del significado del término griego y de las descripciones que la Biblia no da acerca de las realizaciones de la ceremonia. El término baptizo es usado antiguamente para describir la inmersión del tejido en un tinte y la inmersión de un barco para llenarlo con agua. Su significado más obvio cuando se aplica al mismo cristiano es “sumergir”. S.D.A. Bible Dictionary. p. 113.
Las palabras pueden hacer cambios en su significado y lo hacen. Pero el hecho de que algunos usen la palabra bautizar para ceremonias de asperjar o rociar agua, en los tiempos modernos, no añade luz a la cuestión de lo que Jesús significaba cuando usaba el término dos mil años atrás. Si nosotros imaginamos al antiguo fabricante griego de telas introduciendo su producto en un recipiente de tinte y usando la palabra baptizo para descubrir su acción, nosotros tenemos un cuadro clarísimo de lo que la palabra significaba entonces. Un mero asperjar, de unas pocas gotas de tinte sobre un paño, no hubiese cumplido su propósito, incluso el derramar un vaso de tinte sobre el tejido hubiese sido muy corto. Solo sumergiéndolo, profundamente, o metiendo completamente la pieza de tela en el recipiente de tinte, sí cumplía su propósito.

Hay ejemplos del uso de la palabra baptizo en el templar de los metales. El herrero, para templar la hoja de la espada en el correcto grado de dureza, la calentará, primero, hasta ponerla al rojo y, entonces, la sumerge en un baño de aceite. Hacía falta mucha habilidad para hacerlo, pero para nuestro propósito el único punto importante es que había que sumergir profundamente, y el proceso se describe con la palabra baptizo.

Y así, el significado de la palabra bautizar pide siempre la inmersión del candidato bautismal en una cantidad relativamente grande de agua. Una historia de los primeros días de la evangelización de los indios americanos viene muy al punto en este momento. Un jefe había rendido su corazón a Jesucristo y el tiempo vino para él de ser bautizado y recibido en la Iglesia. Había leído cómo Jesús había sido bautizado en un río y contempló con interés cómo el misionero preparaba una copa de plata bautismal de agua para el bautismo del jefe. “Es demasiado pequeño”, “el viejo jefe protestó”, “El indio posiblemente no puede ser sumergido en esa copa”. Cuando el predicador trató de justificarse explicando que se reconoce ahora que la cantidad de agua usada en el bautismo no es lo importante, el jefe terminó la conversa- ción con esta observación de entendimiento. “Indio ha leído el libro erróneo”. “Y bautizaba también Juan en Aenon junto a Salín, porque había allí muchas aguas y venían y eran bautizados”, (Juan 3:23). El bautismo bíblico de la clase que Jesús enseñó y practicó —requerían profundidad de agua porque, como la misma palabra indica, la inmersión era el método del bautismo en los tiempos bíblicos. Este hecho es admitido por las mejores autoridades. Por ejemplo, Juan Calvino afirma: “La misma palabra baptize, bautizar, sin embargo, significa sumergir; y es seguro que la inmersión era la práctica de la antigua Iglesia” S.D.A. Surce Book, N? 176.
Es necesario añadir que el bautismo era (salvo en casos excepcionales) administrado por inmersión. Al converso se le sumergía bajo la superficie del agua”. S. D. A. Source Book N? 186. “Somos enterrados con Él, —se aludía a la antigua manera de bautizar por inmersión”. S.D.A. Source Book, N? 188-.

II. ¿QUIÉN DEBE SER SUMERGIDO?

¿Quién debe ser sumergido? Es la siguiente pregunta. Es evidente que la inmersión no es muy deseable para el bautismo de los niños. Además es un notable hecho de que no hay ni un solo ejemplo de bautismo infantil registrado en el Nuevo Testamento. Desde luego que hay muy buenas razones para esto.

1. ARREPENTIMIENTO
El bautismo, del Nuevo Testamento, seguía al arrepentimiento del pecado. “Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?: y Pedro les dice, arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. (Hechos 2:37,38).

2. CREER
La Biblia enseña el bautismo para los creyentes. La creencia precede y no sigue al bautismo. “Y los que creyeren y fueren bautizados serán salvos; pero el que no creyere será condenado” (Marcos 16:16)

3. CONOCIMIENTO
Un conocimiento del evangelio debe preceder al bautismo. “Y llegando Jesús les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, por tanto, id y doctrinad a todos los gentiles bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. (Mateo 28:18,19).

4. OBEDIENCIA
La respuesta de obediencia a los mandamientos de Dios debe preceder al bautismo. “Enseñándoles que guarden todas las cosas que yo os he mandado: y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. (Mateo 28:20).
Estos cuatro hechos —arrepentimiento, creencia, conocimiento, obediencia— limitada a los candidatos al bautismo solo a personas que comprendan. Porque un niño no puede arrepentirse, no puede creer en Jesucristo, no puede conocer el evangelio y no puede observar los mandamientos de Dios. Los apóstoles, de acuerdo a sus propios términos establecidos, no pudieron administrar el bautismo a los niños.
La correcta edad para el bautismo será diferente de persona a persona, pero un sano principio es que cuando un joven es lo suficientemente mayor para pecar, él será lo suficientemente mayor para arrepentirse. Cuando es suficientemente mayor para arrepentirse, para creer en Jesucristo, para entender la voluntad de Dios y hacerla, se es suficientemente mayor para ser bautizado. Sin estos cuatro básicos y esenciales hechos, un adulto no puede ser bautizado. ¿Cuánto más un niño, en sus tiernos años? Mientras que muchas personas sinceras, en la actualidad, han concluido que el bautismo es una ordenanza exclusivamente para niños, el hecho curioso permanente es que Jesús fue un hombre maduro de 30 años, cuando Juan lo bautizó en el río Jordán.

III. EL BAUTISMO EN EL NUEVO TESTAMENTO

En muchos asuntos de la fe religiosa o la práctica, el cristiano puede buscar la guía y la mayor autoridad en la instrucción y en el ejemplo de Jesucristo. “El que dice que está en Él, debe andar como Él anduvo” ( 1 Juan 2:6). Ya hemos resaltado el mandamiento de Jesús en materia de bautismo. Permítasenos bajar ahora al Jordán y seguir sus huellas, porque Él es un ejemplo para nosotros. Y aconteció en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y luego, subiendo del agua, vio abrirse los cielos y al espíritu como paloma que se descendía sobre Él. Y hubo una voz de los cielos que decía “TÚ ERES MI HIJO AMADO, EN TI TOMO CONTENTAMIENTO” (Marcos 1:9-11).

Esta escena ha sido presentada en cuadros, en los cuales se muestra a Jesús arrodillado en la orilla del Jordán y a Juan el Bautista se le presenta con una conchita de agua derramando esta agua sobre la cabeza de Jesús como una ofrenda, una dedicación. Pero la Escritura dice: que Jesús fue bautizado en el Jordán, no al lado del Jordán. Y entonces después del bautismo, Él salió del agua. El lenguaje solo puede ser entendido en un contexto de inmersión.
Así encontramos las razones por las que el bautisterio cristiano primitivo y la fuente fuesen tan grandes en la Iglesia de San Juan de Éfeso. Los visitantes de Israel hoy pueden ver la curva en el río Jordán, donde la tradición dice que Jesús fue bautizado. El agua es profunda. El bautismo bíblico lo requería así.
El método del bautismo sigue siendo el mismo hoy, como en los días de los apóstoles. En una bien conocida historia de la dirección divina, que trajo a un hombre desde las profundidades en el desierto de África a Jesucristo, se nos da una visión cercana de Felipe, el evangelista, bautizando a un adulto por inmersión total. El hombre etíope viajaba en dirección a su casa desde Jerusalén en su carro. Mientras viajaba, leía en el rollo del profeta Isaías y pensaba acerca de la predicción profética y de los sufrimientos de Jesús en el capítulo 53. 
El Espíritu envió a Felipe para darle entendimiento, y Felipe “le predicó de Jesús”. En aquel momento llegaron a un cierto lugar donde había agua y el etíope dijo: “He aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?”. Está claro que en la predicación de Jesús el rito del bautismo estaba siempre implicado. Era una parte del evangelio que los apóstoles enseñaron. “Y Felipe dijo: si crees de todo corazón, bien puedes, y respondiendo dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 
Y mandó parar el carro: y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Y como subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y no le vio más el eunuco, y se fue por su camino gozoso”. (Hechos. 8:37,39). El prerrequisito del bautismo era una creencia total y sincera en Jesucristo, el Hijo de Dios. El método del bautismo obligó a ambos hombres a meterse en el agua. El predicador entró, en el agua, con el candidato y lo bautizó (lo sumergió), y entonces ellos salieron del agua. De nuevo tenemos una clara visión del bautismo de un adulto por inmersión en agua profunda. No hay lugar aquí para asperjar o derramar un poquito de agua.

IV. ANTIGUAS IGLESIAS REVELAN EL MÉTODO USADO EN LOS TIEMPOS ANTIGUOS

Es interesante notar que hay, por lo menos, 66 de tales bautisterios en iglesias italianas solo cuya construcción tuvo lugar entre el siglo IV y XIV. Ellos dan el testimonio silencioso de que el verdadero bautismo en la Iglesia primitiva y por más de 1.000 años fue por inmersión. Algunos de estos grandes bautisterios han sido adaptados, como el caso de la fuente de la Catedral de Pisa, (Italia). Mientras que en la gran fuente permanece una pequeña cantidad de tazones redondos que han construido en las esquinas de los cuales el sacerdote puede sacar un poco de agua con sus dedos para asperjar. En una de las catacumbas todavía se puede ver un bautisterio. Y, en los muros de la caverna, hay un cuadro de la ceremonia del bautismo por inmersión. Las provincias romanas, del norte de África, fueron una vez casi completamente cristianas. Existen allí iglesias muy grandes, y en sus ruinas algunos de los bautisterios más adornados. Indican una cosa con claridad; el bautismo por inmersión.

V. EL SIGNIFICADO DEL BAUTISMO

“¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él en su muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si fuimos plantados juntamente con Él a la semejanza de su muerte, así también lo seremos a la de su resurrección”. (Romanos 6:3-5). 
Tres cosas se mencionan aquí:

1. Muerte
2. Sepultura
3. Resurrección

Nos recuerdan el clímax de la vida terrenal de nuestro Señor, el precio pagado por nuestra redención y el triunfo de Jesús sobre el pecado y la muerte. El bautismo es la confesión del creyente de su fe en estos hechos sobre los cuales construye para la salvación. Un hombre por el bautismo proclama al mundo que cree que Jesús murió por él, que fue enterrado por él, que se levantó de la tumba y está ahora viviendo como amigo y Salvador. 
Pero Pablo está explicando, además, que la fe en estos hechos lleva al creyente a una experiencia que queda simbolizada o resumida en el rito presente del bautismo.
La vieja vida cesa y hay una muerte al yo y al pecado. Cuando la muerte tiene lugar, el paso siguiente es el entierro. Así las aguas del bautismo representan la tumba, en la cual el creyente es simbólicamente enterrado con Cristo. Cuando se levanta de las aguas es para vivir una nueva vida cristiana, para Jesús y con Él. Esto, entonces, es el significado profundo y esencial del bautismo. Pro- clama la muerte de la vieja vida de pecado, entierra simbólica y efectivamente el pasado. A través de Cristo marca el principio de la vida nueva o cristiana. Estas cosas tan esenciales no podían ser simbolizadas por el rociar de agua sobre el candidato. 
Nosotros no enterramos a la gente de esa manera. Por otro lado, el bautismo por inmersión representa adecuadamente los hechos simbolizados y, por lo tanto, viene a ser una ordenanza cristiana con significado.

VI. ¿ES NECESARIO REALMENTE EL BAUTISMO?

La respuesta es: Sí, es esencial. Aquí hay tres sorprendentes textos bíblicos que responden a esta pregunta de una vez y para siempre. Alguien ha dicho: “Un texto dará satisfacción a un cristiano; dos textos darán satisfacción a un incrédulo; tres textos deberían convencer a cualquiera”. Así pues, nosotros daremos tres este día:
1. Juan 3:5: “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. Ser nacido del Espíritu significa el principio de una nueva vida en Cristo por el trabajo del Espíritu Santo en el alma. Del agua del bautismo el creyente resucita a una nueva vida.
2. Marcos 16:16: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere será condenado”- Jesús está aquí colocando el bautismo como un paso esencial entre creer en Cristo y la salvación. ¿Quién se atrevería a discutir sobre un paso que Jesús incluye? Si un hombre verdaderamente cree, la siguiente cosa que deseará es ser bautizado, según el mandamiento de Cristo”.
3. Un cristiano es uno que sigue el ejemplo de Jesús. Si alguna vez existió alguien que no necesitaba ser bautizado, era Jesús, el Hijo de Dios. Juan el Bautista reconoció esto y lo demostró cuando Jesús apareció en el Jordán y pidió el bautismo. Jesús, tranquilamente, le respondió: “Empero respondiendo Jesús le dijo: Deja ahora; porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces le dejó: (Mateo 3:15). Aquí estaba una persona que no tenía una vieja vida que necesitase morir. Él no había cometido ningún pecado, por lo tanto, no existía un pasado que enterrar. ¿Por qué Jesús fue bautizado de la mano de Juan? 
Fue bautizado para que fuese un ejemplo concreto para nosotros. Él dejaba así un camino bien establecido del mundo del pecado al reino de Dios.
En su propia vida Él ejemplificó cualquier cosa que sus seguidores necesitasen entender y hacer. El hombre que completamente sigue a Jesús debe un día venir al Jordán, que son las aguas del bautismo, como Jesús lo hizo. El hecho de que Jesús fuese bautizado debería ser la respuesta a toda pregunta. Nosotros debemos seguir sus pisadas. ¿Está Ud. siguiendo las pisadas del Maestro esta noche? o ¿Está su vida fuera de paso, en este asunto del bautismo? Yo sé que muchos, en nuestra reunión, ya han seguido a Jesús a través de las aguas del bautismo, en la forma bíblica. Pero no hay duda que algunos decidirán esta noche que lo harán en la oportunidad más próxima, siguiendo a Jesús a lo largo del camino, y a través de las aguas del bautismo.

VII. EL BAUTISMO, UNA PREPARACIÓN NECESARIA

Nosotros no necesitamos ir al río Jordán. Casi cada Iglesia Adventista del Séptimo Día está equipada con facilidades adecuadas para administrar el bautismo en la forma bíblica. Es esta una de las más bellas y significativas ordenanzas cristianas. Seremos muy felices haciendo planes con usted y ayudándole para hacer la preparación necesaria para seguir a Jesús.
El Mahatma Gandhi, el hombre que dirigió la India a su independencia, recibió una vez a un grupo de ministros cristianos a las seis treinta de la mañana. Después de un desayuno de leche de cabra, en la cual se habían hervido dulces hojas de tila, ellos fueron a la terraza para una conferencia privada.
El señor Gandhi estaba vestido con un traje de lino y llevaba un reloj barato en su bolsillo. Los ministros le preguntaban al gran dirigente acerca de la conversión, y él replicó: “yo creo en la conversión cristiana si es genuina. Por otro lado, no hay nada peor que aparentar algo en el exterior que uno no es en el interior. Si un hombre ha encontrado realmente a Dios, a través del descu- brimiento de Jesús, entonces él debe ser bautizado y demostrar al mundo que es un seguidor de Jesús o, de otra manera, él será una mentira viviente”.
Tal es la opinión de Gandhi, en cuanto a la conversión y el bautismo cristiano. Yo sé que nadie en nuestra reunión esta noche desea ser una mentira viviente — Ustedes están aquí porque quieren conocer a Jesús mejor — porque quieren seguirle plenamente — y el bautismo es su propia señal establecida de esta total rendición a la voluntad divina, y de la recepción de la nueva vida en Cristo.
“Ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate y lava tus pecados invocando Su Nombre”. (Hechos 22:16).

CONCLUSIÓN

Este fue el conmovedor llamamiento de Ananías, el devoto de la ciudad de Damasco que fue enviado a Pablo para mostrarle el camino de la vida eterna. Pablo había sido derribado en el camino a Damasco y había ido arrastrándose hasta la ciudad de Damasco. Él había visto a Jesús en visión y había escuchado el llamamiento del Maestro, pero Ananías vino para explicarle el camino de Cristo más concretamente. Ananías dijo: “Saulo, hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo”. (Hechos 9:17).
La vista de Pablo fue restaurada inmediatamente. Y en respuesta a este tremendo llamamiento, “¿Por qué te detienes?” “¡Levántate! y sé bautizado y lava tus pecados invocando el nombre del Señor”, (Hechos 22:16). Pablo aceptó el bautismo inmediatamente. Esta noche, él dice: “Sed imitadores así como yo lo soy de Cristo” (1 Corintios 11:1). Me gustaría ver las manos de todos los que en esta audiencia han entendido el Plan de Dios, en lo que se refiere al bautismo y que han sido ya bautizados en Jesucristo por el método bíblico de inmersión — ¿Serían tan amables de levantar la mano? Gracias.
Es maravilloso. Que Dios les bendiga y les anime en su caminar con Él y que su espíritu les dé la victoria sobre el pecado y les conceda gran fuerza espiritual en su alma para vivir sirviendo como cristianos y viviendo como tales.
Ahora me gustaría ver las manos de aquellos que no han tenido la oportunidad de seguir a Cristo, en la ordenanza del bautismo por inmersión, por favor levanten las manos bien alto, porque yo tengo un mensaje para ustedes en esta noche. Si, veo que hay algunos (pocos o muchos como el caso pueda ser). Pueden bajar ahora sus manos. Mi mensaje para ustedes en esta noche es idéntico al de Ananías a Pablo, hace tanto tiempo. Mi hermano, hermana mía ¿por qué te detienes? levántate y sé bautizado y lava tus pecados invocando el nombre del Señor.

APELACIÓN

Yo tengo una pregunta más para ustedes ahora. ¿Cuántos esta noche están dispuestos a responder a este llamamiento inspirado? ¿Cuántos desean tomar la decisión de seguir al Señor Jesús en cuanto al bautismo? ¿Cuántos están listos a hacer un pacto con Cristo Jesús esta noche?

LLAMADO
Si esa es tu decisión, te invito que vengas aquí adelante  para orar por ti.


¡¡¡Dios te bendiga!!!

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