"Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo" Efesios 4:26. “No debemos permitir que nuestros sentimientos sean quisquillosos. No hemos de vivir para proteger nuestros sentimientos o nuestra reputación, sino para salvar almas. Conforme nos interesemos en la salvación de las almas, dejaremos de notar las leves diferencias que suelen surgir en nuestro trato con los demás. Piensen o hagan ellos lo que quieran con respecto a nosotros, nada debe turbar nuestra unión con Cristo, nuestro compañerismo con el Espíritu. ‘¿Qué mérito hay si pecando ustedes son abofeteados y lo sufren? Pero si haciendo bien son afligidos, y lo soportan, esto ciertamente es agradable ante Dios’ (1 Ped. 2:20)” (MC, 386). Aún en las mejores familias pueden presentarse algunos problemas que saturan como la amargura y el resentimiento. A la esposa no le gusta la manera en que su esposo toma decisiones, y al esposo no le gusta cómo la esposa se rebela contra...
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.